Edición 64

El coleccionista de libros de Abelardo Gamarra, El Tunante

Abelardo Gamarra fue contemporáneo de Manuel González Prada y Clorinda Matto de Turner. Esta generación cuestionaba la imagen de nación peruana, entre las crisis de una incipiente República.

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Entrevista con Aladino Carbajal de la Cruz
Jannet Torres Espinoza | EDUCACCIÓN

Hace unos siete años, empecé una investigación sobre el escritor peruano Abelardo Gamarra y en la búsqueda me enteré sobre uno de sus coleccionistas más dedicados. Mis primeras incursiones sobre este escritor trujillano se debían a que me causó simpatía su prosa jaranera y a la par de filosa crítica, en un lenguaje popular y antiacadémico; además el contenido, lo que dice, me dejaba entre la sonrisa y el llanto. Ciro Alegría refiere bellamente el impacto que tuvo al leer a Gamarra: “Ese hombre escribía. Yo encontré a mi patria y me encontré a mí mismo en sus páginas. Casi rompo a llorar leyendo aquello. Me hubiera gustado estrecharle la mano y decirle ‘Usted es un escritor del pueblo’”. Para leer a Abelardo Gamarra un poco más busqué una edición completa de Rasgos de pluma (1899), donde él reunió más de 70 textos costumbristas breves. Cuando preguntaba en las diferentes librerías, los vendedores más ilustrados me decían frecuentemente “ah, ¡El Tunante! Difícil encontrar sus libros”. Muchos me preguntaban curiosos por qué me interesaba por este escritor peruano, que publicó en el siglo XIX.

Entre que conversaba con los libreros, dos me dijeron “Deberías de contactar a Aladino Carbajal. Él pregunta siempre por Gamarra”. Si has coleccionado algo alguna vez en tu vida, sabrás que es una actividad que requiere dedicación y un particular cariño a aquello que se colecciona. Contacté a Aladino por Facebook. Por tiempos, nunca hemos coincidido en persona, Lima puede resultar caótica con o sin pandemia. Pero hemos conversado infinidad de veces sobre el escritor que nos interesa en común. Hace poco Aladino confirmó mediante sus investigaciones que la fecha de nacimiento de Abelardo Gamarra fue el 5 de setiembre de 1850, dato que se desconocía. Conversando sobre esa fecha y recordándolo en setiembre, como celebrando el cumpleaños de un amigo, nació esta entrevista. Así es que, en complicidad con Aladino, dedicado coleccionista e investigador, queremos compartirte estas líneas en homenaje al Tunante.

Aladino, ¿cómo así decidiste coleccionar los libros de Abelardo Gamarra?

Voy a contarte una historia muy brevemente. Hubo en Lima, en la década de 1970, un señor francés de nombre Jean Montoya. Se desempeñaba como directivo en la Alianza Francesa, en asuntos culturales. Este señor se había propuesto reunir las obras de Abelardo Gamarra, con el fin de reeditarlas, agregando un estudio crítico suyo. Contactó con las librerías de viejo e, incluso, puso un anuncio en periódicos, ofreciendo comprar o fotocopiar cualquier material relacionado al escritor costumbrista. Con todo eso, lo único que consiguió fueron los libros Rasgos de pluma (1899), Artículos de costumbres (1910) y uno que otro artículo en periódicos sueltos. Fracasó en su proyecto. En una entrevista para El Comercio, dijo que le resultó extraño que a Gamarra se le estudie y conozca poco en el Perú, siendo un escritor tan importante. ​

   

Te refiero esta historia porque, indiscutiblemente, Abelardo Gamarra forma parte de la pléyade de autores peruanos de nuestra gran literatura nacional. Las mejores voces de la crítica literaria han reconocido el valor trascendental de su obra. Entonces, ¿cuál es el problema para que no se le conozca o lea? Creo que es por el restringido alcance de sus libros y la poca o casi nula reedición de los mismos. Para leer a Gamarra, hace falta, pues, reeditar sus libros. En ese sentido, desde años atrás, lo vengo coleccionando e investigando. Mi propósito es publicar sus obras completas y su biografía el 2024, que será el año del centenario de su muerte. De ese modo, su literatura llegará a un público amplio, y no solo a un reducido grupo de intelectuales y coleccionistas, como sucede hasta hoy en día.

