Roberto Barrientos | EDUCACCIÓN
“Los directivos deben relajar los controles, no endurecerlos. Deben aceptar el riesgo; deben confiar en las personas con las que trabajan y esforzarse por despejarles el camino; y deben prestar siempre atención y hacer frente a todo aquello que produzca miedo”.
Ed Catmul en Creatividad SA. Cómo llevar la inspiración al infinito y más allá, 2014, p. 45.
¿Cómo están manejando los líderes educativos la crisis actual? ¿Qué podemos aprender de lo que dicen o hacen acerca de la gestión de los aprendizajes en las escuelas? El buen liderazgo es un elemento importante en la vida organizacional, pero lo es más en situaciones de crisis. Los líderes educativos efectivos enfrentan los efectos de la pandemia como cualquier otro líder, sin embargo, realizan determinadas acciones que les ofrecen más posibilidades de enfrentar esta crisis con éxito. A continuación se presentan 10 lecciones que se pueden rescatar de su labor:
1. Están centrados en la persona. Los líderes educativos se centran en el bienestar emocional de sus docentes como condición previa al trabajo pedagógico. Se preocupan en ofrecer espacios de apoyo socioemocional y confianza hacia los docentes. Es por ello que invierten tiempo y dedicación a escuchar y atender a cada uno de sus docentes, muchos de los cuales pasan por situaciones críticas. Uno de los colegios de nuestra red tiene 6 docentes de los cuales este año han fallecido 2. La directora priorizó la atención socioemocional de los docentes, acudió a nosotros y pudimos ofrecer talleres de duelo y salud mental en estas semanas.
2. Fomentan la resiliencia pedagógica. En física, la resiliencia es la capacidad de memoria de un material para recuperarse de una deformación, producto de un esfuerzo externo. Como cuando se dobla un metal y vuelve a su posición original. De la misma manera la resiliencia en una persona es esa capacidad de volver a un estado de equilibrio luego de ser sometido a una fuerza externa. La resiliencia pedagógica se puede definir como la capacidad de los docentes de hacer frente a una presión externa y continuar con su encargo de generar altos niveles de aprendizaje en todos los estudiantes. Los líderes educativos consideran que su papel en este tiempo consiste en ayudar a los docentes a desarrollar esta capacidad. Como decía Lucy Álvarez, subdirectora del colegio Fe y alegría 24 de Villa María del Triunfo, “nuestros maestros son muy creativos y la resiliencia pedagógica en este tiempo está generando cosas que podríamos trabajar bien”.
3. Poseen altas expectativas en sus docentes. Los líderes educativos efectivos poseen altas expectativas sobre las capacidades de sus docentes. En todas las conversaciones siempre creen, confían y apuestan por el talento y capacidades docentes.
4. Desarrollan de una cultura del “nosotros”. Tienen un elevado sentido de equipo. En todas sus intervenciones no usan el pronombre “ellos” para referirse al cuerpo docente, sino el “nosotros” A veces, cuando se está en la jerarquía se crean dos mundos el de “ellos” y el de “nosotros”. Ellos usan la palabra “nosotros” en todo momento. Puede parecer un detalle sin importancia, pero es en los detalles donde se puede observar la esencia de una cultura organizacional y de un tipo de liderazgo.
5. Acompañan con empatía profunda el salto de la zona de confort. Está ocurriendo un cambio hacia nuevas maneras de enseñar, aprender y evaluar por lo que los líderes educativos acompañan ese proceso. Como comentaba César Reina, director del colegio primario María Parado de Bellido del Centro de Lima, se tiene docentes que vienen de “épocas del examen con balotarios, los roles de examen y tantas cosas que era una situación hasta estresante para los estudiantes”. Todas ellas prácticas antiguas e instaladas en las mentalidades docentes. Es por ello que la migración a un nuevo mundo es un tipo de pérdida, un luto, esto genera miedo, y el miedo se vence si el líder educativo, en primer lugar, es empático a ese temor, tiene paciencia y ofrece el soporte emocional necesario. Por eso estos líderes persuaden e invitan para movilizar a su equipo hacia adelante, no imponen.
