Las universidades no son ajenas al fenómeno de las altas capacidades, así como a sus diferentes problemáticas y carencias. Por lo tanto, es preciso que incorporen estrategias de detección, atención, acompañamiento y promoción a los estudiantes que podrían presentar señales de altas capacidades en cualquiera de sus servicios educativos.
Generalmente, los estudiantes con altas capacidades llegan a la universidad frustrados por la falta de enfoques específicos que potencien sus habilidades, habiendo destacado o superado con facilidad la escuela a pesar de la falta de motivación, bajo rigor académico acorde a su capacidad o incluso la ausencia de métodos de estudio dado que se acostumbran al mínimo esfuerzo. Esta falta de motivación, como consecuencia de la falta de incentivos o retos académicos, los conduce hacia la procrastinación y la falta de estrategias directivas para su propio aprendizaje. (García-Serrano et al, 2023).
Por otro lado, la naturaleza pedagógica y metodológica de los cursos de la universidad, que son mucho más demandantes cognitivamente y que exigen y demandan esfuerzos académicos verdaderamente estructurados, combinados con la ausencia de método de estudio y la falta de autoconocimiento característicos de sus propias altas habilidades son factores que pueden ocasionar estrés, ansiedad, dificultades académicas e incluso dudas respecto a la vocación de los estudiantes con altas capacidades en los claustros universitarios.
En los estudiantes con altas capacidades no es infrecuente la moratoria entre varias carreras universitarias. Muchos estudiantes con altas capacidades abandonan carreras ya avanzadas pues no encuentran la motivación o interés suficiente, o simplemente no toleran la frustración de enfrentarse por fin a demandas académicas que ahora sí requieren de métodos de estudio que nunca priorizaron o a los que no estaban acostumbrados.
Estas dificultades son especialmente notorias en las estudiantes universitarias mujeres, sobre todo en aquellas que inicialmente van a carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engineering and Mathematics). La moratoria académica en ellas está especialmente influenciada por estereotipos de género y la ausencia de medidas específicas tanto en la formación secundaria como en la propia universidad (Palacios y López, 2024; Napier et al 2023; Agurto, 2020; García-Holgado, 2020).
Para evitar todo ello, las universidades podrían implementar programas de detección de altas capacidades, así como desarrollar programas generales y específicos de enriquecimiento para estudiantes que presentan signos evidentes de altas capacidades, así como otras medidas complementarias como el acompañamiento y consejería psicológica en especial a estudiantes universitarias mujeres de altas capacidades, entre otras.
Entre las medidas que las universidades pueden desarrollar se tienen algunas buenas prácticas realizadas en universidades de diferentes partes del mundo. Estas medidas implican el seguimiento de casos de estudiantes con altas capacidades desde antes de su ingreso a universidades, así como también perfilar la matrícula de estudiantes mujeres de altas capacidades en carreras de ciencias (STEM), dado que estas suelen o bien no postular a este tipo de carreras o bien cambiarse a otras disciplinas. Haremos un recuento básico de algunas buenas prácticas al respecto en Australia, EEUU, Chile e incluso en el Perú.
Napier et al (2023) realizaron una serie de recomendaciones para incrementar la escogencia de carreras de ciencias en estudiantes universitarias mujeres de Australia. Entre sus recomendaciones, mencionaron, por ejemplo: el apoyo en la escogencia de carreras para estudiantes adolescentes mujeres debe ser personalizado y permitir que las estudiantes, de forma formal e intencional, accedan a contextos amplios y relacionados a las carreras de ciencias. El apoyo vocacional a las estudiantes mujeres con altas capacidades debería también incluir un rango amplio de temas y campos potenciales de especialización académica, así como oportunidades para el desarrollo de roles de liderazgo en los ámbitos académico y comunitario en favor de sus intereses. La vocación profesional debería ser integrada progresiva y sistemáticamente en el currículo escolar de las adolescentes mujeres con altas capacidades, incluyendo una guía y un acompañamiento sobre los aspectos psicológicos y sociales del desarrollo de la carrera.
Hebert y McBee (2007), profesores de la Universidad de Georgia y de Carolina del Norte, respectivamente, estudiaron a siete universitarios altamente dotados que participaron en un programa de honores diseñado para abordar las diversas necesidades de estos jóvenes talentosos. Los estudiantes participantes, cuando eran adolescentes, ya habían experimentado una sensación de aislamiento resultante de las diferencias entre sus capacidades, intereses, objetivos de vida, sistemas de valores religiosos, en las comunidades en las que vivían. Ya en la universidad y dentro del programa, descubrieron una red intelectual y social con otras personas talentosas como ellos. Juntos reconocieron su fuerte deseo de autorrealización. En los cursos de nivel avanzado, encontraron estimulación intelectual y desafío académico, desarrollando un crecimiento psicosocial significativo. Además, el director del programa de honores se convirtió en un mentor y jugó un papel importante facilitando las experiencias de éxito de cada uno de ellos.
