Edición 64

Diez medidas para un mejor año escolar 2021

Analizar y evaluar la calidad pedagógica de la propuesta de Aprendo en Casa es una tarea pendiente, indispensable de cara a lo que debe ser mejorado el próximo año

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Eduardo León Zamora | EDUCACCIÓN

El próximo año escolar 2021 amenaza con ser igual de malo que el presente si no se toman las medidas necesarias para evitar repetir el mismo plato. Y nadie quiere repetirlo porque nos ha dejado un mal sabor, aunque el MINEDU se haga autobombo y sus ayayeros de siempre le sigan la corriente.

Sin duda, este ha sido un año muy malo, en forma global. Y el MINEDU se ha quemado en su intento de montar una estrategia de Educación a Distancia que ha sido mal diseñada desde el comienzo y no ha tenido capacidad y, menos, voluntad de corregir.

Desde esta tribuna se han lanzado vanas y repetidas advertencias, críticas y recomendaciones. Y desde otros espacios, también. Pero mientras sean pocos los aguafiestas, la fiesta continuará con las consecuencias temidas.

Con esa actitud, las cosas no pintan muy bien para el próximo año si no se plantea una seria evaluación de lo hecho y no se realizan correcciones de fondo para evitar seguir remando hacia el remolino en medio de un naufragio, como parece ser la intención testaruda del MINEDU.

Intención que se revela al seguir presentando la adquisición de las Tablets como la solución a los problemas presentados este año que, en realidad, han sido generados por las malas decisiones del MINEDU. Desde el hecho de no haber apostado por la radio como el medio central para desarrollar Aprendo en Casa por estar más cercano de la gente hasta haber dejado de lado a las regiones para que participaran, activamente, en el diseño de las actividades de esta estrategia, entre otros errores.

En las últimas semanas ha saltado a la opinión pública la situación de la expulsión de estudiantes vulnerables del sistema escolar que el MINEDU se ha empeñado en llamar abandono temporal; como si pintando la realidad con bonitos colores las cosas estuvieran mejor.

El problema de fondo es que, como ha advertido bien Cuenca, la expulsión de estudiantes del sistema educativo es un problema que no es exclusivo de estos tiempos de Educación a Distancia. Y está en lo cierto, la expulsión de estudiantes del sistema educativo es un problema crónico de nuestro sistema educativo. En un sistema educativo colapsado se produce este tipo de fenómenos.

Aunque él, junto a otros investigadores, como Cueto, e instituciones como el CNE o la UPCH siguen refiriéndose a esta realidad como deserción escolar, debemos ser más precisos y objetivos con el lenguaje. Si se habla de Deserción Escolar, se asume que niñas, niños y adolescentes son quienes deciden abandonar el sistema educativo. Si se habla de expulsión del sistema educativo, se asume que es el sistema educativo el que los abandonó. Las palabras y las miradas no son neutras. Uno decide cómo ver la realidad.

Es claro que niñas, niños y adolescentes expulsados del sistema educativo son las víctimas visibles de una realidad injusta, pero también están las víctimas invisibles, que están conformadas por quienes permanecen en el sistema educativo, pero que se les expulsa de la oportunidad de aprender en escuelas que están en crisis o a través de estrategias de Educación a Distancia mal diseñadas.

Sobre Aprendo en Casa se han venido comentando y analizando diferentes aspectos del mismo: la cuestión de la conectividad y accesibilidad, las competencias docentes para el manejo de TICs, el nivel de satisfacción de las y los estudiantes, el abordaje de algunos temas relevantes, la dosificación de las tareas escolares, las respuestas más creativas del profesorado, la articulación de las tres presentaciones de la estrategia (web, radial y televisiva), iniciativas de soporte de la estrategia por parte de municipalidades, la compra y distribución de las Tablets y, últimamente, sobre la expulsión de estudiantes del sistema educativo en tiempos de pandemia y Educación a Distancia.

