Edición 88

Presente: mi voz cuenta

La clave está en articular espacios educativos que fortalezcan la relación entre la imaginación, la creatividad y la innovación

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¿Cómo se ve cuando el docente respeta la voz de los estudiantes? ¿Qué significa ser sujeto de derecho? ¿O tener agencia para que ellos puedan crear una realidad artística, social y cultural propia?

Construir una mirada crítica desde las artes, como complemento al pensamiento creativo, requiere de trabajo constante y sostenido en el tiempo. Importante considerar la influencia de las diferentes etapas de desarrollo de los estudiantes tomando en cuenta algo muy sui géneris de las artes, y es que el desarrollo evolutivo de los estudiantes no siempre va de la mano con el desarrollo artístico. Es decir, puede no haber una correspondencia. La razón principal es que los lenguajes de las artes se tienen que practicar. La experiencia favorece el desarrollo de sus competencias.

Para fomentar la creatividad y el pensamiento crítico en la educación artística, se necesita promover experiencias de aprendizaje con propósito al estilo de John Dewey. Aprendizajes que preparen a los estudiantes para la vida y que fortalezcan el entendimiento que ellos puedan desarrollar de sí mismo y de su relación con el entorno. Para que estas experiencias sean excepcionalmente significativas, los estudiantes tienen que aprender a expresarse de manera clara y precisa. Por sobre todo, estas experiencias tienen que ser contribuciones creadoras y relevantes para ellos. Estas se hacen y rehacen social y culturalmente a través de acciones transformadoras. Con la práctica, los estudiantes desarrollan una comprensión más crítica. Entonces no es algo que se transmite, sino que se construye con su trayectoria.

Utilizar las artes como recurso para comprender mejor el mundo de manera crítica significa poder descifrarlo en libertad cuando uno lee, escribe, dibuja, baila, canta, habla, observa, escucha y participa en las manifestaciones y expresiones artísticas y culturales que los estudiantes crean y sus pares, o las de su comunidad, región, país, y en el tiempo y de otras culturas. Para ello se requiere de una educación artística que utilice las herramientas y los lenguajes de las artes para estudiar y sustentar creativa y críticamente la vitalidad de sus identidades, tradiciones, valores y memoria.

El objetivo central es diseñar una propuesta pedagógica con el fin de fortalecer el pensamiento crítico en los estudiantes mediante su participación activa.

Lo que se busca es utilizar el pensamiento crítico en el proceso de aprendizaje para lograr que los estudiantes desarrollen su potencial a través de las artes y la educación artística. Como ya hemos mencionado arriba, el propósito es integrar esta manera de aprender no solo a su formación académica, sino especialmente, a mejorar la calidad de sus vidas. Por eso es importante establecer relaciones significativas dentro y fuera de las escuelas con entornos artísticos y culturales, ya que estos tienen la capacidad de restringir o fortalecer este tipo de aprendizaje. La idea es desarrollar el pensamiento creativo a través de la observación y la experimentación. Lo que llevaría a los estudiantes a aprender a (re)pensar críticamente e interrogar diferentes contextos, imágenes e ideas a través suyo. Para ello, el docente debe crear un espacio seguro en el que los estudiantes puedan expresarse en libertad. Diseñar situaciones de aprendizajes complejas, dinámicas y cambiantes, permite explorar el arte como eje transformador de cambios sociales, estudiar la relación fascinante entre el arte contemporáneo, la cultura viva, la voz de los estudiantes y el patrimonio, examinar el impacto de la diversidad cultural dentro y fuera de la escuela, trabajar el enfoque intercultural desde una perspectiva inclusiva, y promover la equidad de género y una relación más experimental entre el arte, la ciencia y la tecnología (STEAM),  entre otros.

Imaginemos una educación artística de calidad, alternativa que proponga desde lo diferente y disruptivo, una nueva filosofía de enseñanza y aprendizaje a lo largo de la escolaridad.

La literatura nos dice que el aprendizaje de las artes en una educación artística de calidad transforma la imaginación de los estudiantes y les ofrece las herramientas necesarias para la construcción de conocimiento por medio de representaciones simbólicas y significados que no pueden ser transmitidos de otra manera. También que la educación artística estimula el pensamiento creativo y crítico en los estudiantes, y que tiene el potencial de ser transformativo en todas las fases de su desarrollo. Añaden que ellos en cada etapa y a través de sus experiencias, exploran posibilidades y proponen significado; que construyen un sentido artístico y cultural que los pone en una situación favorable no solo para interactuar con los demás, sino para comunicar de manera efectiva sus ideas y emociones. Y que al participar en procesos auténticos que fomentan la agencia creativa, los estudiantes adquieren habilidades críticas para crear e “ir más allá de la información dada”, lo que proponía Jerome Bruner en 1974.

