Edición 57

9 maneras de matar una competencia

La mejor manera de aprender es cambiando el mundo

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Roberto Barrientos | EDUCACCIÓN

Imagine una escuela donde los estudiantes se involucren en desafíos de aprendizaje 24 horas al día y siete días de la semana. Una escuela donde a pesar de haber sonado el timbre del recreo o de salida, los estudiantes estén tan conectados con la actividad que no quieran irse. Además, estos estudiantes continúan con estas actividades el sábado y domingo e involucran a su familia en el mismo. Esta no es una realidad utópica sino simplemente una escuela donde se vive el enfoque por competencias a plenitud o, como se le llama hoy en día, el Aprendizaje Profundo (deep learning).

El aprendizaje profundo “es el proceso y resultado de dar respuesta a preguntas que nos importan” (Rincón-Gallardo, 2019). Para Fullan, Hill y Rincón Gallardo (2017) consiste en “individuos y grupos comprendiendo realmente e involucrándose en algo que les importa y que es importante para el mundo. Éstos usan el mundo cambiante como el crisol de la transformación continua” (p.2). Esto viene ocurriendo en muchas escuelas del Perú y en todo el mundo, pero aún son casos aislados. Necesitamos que ocurra en todas, de esta manera podremos enfrentar los desafíos que la humanidad enfrenta y enfrentará en los próximos años.

El presente título está inspirado en el artículo que escribió Jal Mehta hace tres años titulado “10 maneras en las que puedes matar el aprendizaje profundo” (2016).

Comencemos, usted…

  1. Mata la competencia si no declara el propósito de aprendizaje.

Así como un constructor sin planos no construye nada, un estudiante sin propósito no aprende nada. Para que ocurra el buen aprendizaje todos los estudiantes, en cualquier momento, deben ser capaces de verbalizar lo que están haciendo, por qué lo están haciendo y qué es lo que están aprendiendo. Además, deben ser capaces de explicar por qué es importante, en qué medida y de qué manera han adquirido dominio de lo que han estudiado y el dominio de las habilidades necesarias. Asimismo, son capaces de categorizar cuáles son las áreas clave en las que necesitan mejorar y sus planes para hacerlo. Entonces, si usted no declara el propósito y no desarrolla estrategias para que los estudiantes se empoderen del mismo, estará matando la competencia.

  1. Mata la competencia si se esfuerza por abarcar muchos temas

“Profesora, ¿para qué compramos el libro de texto si no lo ha utilizado todo?”. Los docentes y padres tenemos el supuesto de que el buen aprendizaje es abarcar mucho, pero bien sabemos que “quien mucho abarca poco aprieta”. ¿De qué nos sirvió haber memorizado los 14 incas del imperio del Tahuantinsuyo, no hubiera sido mejor profundizar en dos o tres para comprender el imperio? El buen aprendizaje “incluye inmersión en abordar un área o problema, a menudo cruzando límites disciplinarios” (Fullan, Hill, Rincón-Gallardo, 2017, p.2). Si usted es responsable de monitoreo de una UGEL o Ministerio y se obsesiona en que los docentes cumplan el programa completo del año estará matando las competencias. Y si usted es docente de aula y se esfuerza por abarcar muchos temas, es probable que los estudiantes no estén aprendiendo.

Es largo el debate entre extensión y profundidad, pero es cada vez más fuerte la evidencia de que la profundidad sí genera verdadero aprendizaje. Es preferible haber tocado un tema en todo el año que muchos sin haber logrado profundidad. La profundidad al final garantiza extensión. Se entiende profundidad como el análisis de un solo tema desde una diversidad de aristas y haciéndose muchas preguntas desafiantes sobre cada una. Gardner (2002) decía que al trabajar un tema a profundidad (tópico generativo) como el caso de las Bodas de Fígaro de Mozart permite comprender aspectos como el contexto histórico, social y cultural de la época, además de aprender elementos de música. Es decir, apostar por la profundidad es apostar por un tipo de extensión, puesto que los estudiantes comprenden a profundidad otros temas.

