Liz Pasco Carmona | EDUCACCIÓN
Manila es la capital de Filipinas, un archipiélago de 7,107 islas ubicadas en el sudeste asiático. Las islas más grandes, Luzón y Mindanao, son casi la mayor parte del territorio y tienen una población de 104, 9 millones de personas (en Perú somos más o menos 31 millones, como para tener una referencia).
El vuelo de Lima a Manila es de aproximadamente 33 horas y mi llegada fue accidentada: un vuelo cancelado sin una explicación lógica y un volcán en erupción que obligó a más de 8000 personas a evacuar. Esas horas terminaron siendo 3 días de viaje y en un punto todo me hacía pensar que el “PH2020”, evento de Políticas Educativas organizado anualmente por los miembros de la Comunidad Global de Políticas Educativas y Teach For All, iba a cancelarse. No podía estar más equivocada. Aquí un intento de resumir la experiencia que Carlo Fernando y Emiljohn Sentillas organizaron para nosotros.
Un poco de contexto
Filipinas fue colonia española, así que la mayoría de la población es católica y es fácil encontrar diversas representaciones de la virgen María y el divino niño en diversos espacios (encontré unas muy curiosas que coloco por aquí). También hay un porcentaje pequeño pero significativo de protestantes e islámicos.
Izq. a derecha: Divino Niño Chino, Divinos Niños en rosado, Divino Niño de la Guardia, Divino Niño vendedor de pescado, Divino Niño dormilón
Es en esta época en la que el Tagalo (Filipino) adopta la forma occidental de ver el tiempo. Y esto es evidente cuando se analiza la lengua filipina, pues si bien es muy distinta al español, los días de la semana son: Lunes, Martes, Miyercoles, Huwebes, Biyernes, Sabado y Linggo; y los días del mes, Enero, Pebrero, Marso, Abril, Mayo, Hunyo, Hulyo, Agosto, Setyembre, Oktubre, Nobyembre, Disyembre.
Entre 1898 y 1946, Filipinas fue ocupada por Estados Unidos (quien le “compró” el archipiélago a España) y el inglés fue impuesto como lengua vehicular. Hoy en día se puede ver que, al menos Manila, es una ciudad muy influenciada por la cultura estadounidense.
Algo que caracteriza a los filipinos es su amabilidad y por supuesto, esto se trasluce en su lenguaje. Tienen una palabra específica para indicar su respeto y cariño hacia la persona con la que están hablando: “po”. Entonces, pueden agregar esta palabra al final del saludo o incluso a las palabras de cortesía.
No voy a hablar de sus resultados en PISA
Este subtítulo es un poco una rebeldía ante una prueba que pienso que no debería tener tanto impacto en las políticas educativas y en el autoestima de los y las docentes y estudiantes de un país. No me tapo los ojos ante su utilidad como referente pero me conflictúa el poder que le hemos dado a nivel mundial. Por eso, prefiero hablar de lo que observé y escuché en este país que -por supuesto- es más que esos resultados.
Me sorprendió gratamente ver a tantas mujeres en puestos de alta influencia en Educación, desde las personas encargadas de las políticas públicas educativas hasta la Alcaldeza de la ciudad de Quezon. Hay inclusive, al menos en este ámbito, una percepción de ventaja comparativa por ser mujer. Al respecto, cito a Susan Baetiong, Secretaria general de Educación de Quezon: “No creo que las mujeres tengan menos oportunidades que los hombres en Filipinas. Al contratio, somos más valoradas por ser más empáticas y apasionadas. Solo por dar un ejemplo de nuestro contexto, en secundaria es más probable que un adolescente hombre deje la escuela”. Susan lleva más de 30 años en el sector.
