Jorge Bruce | La República
El término ansiedad parece haberse impuesto, tanto en el lenguaje coloquial como en el científico. El MINSA, por ejemplo, lo utiliza en sus materiales clínicos (“Trastorno de ansiedad generalizado”). Y el público recurre a esa palabra, tal como a “estrés”. Como es obvio, en la situación pandémica en la que estamos inmersos, dichos vocablos están ocupando un lugar preponderante en la nube de los discursos, tanto privados como públicos. Ya he explicado antes que se trata de un anglicismo, tomado de anxiety, y que en español debería llamarse angustia… Leer más