  1. Mata la competencia si anula las emociones en el aula.

Nos emociona más lo que elegimos. Esta característica se conecta con la siguiente, la libertad de elección. El aprendizaje sin emociones tiene pocas probabilidades de permanecer a lo largo del tiempo. Las investigaciones sobre el cerebro humano muestran que las sinapsis neuronales se establecen y fortalecen con las emociones. Sin embargo, la escuela ha sido construida de espaldas al mundo de las emociones de los estudiantes. Quizá por su impronta racionalista que generó una falsa dicotomía entre mente y emociones, entre razón y corazón. Cuando en verdad la razón y el corazón son caras de una misma moneda. La comprensión profunda ocurre cuando involucra al mundo emocional. Usted puede cambiar el clima de su aula con una simple sonrisa o con una palabra sincera de estímulo a un estudiante. La mirada y el rostro dicen mucho de lo que se piensa y se cree, y los estudiantes son hábiles lectores de los rostros de los maestros. Usted puede cambiar el clima emocional del aula si ofrece libertad de elegir los temas a aprender.

  1. No permitir la elección de temas de aprendizaje

Lo que aprendimos verdaderamente fue lo que elegimos aprender. Nadie aprende lo que no quiere. En las escuelas donde se aprende por competencias se ofrecen espacios de libertad. Espacios para que los alumnos puedan elegir lo que desean aprender, y cómo lo desean aprender. Cada escuela y salón de clases puede ofrecer espacios de libertad de elección. Usted cambiará la dinámica del salón de clases desde acciones tan simples como ofrecer tres actividades distintas que cada estudiante puede elegir trabajar ese día o semana. O puede dar a los estudiantes la posibilidad de que proponer libremente el producto final de su curso con criterios de evaluación exigentes co-construidos con ellos. Analice qué márgenes de libertad le ofrece su contexto y hágalo. Se sorprenderá de lo todo lo que pueden hacer los estudiantes si se les confía y se les da la oportunidad de “gestionar autónomamente su propio aprendizaje” (competencia 29 del Currículo peruano).

  1. Mata la competencia si ofrece tiempos cortos para aprender

El sentido común y la propia experiencia nos dice que todo lo que aprendimos bien, ya sea habilidades prácticas como cocinar, bailar, tocar un instrumento, requirió mucho tiempo de ejecución, algunas veces muchas horas al día todos los días. Para profundizar un tema (característica 2) se requiere tiempos prolongados de concentración y ejecución. María Montessori decía que la finalización de la actividad la decide el niño (libertad de elección). Es decir, es la propia persona la que se da cuenta cuando domina la habilidad y puede pasar a la siguiente. Mientras los tiempos de aprendizaje estén diseñados en base a criterios de eficacia organizativa de una sede central del gobierno no habrá aprendizaje verdadero.

En las escuelas que han logrado vencer este obstáculo, se ofrecen espacios más largos de aprendizaje dentro del horario escolar y se aprovechan al máximo las actividades extracurriculares. Si usted es docente de inicial o primaria tiene mayor autonomía para ofrecer esta mayor duración de la actividad según el ritmo de cada alumno, si es docente de secundaria, puede establecer alianzas entre colegas docentes para que los horarios favorezcan el aprendizaje de los estudiantes.

  1. Mata la competencia si no genera transferibilidad del aprendizaje

El profesor Jorge tenía altamente desarrollada la capacidad de reparar aparatos eléctricos. Empezó dicha habilidad realizando las instalaciones en su propia casa. Luego pasó a reparar todos los electrodomésticos de la casa. Su interés y habilidad lo ha llevado también a especializarse en reparación de computadoras y soldadura en general. Tiene en su casa un pequeño taller con sus herramientas y pone sus habilidades al servicio de su familia, amigos y familiares. Es un claro ejemplo la transferibilidad. La habilidad en la electrónica la fue transfiriendo a nuevas situaciones, contextos y nuevos ámbitos de la electricidad. Si hay algo en que están de acuerdo los diversos investigadores del aprendizaje es que la principal característica del mismo es que pueda ser transferible a una variedad de contextos y situaciones (Bellanca, 2014). En educación, en muchos casos, se ha malentendido transferibilidad como las actividades de tarea para la casa.

Existen muchas maneras de transferir lo aprendido: 1) Si se estuvo profundizando en un problema de álgebra, la transferibilidad podría ir en la creación de un nuevo problema matemático aún más desafiante. Es decir, desafiar al estudiante a crear nuevos desafíos o problemas en el área profundizada. 2) Una segunda manera de transferir es involucrarse en proyectos de transformación de la comunidad más cercana. La mejor manera de aprender es cambiando el mundo. Una muestra patente de transferibilidad es intentar cambiar nuestro entorno más cercano. El buen aprendizaje “está diseñado de alguna manera para conectarse e impactar al mundo, de manera local o más allá” (Fullan et al., 2017, p. 2). Por ejemplo, el colegio Fe y Alegría 24 de Villa María del Triunfo (Lima-Perú) realiza desde hace varios años una actividad que nació del interés de las y los estudiantes, una campaña de desparasitación y esterilización de perros y gatos de la zona en coordinación con el centro de salud. Esta actividad la diseñan, lideran y realizan ellos mismos. De esta manera se activan diversas competencias y capacidades trabajadas durante el año. Con esta actividad demuestran lo que han aprendido mientras cambian el mundo. Son agentes de cambio en el aquí y ahora en su comunidad. Deje que los estudiantes elijan un desafío local a transformar y se sorprenderá de lo que son capaces.