Sin embargo, la realidad es mucho más dura. La enseñanza y el aprendizaje descrito anteriormente no logra ser parte de la experiencia de la mayoría de estudiantes porque la educación artística no se práctica de manera progresiva. Los programas ideados desde la colaboración, en procesos participativos con el aporte activo de los estudiantes son prácticamente nulos. Es difícil encontrar programas articulados por ambos, docentes y estudiantes, en los que los procesos de creación e investigación vayan de la mano. En el Arte de Rediseñar la Instrucción de la plataforma www.criticalthinking.org describen muy bien lo que ocurre:

 …la enseñanza, el aprendizaje y el conocimiento pueden ser inferiores o superiores, fragmentados u organizados, superficiales o profundos. Aunque todos los maestros en teoría aspiran a enseñar de modo que los estudiantes adquieran un conocimiento profundo, organizado y de orden superior; el efecto de la mayor parte de la enseñanza es otro: de orden inferior, fragmentado, superficial y a menudo transitorio.

Este tipo de enseñanza la asocian a algo que llaman “Mother Robin Teaching”. Este fenómeno se da cuando los docentes “desmenuzan” demasiado la información que comunican a los estudiantes. Ellos por su parte se acostumbran a repetir lo que escuchan, o lo que dicen los textos. Cuando llegan a los 10 u 11 años es la única enseñanza- aprendizaje que conocen. El docente tampoco cuestiona su practica educativa y simplemente “piensa” por sus estudiantes. Los estudiantes terminan integrando superficialmente el contenido de lo que están aprendiendo sin realmente captar la lógica de lo que aprenden. En el mismo texto explican como los estudiantes no tratan de resolver los problemas por su cuenta:

El contenido va y viene como algo independiente al pensamiento, disociado del compromiso activo, del toma y daca, de la lectura, escritura, habla o escucha disciplinadas. Se establece la parálisis intelectual. El estado de trance que los estudiantes traen típicamente a clase se vuelve permanente. (I. Why should we redesign Instruction?, en The Art of Redesigning Instruction,   www.criticalthinking.org)

Igual puede ocurrir con la educación artística. El pensamiento independiente característico del aprendizaje de arte no se daría. Tampoco el desarrollo de la interrelación que los estudiantes pueden establecer entre su mundo interno y el entorno porque las oportunidades significativas para que ellos puedan descubrir conexiones con el arte que profundicen su comprensión del mundo no se presentarían. Debido a ello, es fundamental abrir espacios para el desarrollo del pensamiento crítico en las escuelas.

Debemos considerar hacia el futuro que los estudiantes como sujetos de derecho, gradualmente participarán por convicción o por curiosidad, en situaciones cada vez más demandantes en las que deberán actuar ante lo “inesperado” bastante rápido, con sentido creativo y crítico. Lo vemos ahora con las manifestaciones, las posibilidades de los procesos de producción con la inteligencia artificial y lo que implica para la creatividad en formación de los estudiantes, y el discernimiento que se necesita para no creer a ciegas sin cuestionar los fake news, entre otros.

Hacia el avance de prácticas pedagógicas que permitan el desarrollo del pensamiento crítico en la educación artística que está demás decir es otro aspecto del pensamiento creativo.

La plataforma www.criticalthinking.org es la comunidad líder en el mundo dedicada a enseñar y promover el pensamiento crítico y por ende, una fuente magnífica de estrategias pedagógicas. Tiene la biblioteca más grande de artículos, videos y libros de pensamiento crítico; también de actividades interactivas y grupos de estudio. El artículo Strategy List: 35 Dimensions of Critical Thought desglosa el concepto del pensamiento crítico en 35 aspectos o estrategias de instrucción basados en modelos de renovación curricular para escuelas K-12. Desarrollaré algunas estrategias que aplican mejor a la educación artística.

En la educación artística, uno de los aspectos que más se valora es el desarrollo del pensamiento independiente. En la categoría de estrategias afectivas el artículo propone desarrollar el coraje intelectual, la integridad y la perseverancia, entre otros, pero escogí enfocarme en el pensamiento independiente y la exploración de la relación entre los pensamientos y los sentimientos, y viceversa. Ambos ejemplifican el proceso creativo y el de análisis crítico de las competencias del Aprendizaje de Arte y Cultura.

