COVID-19: La batalla por preservar la vida

En este artículo, la directora de Convoca.pe, Milagros Salazar Herrera, narra la lucha de su padre por vivir ante el ataque feroz del virus del COVID-19

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Milagros Salazar Herrera | Convoca

El viernes 10 de abril recibí una llamada de un teléfono desconocido. Al responder, escuché la voz de un hombre joven que se identificó como un doctor de la Dirección de Redes Integradas de Salud Lima Este que buscaba el domicilio de mi padre para visitarlo porque había dado positivo en la prueba molecular para detectar el virus del COVID-19. Pero la llamada llegó con dos semanas de retraso: en ese momento mi padre se encontraba en la sala de cuidados intensivos del hospital de Ate-Vitarte, luchando por su vida, a través de un ventilador mecánico.

Desde que mi padre, un hombre fuerte de más de 70 años de edad, empezó a tener los síntomas de la enfermedad, mi familia se comunicó en forma insistente con la línea 113 para reportar el caso. La respuesta siempre fue que los médicos llegarían en 48 horas. Pero nunca llegaron, nunca llamaron, hasta hace dos semanas, el viernes 10 de abril.

La tarde del 31 de marzo mi padre empezó a transpirar como un corredor en los últimos tramos de una maratón. Mis hermanas lo llevaron de emergencia a la clínica Centenario Peruano Japonesa, en el distrito de Pueblo Libre, donde le hicieron un examen completo de sangre, la prueba PCR (para medir el nivel de proteína C reactiva), exámenes de rayos X y una tomografía de los pulmones. El primer diagnóstico: neumonía. Sus pulmones estaban inflamados y uno de ellos tenía una mancha que alertó a los médicos… Leer más