César Cortez / Cinencuentro
Buenas Noches Mamá es una grata sorpresa en la cartelera peruana, un buen ejercicio de horror lleno de intriga, suspenso y un finísimo toque de horror con humor negro.
El filme, de producción austríaca, se empezó a hacer conocida en el circuito de festivales en el transcurso del 2014 y 2015, cosechando numerosas críticas positivas (como en el BAFICI del año pasado). Al punto que que Austría la postuló al Oscar este 2016 como su candidata en la categoría de Mejor Película en Lengua no inglesa, a la cual finalmente no logró ser nominada, probablemente por tratarse de una película de terror, género que no es muy bien recibido en los grandes premios de Hollywood de años recientes.
La película nos presenta a un par de niños gemelos que viven en el campo con su madre, ella se ha sometido a una cirugía facial y se encuentra en el hospital. Al cabo de unos días, regresa a casa con sus hijos con la cara completamente vendada, los niños sin embargo perciben que esta persona no es su madre, porque la notan muy cambiada por su comportamiento frío y estricto, y empezarán a hacerse toda clase de preguntas al respecto. La película se construye entonces en base a la intriga y el suspenso, la mayor de las incógnitas es si esta mujer es en verdad la madre de los niños.
El filme posee un ritmo pausado en sus primeros minutos, enfocándose más en la presentación de sus protagonistas y el ambiente que los rodea. Aquí conocemos tanto a los gemelos y a su entorno. Luego llega la madre y vemos cómo es su desenvolvimiento con ellos y con los quehaceres tanto del hogar como los de su vida personal. La segunda parte consiste en la resolución, el giro que pretende darnos la historia, y empezará entonces la acción de descubrir si los gemelos estaban en lo cierto o si fue toda una equivocación.
Una de las fuentes de inspiración que tuvieron los directores Severin Fiala y Verónica Franz -quienes además dirigen aquí su primer largometraje- es sin dudas Funny Games, aquella fantástica cinta hecha por su compatriota Michael Haneke. En ambas cintas tenemos una casa muy elegante situada en un lugar remoto, aislada, y habitada por una familia adinerada. Un ambiente tranquilo, lleno de paz y armonía, hasta que sucede lo impensado y ocurren situaciones que se salen de control y empieza una pesadilla de la que no hay muchas opciones de escapar.
Los gemelos, interpretados por los hermanos Lukas y Elias Schwarz son lo mejor que nos ofrece la cinta ya que claramente la historia se construye alrededor de ellos. El desenvolvimiento que tienen durante la trama, sobre todo en el estupendo giro que da la película, nos lleva a pensar que estamos ante dos grandes promesas de la actuación. La perfomance de Susanne Wuest como la madre, es vista como “la maldad” que impera en un círculo, como la oveja negra de un grupo, no referido necesariamente a la idea de rebeldía sino a la de una imagen que debería ser de una forma determinada y no lo es, por las circunstancias que se le han presentado.
Es probable que un filme como este no sea afín a un público masivo, porque este suele estar acostumbrado a la acción desmedida de las películas que llegan de Hollywood. En cambio, quizá encontrarán a “Buenas Noches Mamá” algo lenta en su desarrollo, muchos le darán la espalda y tal vez recién con el pasar del tiempo halle su nicho de preferencia. Un lugar que bien se merece alcanzar.
Fuente: Cinencuentro/ Lima, 27 de abril de 2016