Palacios y López (2024), encontraron que los estudiantes universitarios con altas capacidades no reciben atención, en particular las mujeres universitarias, en particular la necesidad de reconocer y potencializar sus habilidades. La falta de atención de estudiantes con altas capacidades en la educación superior implica la falta de identificación y potenciación de estas capacidades, junto con los riesgos asociados a la falta de atención individualizada. Es un reto promover la resiliencia educativa en los estudiantes universitarios, puesto que además resalta la necesidad de considerar aspectos socioafectivos, cognitivos, familiares y personales en el desarrollo de los estudiantes.
Palacios y López (2024) también argumentan la necesidad de implementar estrategias y programas específicos para abordar las necesidades complejas de las estudiantes mujeres con altas capacidades en la universidad, dado que es un desafío particular la orientación vocacional insuficiente y los estereotipos de género. Es necesario además abordar la resiliencia en todas sus dimensiones, promoviendo la equidad y la inclusión, implementando programas y estrategias hacia la creación de entornos educativos enriquecidos y adaptados a las diferentes características y potencialidades de los estudiantes.
Por otro lado, García-Holgado et al (2020), elaboró un estudio sobre equidad de género en programas STEM realizados en 10 universidades latinoamericanas de Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador y México. El estudio se dividió en 3 fases: una primera de auto-aplicación, que analizó la situación de igualdad de género; una segunda de mapeo pormenorizado de los procesos internos de atracción, acceso, guía y retención de estudiantes mujeres en programas STEM; y una tercera fase que compiló buenas prácticas en cada institución.
Las buenas prácticas se centraron en la atracción, reclutamiento y acceso, retención y empoderamiento de mujeres universitarias en carreras STEM. Entre los resultados del estudio, se tiene que las universidades redujeron en un 30% la desigualdad de género en las carreras STEM. El estudio señala el papel central que debe asumir la universidad en la reducción de estas brechas, dando alternativas a las mujeres para que reducir la brecha de género en carreras de ciencias, estableciendo políticas específicas.
Agurto et al (2020) analizaron si algunas señales de aptitud académica en ciencias pueden cambiar la decisión de una postulante y matricularse en una carrera STEM en el Perú. Para ello, aplicaron un diseño de regresión discontinua a una base de datos de 30,000 estudiantes peruanos que rindieron exámenes de aptitud escolar para carreras STEM y no STEM entre los años 2008 y 2017.
Entre los resultados, encontraron que aquellas postulantes que habían rendido examen de aptitud para una carrera no STEM, al saber que obtuvieron puntajes altos en el área de matemática y ciencia, aumentaron su probabilidad –entre 10 a 12 puntos porcentuales– de matricularse en carreras STEM. Este comportamiento, sin embargo, no se observó en los varones. El estudio también determinó que aquellas postulantes con preferencias en carreras STEM, al obtener altos puntajes en áreas tradicionalmente llamadas de letras, estuvieron menos dispuestas al cambio de carrera.
Para poder solucionar adecuadamente el problema de la moratoria vocacional en los estudiantes universitarios con altas capacidades es necesario que exista un abordaje integral que posibilite la identificación, atención, acompañamiento y promoción de los estudiantes con altas capacidades desde la educación infantil hasta la educación superior. Países como España y el Reino Unido (1) no solamente tienen abordajes en cada uno de los niveles educativos respecto a los estudiantes con altas capacidades, sino que también integran a las universidades posibilitando eventos, tours, talleres y visitas continuas de estos estudiantes para que vayan pensando en su futuro.
Referencias
(1) Tameside College: Gifted students experience top university first hand: https://www.fenews.co.uk/skills/gifted-students-experience-top-university-first-hand/
Agurto, Buzinsky, Hari, Quevedo, Sarangi, Vegas. (2020). Academic aptitud signals and stem field participation. A regression discontinuity approach. Lima School Of Economics.
García-Holgado, A., Mena, J., García-Peñalvo, F. J., Pascual, J., Heikkinen, M., Harmoinen, S., García-Ramos, L., Peñabaena-Niebles, R., & Amores, L. (2020). Gender equality in STEM programs: a proposal to analyse the situation of a university about the gender gap. In 2020
IEEE Global Engineering Education Conference (EDUCON), (27-30 April 2020, Porto, Portugal) (pp. 1824-1830). IEEE. https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/142961/Educon2020-WSTEM-Postprint.pdf?sequence=1
Hebert, T. y McBee, M.T. (2007). The impact of an undergraduate honors program of gifted university students. Gifted Child Quarterly Volume 51 Number 2 Spring 2007 136-151
Napier et al 2023. Influences on career development for gifted adolescent girls in selective academic programs in Selective Academic Programs in Australia. Gifted Child Quarterly 2024, Vol. 68(1) 49–64
Paz, S. y López, G. (2024). Promoción de la resiliencia en estudiantes universitarias con altas capacidades intelectuales. Revista ConCiencia EPG –Vol. 9 – N° 1 Enero- Junio 2024
García-Serrano, R. et al 2023. Relación entre el rendimiento académico, la motivación y la procrastinación en universitarios. Revista Electrónica de Psicología de la FES Zaragoza-UNAM Vol. 13, No. Especial, 2023, pp. 17-18.