El pensamiento independiente está directamente relacionado a las diferentes etapas de desarrollo artístico de los estudiantes, de cómo entienden el mundo a su alrededor y cómo lo representan a través de sus creaciones. Los niños tienen la tendencia de crear trabajos de arte relacionados a sus creencias, excentricidades y diferentes identidades. A veces estas pueden ser irracionales y estar vinculadas a lo que quieren creer, o a lo que les es familiar, lo que sus padres favorecen, etc. Cuando los niños empiezan a formar sus propias ideas y a practicar la toma de decisiones y a aplicar sus ideas críticas en acciones concretas, dejan de aceptar pasivamente las ideas de otros. También empiezan a poder describir mejor sus intenciones creativas y eso les facilita una mejor comprensión entre lo que quieren hacer en los procesos creativos y de análisis crítico y lo que pueden lograr. Son capaces de monitorear cada vez más sus aprendizajes, abordan sus errores y redireccionan sus esfuerzos en caso necesario. Tratan de entender y resolver los problemas por su cuenta.

Este proceso interno está relacionado a la interface entre los pensamientos y los sentimientos:

Aunque es común separar el pensamiento y el sentimiento como si fueran fuerzas independientes y opuestas en la mente humana, la verdad es que prácticamente todos los sentimientos humanos se basan en algún nivel de pensamiento y prácticamente todos los pensamientos generan algún nivel de sentimiento. Para pensar con auto comprensión y perspicacia, debemos llegar a un acuerdo con las conexiones íntimas entre pensamiento y sentimiento, razón y emoción (Affective Strategies, S1 Thinking Independently, in Strategy List: 35 Dimensions of Critical Thought).

En la educación artística, lo primero que tiene que hacer el docente responsable es validar las ideas y sentimientos de los estudiantes. La confianza se pierde automáticamente cuando el docente utiliza el trabajo de los estudiantes para corregir o querer “expresar por ellos” sus ideas. Los estudiantes se vuelven retraídos y dudan de sus habilidades. En el proceso de análisis crítico, el docente pierde la oportunidad de que los estudiantes creen vínculos significativos entre sus pensamientos, sentimientos y acciones al anular comentarios espontáneos que reflejan asombro, falta de comprensión o rechazo. Gradualmente, los estudiantes aprenden a tomar conciencia que es necesario conocer los procesos internos que los llevan a relacionarse con otros. También a distinguir lo que saben de lo que no. Ese conocimiento personal les permite entender sus sentimientos y emociones en relación a lo que piensan, a sus ideas y maneras de interpretar el mundo.

En las artes, el entendimiento no se da únicamente a través de la razón. En la educación artística hay otro nivel de entendimiento vinculado a nuestra percepción y a la manera de conocer el entorno a través de los sentidos y las asociaciones que estas percepciones generan en nosotros. Más vale es un espacio de entendimiento no verbal y no racional importante. Debido a ello, uno puede afirmar que existen muchas maneras de interactuar con las artes. Con el tiempo, los estudiantes utilizan su propia experiencia en el proceso creativo para entender el trabajo de otros y dejan de sentirse intimidados por obras que no conocen bien o las que les son muy ajenas. El proceso de análisis crítico se apoya en varios niveles de comprensión y la respuesta estética de los estudiantes en sus ideas, emociones y sentimientos. En el aula, se practica en grupo. El docente competente guía la experiencia y promueve que los estudiantes se hagan preguntas tales como: ¿Cómo he llegado a sentirme así? ¿Cómo estoy viendo la situación? ¿A qué conclusión he llegado? ¿Cuál es mi evidencia? ¿Qué suposiciones estoy haciendo? ¿Qué inferencias estoy haciendo? ¿Mis conclusiones tienen sentido? ¿Hay otras formas de interpretar esta situación? (Affective Strategies, S4 Exploring Thoughts underlying Feelings and Feelings underlying Thoughts en Strategy List: 35 Dimensions of Critical Thought).

Dos estrategias cognitivas – macro habilidades aplicadas a los procesos creativo y de análisis crítico

En cuanto a las estrategias cognitivas y las macro habilidades, escogí enfocarme en el desarrollo de una perspectiva propia: creando y explorando creencias, argumentos o teorías, y a clarificar y analizar los significados de las palabras o frases. Mi interés desde las artes es relacionar las palabras, a las imágenes, a las acciones y a los pensamientos. Esas conexiones son la base de los procesos creativos de y análisis crítico.

Las dos competencias del aprendizaje de Arte y Cultura son el resultado de una serie de acciones planeadas en las que los estudiantes desarrollan la habilidad para pensar a través de los materiales y los procedimientos en soluciones antes no imaginadas que tienen que ver con el desarrollo de una perspectiva propia. La trayectoria del proceso creativo va desde la exploración sensorial, el desarrollo y expresión de las ideas a través de los procesos, las herramientas y los materiales hasta la reflexión de la experiencia artística esencial para el crecimiento y la evaluación, así como la autoevaluación. La inmersión en este proceso de descubrimiento les facilita a los estudiantes identificar mejor sus ideas y avanzar hacia un autoconocimiento creativo mayor. Cada uno descubre capacidades afectivas, plásticas y sensoriales a través de los materiales y procedimientos. Especialmente, analiza su experiencia transformando las ideas en acciones y lo hace desde su contexto.

