Anna Lagos | El País
Quizá la mejor explicación sobre la prodigiosa imaginación de Gabriel García Márquez la hizo su padre: “tenía una capacidad para inventar más allá de la realidad que veía. Siempre he dicho que tenía dos cerebros. A mí nadie me quita la idea de que Gabito es bicéfalo”, decía don Gabriel Eligio García. Ese formidable talento fabulador lo volcó en sus obras, pero también le gustaba fantasear con las historias reales detrás de su literatura. García Márquez fabricó una leyenda sobre los pormenores de su legendaria obra Cien años de soledad. Jugaba al despiste, aseguraba que tuvo que mandar el original en dos partes a la editorial Sudamericana porque se quedó sin dinero en la oficina de correos y solía decir que no sabía dónde estaban los manuscritos… Leer más