¿Cuándo empezó tu interés por Abelardo Gamarra? ¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que escuchaste sobre él?

Mi interés por Abelardo Gamarra empezó cuando aún estudiaba la secundaria en Huamachuco. Para entonces ya tenía afición por la investigación. Intenté hacer un trabajo sobre el proceso histórico de la literatura local; y cuando quise abordar el tema Gamarra, se frustró todo, porque al recurrir a las dos bibliotecas públicas de la ciudad, lo único que encontré fue una reedición de sus Artículos de Costumbres ([1910] 1997) que había hecho el poeta Santiago Aguilar, con auspicio de la Municipalidad de Sarín; una reedición incompleta de La Batalla de Huamachuco; y un par de  textos de crítica a su obra de Julio Galarreta González. Y nada más. Incluso, una de estas bibliotecas lleva el nombre de Gamarra, pero en su estantería no se encuentra ninguna obra original suya. Sin duda, eso fue lo que primero me llamó la atención: que, en Huamachuco, la capital de la provincia en la que nació Abelardo Gamarra, todos pronunciemos su nombre, aunque de él poco o nada sepamos.

Aladino Carbajal de la Cruz es un autodidacta, aficionado a la investigación histórica y a la bibliofilia, sobre todo de Huamachuco, su pueblo natal. Aladino posee una de las colecciones más completas de las obras del escritor Abelardo Gamarra. Tiene además un proyecto en mente: reeditar las obras de Abelardo Gamarra para el centenario de su muerte, en 2024, acompañado de una muestra bibliográfica y visual itinerante, en las ciudades por las que transitó El Tunante.
Sé que llevas buen tiempo coleccionando los textos de Gamarra. Si cuando yo empecé a preguntar por él hace siete años, los libreros ya me hablaban de ti. ¿Cuántos textos, entre libros y revistas tienes de o sobre Abelardo Gamarra? ¿Cuánto tiempo ya llevas coleccionando sus libros?

No soy de contar mis libros, pero puedo decir que tengo ya mucho material de y sobre Abelardo Gamarra. Llevo un poco más de diez años coleccionando sus escritos y todo lo que de él se escribe. Aún no tengo completos sus libros. No conozco hasta ahora una biblioteca que tenga sus obras completas. No lo tiene ni siquiera la Biblioteca Nacional del Perú. Ello se debe, en gran parte, porque El Tunante publicó sus libros en tirajes bien cortos, y eso le hace un autor difícil de encontrar. Aun así, mantengo la esperanza de poder completarlas algún día. Seguiré tras sus huellas.

Has logrado conseguir muchísimos textos de primera edición de Abelardo. En algún momento yo pensé en hacer lo mismo, pero cuando supe que ya tú estabas en eso, preferí consultar contigo. ¿Cómo ha sido para ti el recorrido del coleccionista de libros antiguos en Perú?

Lima tiene muchas librerías y tiendas de antigüedades. En un inicio visitaba estos lugares incluso hasta dos veces por semana. Claro, iba buscando también material de otros temas, pero nunca olvidaba preguntar por cualquier novedad sobre Abelardo Gamarra. Con los años que llevo comprando libros, tengo el honor de contar con la amistad de la mayoría de estos libreros y anticuarios, muy especialmente de los que están en Plaza Francia y en los jirones Camaná, Quillca y Amazonas. Ahí están Raúl Mendoza, Cristian Verme, Juan Gervasio, y varios otros más, a quienes hago llegar mi eterno agradecimiento. Ellos han sido quienes, de cuando en cuando, han ido enriqueciendo mi colección de Abelardo Gamarra.

En todo este recorrido de coleccionista, ¿cuál fue el primer libro de Gamarra que llegó a tus manos?