Sin embargo, un tema de vital importancia, pero de poco tratamiento es el de la calidad de la estrategia desarrollada por el MINEDU. Los comentarios positivos que se han hecho han girado en torno a la rápida respuesta del MINEDU para montar la estrategia en poco tiempo, el esfuerzo desplegado y el abordaje de algunos temas que se han considerado controversiales, pero relevantes.

La calidad pedagógica de la propuesta de Aprendo en Casa no es un tema menor, sino fundamental. La necesidad de analizarla y evaluarla es una tarea pendiente que es indispensable de cara a lo que debe ser mejorado el próximo año.

Hoy, en las escuelas y en el marco de la estrategia Aprendo en Casa, aún un porcentaje de estudiantes que asisten o participan, muy probablemente no están aprendiendo. Y no aprenden debido a varios factores.

Uno de los factores más influyentes en ello, es el diseño de calidad irregular de sus actividades de aprendizaje y su inadecuada ejecución. Y no voy a volver a repetir todo lo que he señalado en artículos anteriores. Sólo mencionaré tres de las observaciones más relevantes: El abandono de un enfoque por competencias, la inconsistencia pedagógica de las actividades propuestas y el excesivo activismo sin propósito claro.

Estudiantes que no aprenden son los que ocupan los más bajos resultados en las ECE, donde cada año nos volvemos a enterar que menos del 50% de estudiantes no alcanza los logros esperados.

En la situación actual de pandemia y de Educación a distancia, es más que probable que un porcentaje más alto de estudiantes que participan de Aprendo en Casa alcancen resultados mucho menores, dada la irregular calidad de esa estrategia del MINEDU. Con lo cual, la suma de expulsados visibles e invisibles sería enorme.

De allí que nuestra preocupación por esta situación debe llevarnos a impulsar medidas que no se resuelven, sin duda, con Tablets.

Ya no es tiempo de seguir confiando en las capacidades de un Ministerio de Educación, enredado en su burocracia ineficiente. Es mejor compartir los desafíos y los retos como sociedad. Es hora actuar y no quedarnos en la opinión y la crítica.

Medidas para enderezar entuertos:

  1. Diseño del sistema nacional de educación a distancia
  2. Aplicación de formatos/plantillas de evaluación de programas y actividades educativas para garantizar la consistencia pedagógica de las propuestas de educación a distancia.
  3. Aprendo en Casa descentralizado: 25 programas educativos de Aprendo en Casa a cargo de las 25 Direcciones Regionales de Educación del Perú.
  4. Concurso nacional para diseño e implementación de programas educativos a distancia: alfabetización inicial en comunicación y matemáticas, entre otros.
  5. Concurso nacional para la producción de programas educativos de calidad.
  6. Diseño óptimo de actividades educativas para las Tablets y ampliación de su uso a partir del 1° grado de primaria.
  7. Programas educativos radiales desarrollado por las UGEL.
  8. Habilitación de la red troncal nacional de fibra óptica para garantizar mayor acceso a internet.
  9. Bono familiar para tarjetas prepago para uso del WhatsApp.
  10. Adopción de una estrategia multisectorial distrital para reducir la expulsión de estudiantes del sistema educativo.

Y como yapa, añadiríamos como medida de gran importancia poner al MINEDU en receso para pensar en un renovado y repotenciado organismo educativo nacional, más eficiente y comprometido con la justicia educativa.

Lima, 5 de octubre de 2020

Eduardo Leon Zamora
Licenciado en Educación Primaria y magíster en Investigación Educativa. Trabaja como consultor independiente en diversos temas educativos: Currículo, formación docente, políticas educativas, EIB, Educación Ciudadana, Educación Inclusiva, Afroeducación, Educación para la Diversidad Sexual, Evaluación y Metacognición. Estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano de Chile. Ha trabajado en La Casa de Cartón, en el colegio Madre Admirable de El Agustino, con los Huch´uy Runa del Cusco, KALLPA, TAREA, MINEDU, UNICEF, USAID/PERÚ/SUMA. Actualmente, trabaja en una investigación con el CISE-PUCP sobre el desarrollo de la identidad afroperuana; y con GRADE, sobre los «Efectos de la ECE en las prácticas docentes».