6. Incentivan la desprivatización del salón de clases. La profesión docente se diseñó para trabajar de manera individualista. Cada docente en solitario en su salón de clases, ejerciendo la pedagogía de manera “privatizada”. Las prácticas pedagógicas obsoletas, entre otras razones, se mantienen porque los docentes están solos en su aula y no reciben retroalimentación continua de su práctica. Por la pandemia muchos docentes han visto su aula desnudada. Su aula se ha desprivatizado y ha dejado entrar a un público mayor: directores, otros maestros y los padres de familia. Las clases se han abierto al público en general. Si bien ello puede ser motivo de tensión para algunos docentes, es, sobretodo motivo de mejora, porque es posible recibir aportes y nuevas ideas para lograr que todos los estudiantes aprendan. Al respecto, dice Yuly Oyanguren, directora del colegio secundario de mujeres Gabriela Mistral, la enseñanza por medio de plataformas virtuales “nos permite de pronto generar una pasantía de tal manera que, si está la docente de matemática haciendo una retroalimentación, un acompañamiento puede también revisarlo la docente de comunicación y aprender de lo que está haciendo su colega. Eso también nos facilita, por ejemplo, el Zoom”.
7. Fomentan el trabajo colegiado. La pandemia está facilitando y aumentando las interacciones y colaboraciones con fines pedagógicos entre docentes y directores. Esto favorece la mejora de los procesos evaluativos colegiales puesto que los docentes “se reúnen por grupo, conversan de sus logros, dificultades de determinados estudiantes, de las necesidades de aprendizaje que aún tienen y en función a eso es que recién se ha hecho una retroalimentación ” (Yuly). Antes era más complicado coordinar los tiempos para poder sincronizar docentes de un mismo grado para conversar sobre los estudiantes. Esto ha dado un giro radical puesto la interacción digital “nos está generando buenos resultados, hay una conexión, es como decir, es una suma de todo, pero más que suma, es una revolución de distintos aspectos y de distintas dimensiones del estudiante” (Yuly)
8. Incentivan la creatividad docente. Los líderes educativos aprovechan este contexto para hacer que los equipos docentes sean más versátiles, flexibles y creativos, como comenta Nancy Rivera directora del colegio 110 San Marcos de San Juan de Lurigancho “eso es lo rico, creo, de esta etapa que estamos viviendo en que nos está permitiendo ser muy creativos y ser muy flexibles […]; entrenarse en eso de no ser, lo que era un clásico en la mayoría de los maestros, de no ser reacios al cambio, sino habituarse a que todo cambia, de hoy día para mañana, de la mañana para la tarde, o sea, puede haber cambios”.
9. Apuestan por el uso pedagógico de la tecnología digital. Un hecho evidente de este rediseño de la profesión docente es la introducción de las tecnologías digitales para favorecer el aprendizaje de los estudiantes y de los mismos docentes. Como afirma Lucy “porque yo siento que si retornamos al aula este trabajo virtual ya no desaparece, o sea, ya queda como una herramienta más para desarrollar competencias en nuestros estudiantes, entonces, creo que es como la plantita, ahora hay que cuidar qué tanto va creciendo, va cimentándose para que lo podamos ver”.
10. No se miran el ombligo. En las conversaciones los líderes educativos mencionan continuamente la importancia de interactuar y aprender de y con Resaltaron la importancia de las redes. El líder educativo sale, busca aliados, nuevas ideas para dar respuesta a estos tiempos complejos. Mientras más complejo y desafiante es el problema que se enfrente, más se deben generar espacios de colaboración interna y externa para que fluyan las ideas y vayan decantando las mejores. Éstos no se encierran en sí mismos para resolver los problemas, sino que buscan ayuda y aprenden de todo aquel que puedan ofrecerles luces. Salen al encuentro y sacan provecho de las redes formales e informales a las que tienen acceso.
Lima, 7 de setiembre de 2020