Mónica Garrido | La Tercera
Parte importante de la población mundial ahora funciona con el coronavirus en sus mentes. Lavarse las manos ya no es un rito casual. Mientras algunos cuentan 20 segundos, otros cantan melodías en el proceso. En simultáneo, los estornudos y tos se remiten a un pañuelo destinado a la basura o el antebrazo -como siempre debió ser-, y abundan las mascarillas en los rostros. Se creyó que eso sería suficiente, pero de enero a la fecha, ya no hay eventos masivos, el trabajo en casa se ha extendido y el confinamiento parece ser la mejor medida.
“La situación es muy grave. Y no hay credibilidad en la afirmación de que el virus se propagó deliberadamente”, dice Noam Chomsky al ser consultado sobre la crisis de salud que tiene al coronavirus como protagonista… Leer más