El primer libro en primera edición que adquirí de Abelardo Gamarra fue Artículos de costumbres, de 1910, impreso por la reconocida Librería Francesa Científica E. Rosay. Lo compré por internet a uno de los mejores libreros de viejo en Lima. Su nombre es Marco Villegas. Ubiqué el libro en su página web, El Viejo Villegas, lo contacté y coincidimos para la entrega en Amazonas, el Paraíso de los libros. Este ejemplar es, indudablemente, el que aprecio sobremanera, porque es el que da inicio a toda la colección que hoy poseo.

¿Y cuál ha sido el libro de Abelardo Gamarra que ha sido más difícil de conseguir? ¿Cómo lo conseguiste?

En realidad, casi todos los libros de Abelardo Gamarra han sido difíciles de encontrar. Hay tres títulos que son comunes: Rasgos de pluma, de 1899, Artículos de costumbres, de 1910, y Cien años de vida perdularia, de 1921, y después, el resto de libros son absolutamente difíciles de conseguir. Con decirte que llevo más de diez años coleccionándolo y aún no tengo completas sus obras, te imaginaras lo difícil que es.

¿Qué otras actividades y personas han surgido vinculadas a tu camino de coleccionista de Abelardo Gamarra? ¿Has podido contactar con la familia del escritor?

Ser investigador, y muy especialmente de Abelardo Gamarra, me ha permitido conocer a muchas personas que también muestran interés por la figura del escritor costumbrista; es con ellos con quienes, de vez en vez, intercambio información. Por ejemplo, hace poco compartí en mi cuenta de Facebook un saludo de cumpleaños a Gamarra del periódico El Nacional, del 5 de setiembre de 1891, con motivo de reafirmar que nuestro personaje había nacido el 5 de setiembre de 1850, conclusión a la que había llegado ya en un artículo de hace unos años. En eso, me contactó un amigo y me presentó un documento de un censo en el que se le había registrado a Gamarra con su edad; teniendo en cuenta el año en que se realizó el censo y restando su edad consignada en ese documento, daba a 1851 y no a 1850, como yo había concluido. Por esos días estuve haciendo una semblanza de otro personaje huamachuquino, de Nicolás Rebaza, y una pariente suya me facilitó la partida de su bautismo, indicándome como fuente un repositorio digital. Dada la ocasión y con mucha curiosidad, entré a ese repositorio indicado y, vaya suerte, encontré digitalizado el libro de bautismos de la Parroquia de Huamachuco, correspondiente a los años de 1850 a 1853, y en él, la partida bautismal de Abelardo Gamarra. Celebré mucho ese hallazgo.

Partida de bautismo de Abelardo Gamarra. Tomada del Libro Parroquial de Bautismos de la Santa Iglesia Matriz de Huamachuco, correspondiente a los años de 1850 – 1853, folio 27, N° 306. Archivo de la Prelatura de Huamachuco. Fuente: familysearch.org

Te refiero esto a modo de ejemplo, porque he conocido muchas personas que siempre apoyan mi trabajo de investigación. Contacté también con algunos familiares directos de Gamarra, pero hasta ahora, ninguno me dio razón de su archivo personal. Su archivo ayudaría mucho para el estudio de su personalidad, de sus relaciones con otros intelectuales, y, en fin, sería de mucha ayuda. Ojalá que no haya desaparecido para siempre y algún día salga a la luz.

Para quien no ha leído aún a Abelardo Gamarra, ¿qué le dirías para invitarlo a leer a este escritor? Para ti, ¿qué hace vigente sus textos?