Otro hecho que me llamó la atención es la organización de la enseñanza de las lenguas. Para ello explicaré un poco del sistema. Filipinas tiene dos legunas oficiales, el Tagalog o Filipino y el Inglés. Tienen en total 13 años de escolaridad obligatorios divididos en tres niveles: Primaria, que va desde el equivalente a inicial de 5 años, hasta 6to; Secundaria “Junior”, que va de 7mo a 10mo grado (1ro a 4to de secundaria); y Secundaria “Senior” que va de 11vo a 12vo (5to y un año extra). Este sistema se parece mucho al estadounidense.
Se enseña todas las materias en Filipino hasta 3er grado de primaria; además de dos lenguas: inglés y el idioma nativo del lugar donde está recibiendo las clases. A partir del 4to, Matemáticas y Ciencias son dictadas en inglés, las demás en Filipino y se deja de recibir clases en la lengua nativa. Más adelante, en 6to, dos cursos más (artes y tecnología) se dictan en inglés. Así, al terminar primaria 5 de los 8 cursos que se dictan, son en inglés. Lo que se mantiene hasta la secundaria. Es como si en Perú se enseñaran 5 cursos en español y 3 cursos en quechua o aymara (y menciono estas lenguas porque son las más habladas en el país).
En relación a la labor docente es inevitable mencionar que hay un descontento general con la carga laboral y el sueldo. El salario inicial de un docente en Filipinas es más o menos de 1300 soles y el gasto promedio (para vivir más o menos) en Manila es como en Lima, así que es considerada una remuneración baja. Sin embargo, se están implementando políticas para el incremento progresivo de este sueldo. Marités, Master teacher[1] de una escuela en Filipinas, cuenta que al iniciar su carrera tenía que trabajar en otros espacios para poder tener un monto de dinero suficiente para vivir. “En mis primeros años como docente he trabajado como profesora a tiempo parcial en otras instituciones, como vendedora multinivel y hasta en un call center”. Y continúa: “Desde hace algunos años decidí ascender en la carrera y apliqué para ser Master Teacher (MT). Si bien esto es más trabajo, puedo acceder más adelante a puestos más administrativos y con mejor salario dentro de la carrera”.
La profesora cuenta que se levanta diariamente a las 4 am porque la jornada laboral es de dos turnos y ella inicia a las 6am. Dicta clases hasta más o menos las 12 y en la tarde cumple sus funciones de líder de equipo (las tareas propias de ser MT) hasta alrededor de las 3:30. Luego de eso se queda hasta un par de horas más trabajando en su proyecto de innovación, requisito para poder seguir ascendiendo. Además, ella es la Asistente del director, así que lo cubre cuando él no está en el colegio por algún motivo. Normalmente llega a casa alrededor de las 6pm. Marites se está preparando para ser directora del colegio y luego especialista. La admiro, pero también me pregunto en qué quedó la lucha de nuestros antepasados por las 8 horas de trabajo.
Marites es una profesora divertida, directa y amable. Siento que la conozco desde antes, nos reímos y bromeamos con la idea de crear un colegio en alguna de las playas maravillosas de Filipinas. La idea me encanta, pero al mismo tiempo me preocupa que queramos seguir creando colegios privados. ¿Por qué la escuela pública sigue siendo un espacio del que muchos quieren escapar? Antes de despedirme, le pregunto: Si pudieras cambiar algo del sistema educativo de tu país, ¿qué sería? Se pone seria y me responde: “Pediría que todas las personas del gobierno pasen por lo menos un día entero enseñando”.
NOTA
[1] Nivel superior a un docente regular que implica un incremento de salario y horas de trabajo. Para acceder a este puesto es necesario que sea un docente permanente, ser docente de profesión, tener un rating de “muy satisfactorio” en los últimos 3 periodos de evaluación, al menos 3 años de experiencia como Profesor III y tener al menos 25 puntos en liderazgo, potencial y logros (es importante mencionar que, por fines ilustrativos, este es un resumen de los requerimientos pues su descripción oficial plantea equivalentes que no han sido incluidos en este pie de página).