Vanessa Toribio | EDUCACCIÓN
La psicología positiva, más y más en boga en los últimos años, nos ha aportado lecciones muy importantes para analizar mejor el mundo que nos rodea. Una de ellas nos dice que todas las situaciones tienen dos o más puntos de vista: puedes ver el vaso medio lleno, puedes verlo medio vacío… o puedes salir a buscar más agua. ¿Qué pasaría si aplicamos esta sencilla lección a una parte de la realidad que vive nuestro país en materia de desarrollo profesional docente?
Viendo el vaso medio vacío
En la actualidad, el Perú tiene registrados 234,183 docentes nombrados. De esa cifra, 59% se encuentra en las escalas 1 y 2 de las 8 escalas que contempla la Carrera Pública Magisterial. Si a esto le sumamos el número de docentes que se encuentran en la escala 3, la cifra se incrementa hasta en 82%; es decir, las ¾ partes del total de docentes nombrados.
Esto nos lleva a algunas reflexiones. En primer lugar, que la pedagogía y la gestión necesarias para la implementación del currículo nacional, demanda actualmente del directivo y del docente un estándar de desempeño bastante más exigente que en el pasado. En segundo lugar, que en ese terreno existe un problema público serio, porque a pesar de los años de inversión en formación docente, los resultados son aun relativos, ya que la mayoría de docentes parecen estar estacionados en las escalas 1 y 2 de la Carrera Pública Magisterial, mientras las escalas más evolucionadas están evidentemente menos pobladas.
Si bien el objetivo mayor de la política docente es mover las prácticas hacia un estándar profesional más alto, es indudable que lograrlo nos está costando muchísimo esfuerzo. Quizás, se necesita hacer algo distinto para que el docente eleve su estándar de desempeño, conectando las diversas políticas de desarrollo profesional existentes, como el reconocimiento al mérito, la evaluación, la formación en servicio y la formación inicial, entre otras medidas vigentes, pero poco articuladas.
Viendo el vaso medio lleno
A pesar que existen muchos docentes que piensan que lo que hoy se exige a la docencia en materia de práctica profesional es inalcanzable, muchos otros nos demuestran lo contrario. Existen maestros que ya cruzaron la valla y están a la vanguardia, directivos y docentes que hacen bien lo que otros consideran imposible y cuyos progresos no se conocen o no se difunden a escala nacional.
El caso de la profesora Yanet Honor Casaperalta, quien implementó durante varios años un proyecto de aulas interactivas, es un claro ejemplo de ello. Su proyecto logró mejorar las habilidades comunicativas de sus estudiantes a través del intercambio de experiencias de enseñanza y aprendizaje con los estudiantes de la escuela “Eden Park” de Inglaterra-Torbay. La comunicación entre ambas aulas fluía por medio de Skype, correo electrónico, Youtube y la propia página web de la escuela inglesa, con temáticas previamente planificadas entre las docentes y sus estudiantes. El único medio de difusión de su práctica y lo que acontecía en la escuela N° 50482 de Huacarpay en Cuzco era el boletín virtual mensual difundido mediante el blog creado por la escuela, hasta que en el 2013 ganó el Primer Concurso Nacional de Buenas Prácticas Docentes del MINEDU y poco después recibió las Palmas Magisteriales.
Saliendo a buscar más agua
Si partimos de la premisa que en el Perú existen muchos docentes y escuelas que ya están generando el cambio, con experiencias sólidas, alineadas a los desafíos del mundo contemporáneo, y que demuestran buenos resultados en los aprendizajes de sus estudiantes, necesitamos saber quiénes son, dónde están ubicados y cómo lo hacen… tenemos que encontrarlos.
Esas buenas prácticas existen y hay que mapearlas porque no pueden seguir ni dispersas ni en el anonimato. Una vez halladas, tienen que convertirse en un referente de buenas prácticas e innovaciones para otros maestros y escuelas que recién empiezan su camino. Si sabemos valorarlas en nuestra localidad, región, provincia o a nivel nacional, podrán volverse la luz que se necesita para iluminar el camino de muchos maestros.
¿Cuál es el primer paso que hay que dar? Hay que construir un sistema que pueda identificarlas, registrarlas y difundirlas. Eso le va a permitir al Estado y a los organismos descentralizados hacer seguimiento y prestar asesoría para posibilitarles que sigan evolucionando, porque las buenas prácticas y las innovaciones, así como aparecen muchas veces de manera espontánea, también pueden desaparecer si no tienen soporte. Del mismo modo, pueden ser referentes de otras escuelas y docentes, abriéndose a los intercambios de experiencias, los círculos de aprendizaje, las pasantías; hasta podrían fortalecer la formación inicial, porque la experiencia demuestra que no existe factor de influencia mayor en el desempeño de un docente, que un maestro enseñando a otro maestro.
Diversos países latinoamericanos y organizaciones internacionales vienen desarrollando iniciativas, cuyo objetivo es visibilizar experiencias de buenas prácticas e innovaciones consistentes, que puedan servir de ejemplo a otros. Por ejemplo, en Colombia, el portal “Colombia Aprende”, en Chile el portal “Educar Chile”, en Brasil el portal “Centro de Referencias en Educación Integral” apoyado por UNESCO. El BID, SUMMA, Fundación Telefónica, entre otros hacen lo propio a nivel internacional.
Sin embargo, existe una premisa básica: que tal sistema se construya con la mayor seriedad y rigor, porque interesa poner en la vitrina mundial no cualquier experiencia novedosa, sino las mejores prácticas docentes, así como las innovaciones que posibiliten mejores resultados y hagan aportes originales. Se necesitan criterios claros para seleccionar prácticas que realmente hagan la diferencia, que sean un aporte genuino al desarrollo profesional de los maestros, colocándolos en la perspectiva del Marco de Buen Desempeño Docente. Un criterio fundamental por ejemplo es que la estrategia planteada sea consistente con la problemática identificada, respaldada en marcos de referencias contemporáneos y que evidencie un cambio real en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en las prácticas habituales. Otro criterio, importante también, son los resultados de aprendizaje, que deben ser bien definidos y claramente medidos, de modo que el cambio pueda ser demostrado.
Magaly Robalino, representante de UNESCO en el Perú, dice que la promoción de buenas prácticas docentes es una oportunidad para que la actividad profesional de maestros y maestros sea asumida como un proceso creador, formativo y generador de nuevo conocimiento. Para que ese sea su sentido, necesitamos construir un sistema donde esta búsqueda no termine en una ceremonia de premiación, sino que sea apenas la primera piedra de un proceso más ambicioso, que revierta en favor del desarrollo profesional de nuestros maestros.
Lima, 11 de febrero de 2019