Esta pregunta me trae al recuerdo el centenario de la independencia nacional. Mientras que Lima y las principales ciudades del país se revistieran de actos celebratorios pomposos, Abelardo Gamarra tuvo una particular manera de conmemorar el acontecimiento, publicando Cien años de vida perdularia, libro de costumbres políticas de la República de Pelagatos y sus instituciones. En aquellas páginas, la pluma de Gamarra ilustra los principales problemas políticos de la realidad de la República peruana, en un lenguaje coloquial pueblerino, característica de su pluma. Así allí están las incongruentes disputas políticas entre el partido de los congules contra el de los churgapes; La Palizada, aquel grupo de badulaques que obtuvo al poder político; aquellas reuniones de electores confabuladores en las casas de los diputados; los patriocabulistas, esos falsos patriotas pero verdaderos cabulistas, que tenían por Dios el buche y por Ley la del embudo; y tantos otros personajes y tantas otras costumbres que representaban el atraso y la postración en la que se había sumido el Perú. A lo que voy con esta cita, es que nuestro país, a doscientos años como República, sufre todavía de la corrupción y desidia de la clase política. En ese sentido, los textos de Abelardo Gamarra, en gran medida, constituyen una protesta actual. Pero ese no es el único tinte de sus escritos. Con su pluma describió también cuadros costumbristas decimonónicos y de principios del siglo XX, de la sierra y de la costa peruanas, muy especialmente de Lima. En este aspecto, Pedro Rada y Paz Soldán hizo bien en denominarle el Pancho Fierro de nuestra literatura.

Finalmente, para cerrar con esta entrevista y agradecerte además por exponer sobre tu colección y las investigaciones que has realizado, cuéntanos ¿tienes algún pasaje favorito, alguna frase de Gamarra que quisieras compartirnos?

Sí, esta: “Dios no hizo la verdad patrimonio de unos cuantos privilegiados; la hizo como el Sol para todos, sin ella no se puede vivir, y vivir es lo que necesita el Perú”.

En palabras de Aladino, Gamarra es “uno de los escritores más populares y fecundos del Perú republicano. Como periodista, colaboró en las principales publicaciones de la época, como El Correo del Perú y El Nacional; y dirigió otros, como La Bandera del Norte, El Perú Artístico y La Integridad. Es autor de una de las mejores letras del repertorio musical peruano: La Concheperla. Además, Gamarra fue político, actividad que asumió después de la guerra con Chile, actuó con probidad y patriotismo”. Este grabado, una de las adquisiciones de Aladino, fue realizado por Evaristo San Cristóbal, reconocido artista de fines del siglo XIX.

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Como detalle de cierre, comentarles estimados lectores que Abelardo Gamarra fue contemporáneo de Manuel González Prada y Clorinda Matto de Turner, por mencionar dos de los nombres más conocidos de los escritores peruanos decimonónicos y que además fueron amigos cercanos con El Tunante. Esta generación de escritores se cuestionaba sobre la imagen de nación peruana, entre las crisis políticas propias de una incipiente República. Gamarra escribió inagotablemente sobre el Perú por más de tres décadas; aún con sus personales contradicciones fue uno de los primeros en delinear la importancia del migrante andino en Lima que se sentipensaba europea, con su valoración de costumbres populares de la sierra peruana influyó en escritores posteriores. Esperamos que estos apuntes le animen a leerlo.

 

*Agradecimientos al investigador Luis Rodríguez Pastor por compartirnos las reflexiones de Ciro Alegría sobre Abelardo Gamarra. La cita pertenece al libro “Retrato de Ciro Alegría” incluido en el libro El gozo de las letras. Lima, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1997, pp. 85-101. 

** Todas las fotografías empleadas aquí son de autoría de Aladino Carbajal. Las portadas son de los libros que integran su nutrida colección de libros de Abelardo Gamarra.

Miami, 5 de octubre de 2020

Jannet Torres Espinoza
Jannet Torres Espinoza (Lima, 1985). Magister en Literatura Peruana y Latinoamericana (UNMSM, 2019). Diplomado en Mediación Lectora (IBBY-México. Online, agosto – noviembre, 2018). Diplomado en Gestión Educativa (IPAE, 2011). Con experiencia docente en el ámbito universitario, en educación escolar pública en el Ministerio de Educación del Perú y en gestión pedagógica del colegio de educación básica regular “María y José de Los Olivos”. Actualmente realiza estudios de doctorado en el programa de español en Florida International University, Miami, y se desempeña como Teacher Assistant de Español en la mencionada universidad.