En los últimos meses hemos estado viendo pronunciamientos de varios colectivos de maestros, de organizaciones indígenas y otras asociaciones de sociedad civil, igualmente comunicados de la Defensoría del Pueblo, del Consejo Nacional de Educación, artículos periodísticos en la prensa escrita, podcast, entre otros.
Todos manifiestan protesta, preocupación y, en algunos casos, denuncian un complot para destruir desde el mismo Ministerio de Educación la Educación Intercultural Bilingüe (EIB).
Resulta alentador ver cómo se ha logrado “construir” o “instalar” una sociedad civil vigilante cada vez más amplia, que demanda y vela por una EIB de calidad, algo que hasta hace unos 7-8 años no existía.
Pero ¿qué está pasando en relación con la política de EIB? A continuación, algunos datos y reflexiones que podrían ayudar a responder a la pregunta de este artículo.
A nivel normativo
Se han presentado dos intentos por cambiar normas que costaron mucho incorporar en el marco legal para la implementación de la EIB como política pública:
1) Un oficio emitido por el director de la DIGEIBIRA que pretendía que las direcciones y gerencias regionales de Educación hicieran llegar su lista de las IIEE de su jurisdicción “para que sean exceptuadas de la aplicación del Modelo de Servicio EIB (…) a fin de facilitar la contratación oportuna de docentes”.
2) Dos resoluciones viceministeriales que cambian requisitos y protocolos para la contratación y encargatura de puestos directivos en instituciones educativas EIB, donde antes se pedía el conocimiento de la EIB y el dominio de la cultura y la lengua originaria de los estudiantes.
En el primer caso, el oficio fue dejado sin efecto, gracias a las denuncias de las organizaciones de sociedad civil. En el segundo caso, se ha emitido otra resolución viceministerial (137-2022-MINEDU) en la que se mantiene el espíritu contradictorio y altamente cuestionado, pues solo se exige el dominio de la lengua del postulante en la tercera y cuarta etapa del proceso, cuando lo lógico, y lo que estaba antes, es que sea un prerrequisito para acceder a esas plazas desde el inicio del proceso.
También se han anunciado otros cambios normativos como revisar y replantear el Modelo de Servicio EIB, que está muy bien pues hay cosas que tienen que mejorarse, en especial, a partir de su implementación en la práctica. Sin embargo, dada la tendencia que se observa, existe preocupación debido a que los cambios, más que para consolidar el modelo, sean para seguir debilitando su implementación en las tres formas de atención que comprende la EIB.
Igualmente, se pretende transferir a las direcciones regionales de Educación la caracterización de las escuelas EIB, lo que implica tal vez el manejo y control del Registro de IIEE EIB de su respectiva jurisdicción, algo que puede sonar interesante en el marco de la descentralización, pero que resulta realmente preocupante pues es una forma de desaparecer el Registro Nacional de IIEE EIB y dejar a discreción y el parecer de cada autoridad regional la decisión de qué escuelas desarrollan la EIB.
A nivel presupuestal
En el año 2011 el presupuesto de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe (DEIB), que era una dirección de línea de la DIGEIBIR (hoy DIGEIBIRA), era apenas 1 millón 900 mil soles. En los siguientes años (2012–2017) fue subiendo progresivamente hasta llegar a tener más de 60 millones de presupuesto. Sin embargo, a partir del 2018 se inicia el recorte presupuestal y hasta la fecha no se ha podido recuperar el monto que llegó a tener en algún momento. Este año 2022 el presupuesto asignado es de 19 millones 470 mil soles.
A nivel de la implementación de la EIB en las instituciones educativas
Se considera que una escuela desarrolla la educación intercultural bilingüe o brinda el servicio de EIB cuando tiene tres elementos fundamentales: 1) cuenta con docentes bilingües formados en EIB, 2) desarrolla una propuesta pedagógica de EIB; y 3) cuenta con materiales tanto en la lengua originaria de los estudiantes como en castellano. De acuerdo con los datos presentados en el balance de implementación del Plan Nacional de EIB, en mayo del presente año, solo el 19,5 % de los estudiantes indígenas de inicial y el 21,6 % de primaria acceden a una escuela que tiene estos tres componentes.
En la línea de base con la que se inicia el plan se observa que al 2016 el 18,3 % de estudiantes de inicial y el 23,6 % de primaria ya accedía a una escuela EIB con estas características, lo que significa que en 5 años no se avanzó prácticamente nada en inicial y que en primaria hasta se ha retrocedido. La meta al 2021 era llegar al 36,7 % en inicial y al 47,1 % en primaria, una meta nada imposible de lograr si se hubieran mantenido y mejorado las estrategias de llegada a la escuela y si el presupuesto se hubiera mantenido y mejor aún incrementado en un 10 % cada año como estaba previsto en el mismo plan.
Si bien los avances en la implementación de la EIB desde el 2011 hasta el 2016 eran insuficientes, ya se había logrado diseñar una ruta de trabajo sostenido que debía seguir desarrollándose para lograr el impacto tan deseado en las escuelas. De hecho, en la evaluación censal del 2014 en escuelas EIB por fin se logró mover las cifras de logros de aprendizaje en estudiantes con lengua materna quechua, shipibo y awajún, y el porcentaje de estudiantes con nivel 2 (nivel esperado) se duplicará y hasta triplicará. Esto es evidencia de que cuando se garantiza docentes bilingües que desarrolla una propuesta pedagógica de EIB y cuentan con materiales pertinentes tanto en la lengua indígena como en castellano, los estudiantes logran los aprendizajes.
El impacto en las escuelas es un proceso largo y requiere que las políticas se sostengan en el tiempo y que se persista en aquello que funciona y se mejoren las limitaciones. Pero pretender refundar las cosas, cuestionar todo con el supuesto de que “no funciona” basados en sus propias impresiones e imprecisiones solo distrae del norte que se tenía para lograr una EIB de calidad y se desaprovecha a los equipos técnicos en trabajos innecesarios mientras las escuelas siguen literalmente abandonadas… esta puede ser una forma solapada de paralizar y hasta destruir lo avanzado en la EIB.
Entonces, ¿hay realmente un retroceso en la implementación de la política de educación intercultural bilingüe? Definitivamente sí, aunque para ser justos debemos señalar que estos retrocesos no son solo responsabilidad de este gobierno y de esta gestión, como se ha podido ver. Lo que sí es responsabilidad de esta gestión del MINEDU es que se está afectando aspectos fundamentales del marco normativo que repercuten directamente en aquello que se había logrado ordenar para el desarrollo de la EIB como política pública. Es de esperar que la sociedad civil vigilante que se ha logrado consolidar no lo permita.
Lima, 5 de noviembre, 2022