Pensar desde los materiales y acciones creativas para formar sus ideas, les permite identificar, relacionar y (re) conocer las posibilidades creativas con las que han escogido trabajar para construir significado propio. También tienen que planificar los pasos y gradualmente aprender a predecir el resultado de sus investigaciones. Construyen su experiencia en base a una combinación de introspección y error. Esta invalorable experiencia creativa les da criterio y les permite comunicar cada vez con mayor soltura sus intenciones y explicar su proceso creativo. Los pensadores críticos deben crear y explorar sus propias creencias, su propio razonamiento y sus propias teorías. Los acríticos o muy jóvenes de mentalidades más concretas asumen que su perspectiva es la única correcta. (Cognitive Strategies, S12 Developing one’s perspective: creating or exploring beliefs, arguments, or theories; S14 Clarifying and analyzing the meaning of words or phrases, en Strategy List: 35 Dimensions of Critical Thought).

Por otro lado, como receptores frente a la experiencia artística en el proceso de análisis crítico, los estudiantes activan una combinación de capacidades para formar un sentido estético a través de su experiencia.  Gradualmente desarrollan una percepción crítica de las cosas que observan. Se involucran de manera activa y reflexiva en un diálogo interpretativo. Este empieza con sus primeras impresiones y avanza hasta el desarrollo de habilidades cada vez más sofisticadas de investigación, análisis e interpretación. En esta competencia los estudiantes alimentan su sensibilidad, aprenden a crear vínculos y conexiones entre sus experiencias y las de otros. Responden y conectan. Perciben utilizando los sentidos, contextualizan las obras al investigar y valorar, y desarrollan su criterio cuando reflexionan sobre el aporte de las creaciones.

Para concluir

No cabe duda que para que los estudiantes aprendan a expresarse de manera clara y precisa necesitan desarrollar el pensamiento crítico a la par que la creatividad y el pensamiento divergente. Esto se logra promoviendo un balance entre los procesos creativos y de análisis crítico. Todo docente creativo se esfuerza en prestar atención a cómo enseña lo que enseña. Trata de generar experiencias significativas que les permita a los estudiantes múltiples maneras de experimentar e interactuar con el arte mientras que aprenden a expresarse y a comunicar sus emociones, ideas en evolución y sentimientos profundos.

En este momento y a nivel mundial, se está actualizando la Hoja de Ruta para la Educación Artística de la Unesco. El objetivo es buscar que los programas de educación artística sean de mejor calidad tanto en su concepción como en su ejecución. Finalmente llegó la hora de establecer una correlación entre la educación artística y la calidad de los programas. Otro aspecto importante que se está repensando es el vínculo entre la educación y la cultura ya que prepara a las sociedades para los cambios que se vienen. Si nos ponemos a pensar, no existe una educación integral y de calidad sin arte, cultura y patrimonio. El arte y la cultura son fuerzas impulsoras de desarrollo humano.

Entonces lo que se necesita en una educación artística de calidad es promover aprendizajes significativos, situados y diferenciados en contextos socioculturales relevantes. La clave está en articular espacios educativos que fortalezcan la relación entre la imaginación, la creatividad y la innovación. Espacios críticos y flexibles que les permitan a los estudiantes contextualizar su aprendizaje, explorar significados personales en comunidad y desarrollar en conjunto una lectura compleja desde su perspectiva y/o desde múltiples puntos de vista, y en relación a otros. Esta práctica cotidiana tiene el potencial de consolidar su voz y desarrollar en ellos mayor creatividad y una mirada crítica más aguda.

Lima, 20 de marzo de 2023

Referencias

The Art of Redesigning Instruction. http://www.criticalthinking.org.
Strategy List: 35 Dimensions of Critical Thought. http://www.criticalthinking.org.
La miniguía para el Pensamiento crítico Conceptos y herramientas, Dr. Richard Paul y Dra. Linda Elder. Recuperado de la dirección: https://bit.ly/3loI1XJ
https://www.educaccionperu.org/la-creatividad-el-pensamiento-critico-y-el-docente/

 

Cynthia Capriata
Cynthia Capriata es pintora, ilustradora y calígrafa. Estudió en el Bard College, Annandale-on-Hudson en Nueva York (1976 – 1978); y en School of Visual Arts de Nueva York (1981). Tiene dos maestrias en el Teachers College, Columbia University, Ha trabajado como artista en Nueva York. Ha presentado numerosas muestras individuales. Ha sido coordinadora del área curricular de arte en el Ministerio de Educación.