Stefan Peters | Semana
El mundo se encuentra bajo el signo del coronavirus. La vida pública se ha paralizado y en un número cada vez mayor de países hay toques de queda. Estas medidas son correctas y esenciales para contener el coronavirus y proteger vidas. Sin embargo, estas acciones tienen un vacío: se abstraen de las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial. Es más, en los países del Sur global, la mayoría de las víctimas no serán directamente por causa del coronavirus, sino indirectamente, debido a las consecuencias económicas y sociales. Pero esto no es inevitable. Para amortiguar los impactos sociales se requieren acciones políticas a nivel nacional e internacional dirigidas a la protección de la población vulnerable. En la actualidad esto es tan improbable como vital.
(Casi) Todas las ruedas se detienen…
La economía global está entumecida por el ‘corona-shock‘. La producción está por el piso. Las razones se pueden encontrar, por un lado, en las medidas para contener el virus. Por otro lado, la interrupción de las cadenas de suministro está bloqueando los engranajes de la economía mundial. Es decir, el coronavirus prácticamente se parece a una huelga general sin una mesa de negociación. Además, en muchas áreas, la demanda colapsando. La gente se queda en casa y consume menos. Muchas empresas y negocios particulares temen por su existencia. Esto, a su vez, lleva a una reticencia a invertir. En resumen: una espiral económica descendente está en marcha… Leer más