  1. Mata la competencia si tiene bajas expectativas de sus estudiantes

Las personas se comportan como las tratan. Es por ello que, si se baja la valla a los estudiantes, por su condiciones y contextos, entonces no habrá aprendizajes de calidad. Es necesario probar nuevas pedagogías para que el docente experimente esa pedagogía de la sorpresa, en la que el estudiante logra lo inesperado. Cito un fragmento de los resultados de la investigación de Mehta y Fine (2019) cuando observaron espacios donde se vivía el aprendizaje profundo:

Estos entornos poderosos de aprendizaje también fueron desafiantes cognitivamente. “Esta es la clase que hace que me duela el cerebro” fue un estribillo que escuchamos más de una vez. Al mismo tiempo, también eran lugares apasionados donde el entusiasmo mantenía la motivación de los estudiantes cuando el aprendizaje era difícil (p. 345).

El estudiante dice que le “dolía el cerebro”, es decir había alta exigencia, pero estaban al mismo tiempo contentos de hacerlo, porque desafiaba sus capacidades. El buen aprendizaje cuesta, el subir la valla implica un mayor esfuerzo. A mi parecer, una pedagogía que ayuda al docente a experimentar y sorprenderse de lo que es capaz un estudiante que, en el viejo sistema sería etiquetado como problemático, es la relación tutora. Recuerde que la prueba de fuego de una estrategia potente de aprendizaje es si pasa la prueba la “hipótesis de la equidad” (Fullan, Hill y Rincón Gallardo, 2017). Es decir, si con ese enfoque o estrategia aprendizaje logran pasar una valla alta aquellos estudiantes que antes estaban desconectados o abandonados, entonces es aprendizaje en profundidad. El aprendizaje en profundidad es por naturaleza equitativo. Anímese a probar nuevas maneras de hacer educación y déjese sorprender.

  1. Mata la competencia si no ofrece retroalimentación inmediata a los estudiantes

Nada tan aburrido y desmotivador como la devolución de comentarios de tu trabajo después de semanas. Para desarrollar cualquier habilidad en profundidad se necesita abundante retroalimentación. En otro texto comenté que los videojuegos ofrecen esto en abundancia, lo cual es uno de sus elementos atractivos, ofrecen retroalimentación en el momento. Esto es prácticamente imposible para un docente convencional con 30 o 40 estudiantes. Por eso es necesario explorar otras maneras. Una de ellas es que el propio material tenga su retroalimentación. Por ejemplo, en la metodología Montessori, la mayoría de materiales con los que trabaja el estudiante tiene su propio “control de error” que consiste en un dispositivo que permite que el aprendiz autónomo se autoevalúe y autocorrija en el momento exacto en el que finaliza la actividad, sin necesidad de esperar a que el docente en algún momento le ofrezca retroalimentación (Ver Qué es el control de error en Motessori). Otra manera es optar por metodologías en las que todos los estudiantes se van empoderando y se vuelven docentes. En la metodología de la relación tutora la retroalimentación es inmediata porque se tiene al tutor cerca en todo momento y no solo ello, sino que, además, éste está atento a los movimientos interiores del tutorado para ver si está teniendo dificultades. De esta manera sale a su encuentro ofreciendo luces y andamios para ayudar a que el estudiante logre el dominio de la competencia. Arriésguese a no tener todo bajo su control y pruebe nuevas maneras de retroalimentación.

