Mientras el presidente de la República señalaba en su discurso que como parte de las acciones educativas del actual gobierno para enfrentar los efectos negativos del COVID 19 se estableció que “para evitar exponer a nuestros niños y jóvenes al contagio decidimos suspender las clases presenciales, sin embargo, esto no significó la paralización del servicio educativo, en tan solo tres semanas, se organizó la estrategia de educación remota de emergencia”; dos semanas antes, un alumno de la Universidad de San Cristóbal de Huamanga escribía como parte de su testimonio en plena pandemia[1]: “….el problema que tuve fue al momento de intentar regresar (…)a Huamanga puesto que iban a empezar las clases y en mi pueblo no tenía mucho acceso al internet, bueno, no solo las clases fueron los motivos para regresar sino que antes de la cuarentena yo trabajaba y como la economía se estaba reincorporando, tenía que volver al trabajo…”[2]… Leer más