Entrevista a Jari Lavonen / El Comercio
El pensamiento crítico, la creatividad y el espíritu colaborativo son las claves para entrar a la sociedad y la economía del conocimiento, según el profesor finlandés Jari Lavonen.
Vivimos en la sociedad de la información, lo cual significa que la economía y la educación ya no son ciencias que no se miran entre sí, por lo que surge la pregunta: ¿cuán importante es para los países emergentes como el Perú prestarle más atención a la educación para asegurar crecimiento y desarrollo económico?
Hay informes de la Unesco y la OCDE que destacan la importancia de la educación en el actual contexto económico mundial en el que hay un gran flujo de información y conocimiento. Es aquí cuando entramos a preguntarnos cuál es el aporte de la educación para lograr la prosperidad de los países y llegamos a conclusiones como que es necesario que las personas desarrollen un pensamiento crítico que les permita argumentar con fundamento y desarrollar el espíritu creativo para innovar.
—Ha mencionado el pensamiento crítico y el espíritu creativo. ¿Considera que estos aspectos se han convertido en los pilares de laeconomía mundial?
Yo soy un especialista en educación, pero podría decir que son la base de muchas cosas, sobre todo ahora que vivimos en un mundo donde la economía se reconfigura y el motor ya no es tanto el desarrollo industrial, sino los servicios. Según una investigación de la OCDE, las personas deben adoptar habilidades como la capacidad de colaborar con su entorno para tener un buen desempeño laboral.
—¿Solo se necesita espíritu colaborativo?
Hay un aspecto muy importante que no se ha enfatizado mucho en los documentos de la OCDE o de la Unesco, pero que es muy discutido entre los empleadores finlandeses. Se trata sobre el tipo de trabajador que se necesita en la economía del conocimiento y no es otra cosa que confianza en sí mismo para luego poder confiar en los demás. Esto es la base de cualquier aprendizaje y en su construcción juega un papel muy importante no solo la familia y el entorno, sino los maestros.
—Entonces afirmamos que para estar dentro de la economía y la sociedad del conocimiento es necesario desarrollar habilidades distintas a la memorización de conceptos…
Completamente distintas, que pasan por la empatía y demás habilidades blandas, las cuales deben ser enseñadas no solo por la familia y el entorno, sino por los maestros. Ellos tienen una labor muy importante en este sentido.
—¿Eso quiere decir que la modernización educativa va más allá del incremento de presupuesto?
Los presupuestos son importantes, nadie lo niega, pero el incremento de dinero para el sector debe ir de la mano con un cambio de enfoque en la forma de trabajar de los docentes. Ellos tienen entre sus manos una tarea importante en el actual contexto, pero para que este cambio de enfoque ocurra es necesario que se establezcan políticas educativas que trasciendan gobiernos. La educación no se refunda con un nuevo gobernante.
—En el Perú hasta hace poco ha predominado la memorización. ¿Esa puede ser la causa de que no haya muchos jóvenes que quieran estudiar ciencias o ingeniería?
No soy un experto en Perú, pero este paradigma es malo y no deja que se desarrollen estas materias. Es más, hay gente que le tiene terror a las materias por los exámenes memorísticos y eso puede ser peor si es que se desarrollan pruebas nacionales que generan competencia entre los estudiantes y no incentivan la colaboración. Es más, estas pruebas muchas veces llegan a determinar el sueldo del docente, con lo cual se deja de lado el proceso de enseñanza-aprendizaje y al estudiante no se le deja innovar.
—¿La innovación significa necesariamente desarrollar tecnología?
No necesariamente. Existen las innovaciones sociales como los programas para detener el ‘bullying’ en las escuelas, lo cual redundará en hacer mejores ciudadanos que aportarán al desarrollo de su país.
—Usted mencionó los servicios como parte de esta economía del conocimiento. ¿Cuán importante es la educación para entrar a este sector?
Muy importante, pero no solo para aprender a usar las nuevas tecnologías, sino para brindar mejores servicios a través del desarrollo de las habilidades blandas que hemos mencionado.
FUENTE: El Comercio / Lima, 20 de noviembre de 2015