Las claves del aprendizaje autónomo

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Sergio Fanjul / El País

El aprendizaje del inglés y otros idiomas, y el manejo de la tecnología en los centros educativos, son importantes por sí solos, pero sobre todo porque posibilitan nuevas metodologías pedagógicas. Son aquellas que se basan en el desarrollo de proyectos, en las que el alumno genera sus propios contenidos y el profesor más que proporcionarlos de forma unidireccional ejerce, como la diosa Atenea, de guía para el alumno en su viaje hasta el conocimiento. Algunos colegios, tanto públicos como privados y concertados, y fundaciones ya están embarcados en proyectos que priman estas nuevas formas de aprendizaje.

Un colegio con periódico, radio y tele

“A los alumnos les encanta venir a clase, tanto es así que una mañana les grabamos esperando ansiosos que abrieran las puertas para empezar la jornada y luego lo utilizamos en un vídeo de autopromoción”, cuenta divertido Óscar Martín Centeno, director del colegio público bilingüe Santo Domingo, en la localidad deAlgete. El interés de los padres por este centro y su método de enseñanza ha crecido exponencialmente desde la llegada del actual equipo, hace cuatro años. El colegio ha pasado de peligrar su existencia por contar solo con 70 alumnos a tener unos 500. Ahora, cada año unas 200 familias se quedan sin plaza.

Pero ¿qué hace a este colegio público tan especial? En este centro se basan en la creatividad y la participación activa, para las que son fundamentales las tecnologías de la comunicación. Aquí los alumnos para aprender, desde los tres años a la ESO, primero crean mapas mentales, luego investigan y, finalmente, dan salida a sus investigaciones por tres medios: un periódico, una radio y una televisión, todos ellos digitales. Un ejemplo: para comprender el funcionamiento de la célula, los estudiantes recaban información por Internet y preparan un vídeo, un programa de radio o de televisión, donde explican el tema. Algunos se cuelgan en la web del centro (www.ceipsantodomingo.com). Todo ello se combina con una fuerte presencia de la lengua inglesa, tanto en las aulas como en actividades de ocio.

“Con este método se desarrollan otras competencias, como el trabajo en equipo o la expresión oral”, dice el director del colegio. “Además, acostumbrados a esta forma de trabajo, surgen de forma espontánea iniciativas para mejorar el funcionamiento del centro o realizar nuevas actividades. Los alumnos ven natural pedirme una cita para presentarme sus propuestas. Saben que con una buena comunicación pueden incidir en el mundo”.

El potencial de la vocación temprana

¿Cuántos profesionales talentosos se pierden en el limbo por no atender a su vocación cuando son niños? La Fundación Promete trata de recuperar ese talento potencialmente perdido por medio de la innovación pedagógica. Buscan un nuevo paradigma que contemple una educación vocacional, personalizada e incluyente: lo llaman la Educación del Ser. Aún no existen colegios donde se aplique de forma integral este paradigma, pues aún está en desarrollo, pero la institución opera en campus, clubes deportivos y mediante otras actividades extraescolares.

“El inglés y la tecnología son vitales en nuestro proyecto, porque son las herramientas que capacitan para un aprendizaje autónomo global. La tecnología es la llave para acceder al conocimiento y los recursos, el inglés lo es para salir de nuestro ámbito local y llegar al resto del mundo”, dice el presidente, Luis Cacho. Tienen acuerdos con la plataforma Wlingua para que los chicos hagan cursos de inglés online y después lo utilicen en la búsqueda de información.

El proyecto Mi Colegio Promete es una actividad extraescolar para niños de 6 a 12 años que la fundación ofrece en siete centros (públicos, privados y concertados) en Madrid y Logroño. Aquí los alumnos trabajan en un proyecto elegido por ellos mismos que muchas veces no cabe en el currículo oficial. Abundan aquellos relacionados con las artes y la expresión, también con la tecnología. “El profesor actúa como un acompañamiento que guía para adentrarse en conocimientos vocacionales. Esta vocación es el mejor combustible para el aprendizaje”, explica Cacho. El resultado se expone en público, por eso a estos proyectos los llaman PPP: Proyecto Personal Publicable. “Nosotros defendemos algo que es casi lo contrario de la educación tradicional: el conocimiento tiene que partir del individuo y contar con su compromiso”, concluye el presidente.

El rastro de la Institución Libre de Enseñanza

La Institución Libre de Enseñanza fue un proyecto pedagógico iniciado porFrancisco Giner de los Ríos y otros catedráticos a finales del XIX que duró hasta la llegada de la dictadura franquista. Sus ideas eran tan novedosas que aun a día de hoy siguen resultando modernas, y algunos colegios continúan teniéndolas como fuente de inspiración.

El Liceo Europeo es uno de ellos. En el año 2014 (último en que se realizó) ocupó el primer puesto en la clasificación de los 20 mejores colegios para aprender inglés realizado por la empresa internacional de enseñanza de idiomas Education First. Es un centro plurilingüe donde, además del inglés, enseñan otros idiomas, con especial atención al chino, que consideran una lengua fundamental para el futuro. La tecnología está fuertemente integrada en la didáctica habitual de las clases, mediante la Liceo Radio y Televisión, pizarras interactivas y wifi en todo el centro.

La iClass es un aula equipada con dispositivos electrónicos (iPad) donde se fomenta la participación y la investigación. Y hasta disponen de un Lego Innovation Studio, donde los alumnos aprenden diseñando con las piezas del colorido y popular juego de construcción, en línea con la tendencia de la llamadagamificación (o ludificación), esa que promueve que los alumnos aprendan jugando.

“Aquí no existen los libros de texto”, explica Esther Arana, coordinadora de bachillerato internacional del colegio. “Los alumnos investigan, preparan su propio material y luego lo exponen ante los compañeros. Para todo esto la tecnología es primordial y con ello se generan alumnos independientes y autónomos”. El contacto directo con el laboratorio, el viaje, el museo y otras actividades extraescolares, ayudan en la construcción del conocimiento en este centro escolar.

Fuente: El País / Madrid, 25 de marzo de 2016