  1. Mata la competencia si no deja que el estudiante demuestre públicamente lo aprendido

“¡Papá mira lo estoy logrando!” Desde pequeños nos habituamos a mostrar con alegría el dominio de una nueva habilidad como montar bicicleta. El compartir con un ser querido es motivo para celebrar juntos el florecimiento de algo que estaba en semilla. Somos seres sociales y nada hay tan bueno para consolidar el buen aprendizaje como mostrarlo a nuestra pequeña sociedad que es la escuela, la familia y la comunidad. Es necesario que los estudiantes puedan mostrar ante el docente, ante sus compañeros y ante sus padres de familia sus logros y avances. Esto fortalece su autoconfianza, autoestima y lo impulsa a compartirlo con los demás. Además, hace ver una dimensión no menos importante del aprendizaje, la alegría y celebración. La idea detrás del “día del logro” en el Perú, como un momento de celebración y demostración pública de lo aprendido dos días al año, está muy bien. Sin embargo, no debería de reducirse a dos momentos llamativos durante el año, sino ser algo cotidiano. ¿Por qué no tener días del logro cada semana, cada día, sin necesidad de toda la parafernalia de los “días del logro” oficiales? Pueden ser más sencillos, por salón de clase, por grupos de estudiantes. En la metodología de la relación tutora, la demostración es el último paso del ciclo.  Este paso consiste en un momento en el que el estudiante comparte ante los demás su experiencia de aprendizaje, respondiendo a estas preguntas: ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí? ¿Qué dificultades tuve? ¿Cómo resolví esas dificultades? No toma más de 4 minutos, pero tiene un alto impacto en los estudiantes. Anímese a hacer del día del logro algo cotidiano en su aula y escuela y abra las puertas a los padres y comunidad.

Finalmente, usted hará florezca y viva el aprendizaje profundo si aplica el PETER/D. El PETER/D es un acrónimo que ayuda que las escuelas y equipos docentes puedan evaluar y verificar si las experiencias o espacios de aprendizaje que han diseñado fomentan o no el aprendizaje profundo. En la primera columna se presentan las tres característica del aprendizaje profundo descubiertas por Mehta & Fine (2019): Dominio, identidad y creatividad; en la segunda columna se presentan la síntesis de los aportes de Fullan, Hill, Rincón Gallardo (2017), Bellanca (2014) y Rincón Gallardo (2019, 2020); en la tercera columna se ofrecen preguntas para la reflexión y autoevaluación para que faciliten las discusiones entre los equipos docentes o de especialistas de UGEL.

Mehta & Fine, 2019 Características Preguntas de análisis
Dominio Propósito ¿El estudiante es capaz de decir qué está haciendo, por qué lo está haciendo, cómo lo está haciendo, qué es lo que está aprendiendo?
Dominio Profundidad ¿Se apuesta por profundizar pocos temas antes que abarcar varios?
Identidad Elección ¿Los estudiantes eligieron los contenidos a desarrollar? Dado que nadie aprende lo que no quiere.
Dominio Tiempo ¿El estudiante alcanza el propósito de aprendizaje según su ritmo de aprendizaje?

¿Se cuenta con periodos prologados de concentración para realizar la actividad?

Creatividad Transferibilidad ¿Existen actividades y espacios para la creación de nuevos contenidos a partir del tema trabajado?
Dominio Exigencia ¿El estudiante es continuamente desafiado a abordar niveles más exigentes de aprendizaje? ¿Se tiene una valla alta y se ofrece todo el apoyo necesario?

¿Los docentes tienen altas expectativas de las capacidades del estudiante?

Identidad Emocional ¿El estudiante está entusiasmado y conectado con la actividad que eligió?
Dominio Retroalimentación ¿El estudiante recibe retroalimentación (“qué tan bien lo estoy haciendo”) continua en el momento que realiza la actividad?
Dominio Demostración ¿Los momentos de demostración pública de lo aprendido son parte cotidiana de la cultura de la escuela y del salón de clases?

Lima, 9 de marzo de 2020

Referencias

Bellanca, J. A. (2014). Deeper Learning: Beyond 21st Century Skills. Solution Tree Press.

Fullan, M., Hill, P., & Rincón-Gallardo, S. (2017). Deep Learning: Shaking the Foundations. Ontario, Canada: New Pedagogies for Deep Learning: A Global Partnership.

Gardner, H. (2002). Educare al comprendere. Stereotipi infantili e apprendimento scolastico. Feltrinelli Editore.

Mehta, J. (2016). Deeper Learning: 10 Ways You Can Die. Education Week.

Mehta, J., & Fine, S. (2019). In Search of Deeper Learning: The Quest to Remake the American High School. Cambridge, Estados Unidos: Harvard University Press.

Rincón-Gallardo, S. (2019). Liberating Learning, educational change as social movement. Routledge.

Rincón-Gallardo, S. (2020). The Learning Movement. California: Corwin Press.

Roberto Barrientos Mollo
Educador. Coordinador General de Comunidades de Aprendizaje , www.comunidaddeaprendizaje.pe , un proyecto de transformación social y cultural de la escuela y su entorno mediante la implementación de Actuaciones Educativas de Éxito. Es docente e investigador de la Universidad Marcelino Champagnat.