Jaime Bedoya | El Comercio
A finales de los años 60 un empresario de disposición romántica inauguró en la Carretera Central un emprendimiento. Se trataba del hostal al paso “Tu y yo”, presentado para el respetable público bajo el slogan como un lugar para hombres de negocios fatigados. Quedaba implícito que el mejor reconstituyente para el cansancio laboral lo constituían provechosas jornadas de amor al paso. Quiso el destino que este nido de contraprestaciones corpóreas estuviera ubicado en el kilómetro cinco y medio de la mencionada vía. Desde entonces mencionar el guarismo cinco y medio es convocar el romance clandestino, traviesamente resbaladizo y cruelmente cronometrado… Leer más