Jessica Mouso Quintáns / El País
Cuando Carmen Sevilla y José María Íñigo celebraban en directo en la Puerta del Sol el fin de año de 1993 y recibían al 1994 con un anecdótico “Feliz 1964”, saludaban también, aún sin saberlo, a una nueva generación de jóvenes. Los niños de la cosecha de 1994 inauguraron la llamada Generación Z, la primera de nativos digitales, de los que se criaron ya con internet en casa y un móvil inteligente en el bolsillo. Son los nacidos entre 1994 y 2009, el último salto generacional tras los millenials: “Son irreverentes, multidisciplinares, globales, que saben que tendrán que estar aprendiendo toda la vida”, señala un informe de la escuela de negocios de la Universidad de Deusto y la consultora Atrevia.
El estudio radiografía a esta nueva generación de trabajadores, ciudadanos y consumidores, muy distinta a sus antecesores (los millenials son los nacidos entre 1983 y 1993). “El uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información es una de las señas de identidad de la Generación Z y, aunque este es un atributo asociado también a los millennials, todo parece apuntar a que en el caso de los Jóvenes Z el mundo digital ha conformado de manera más profunda la personalidad de sus miembros debido a que la inmersión en él ha tenido lugar en fases más tempranas”, reza el informe.
El móvil u otros dispositivos electrónicos son como un apéndice más de su cuerpo. “Lo que les define es que nunca antes hubo una generación que se haya educado y socializado con internet en sus bolsillos, eso les hace ser irreverentes con cuestiones hasta ahora sagradas como los padres, los profesores y los jefes, pero a la vez con más capacidad de empatizar, hacer amigos, ser emprendedores precoces y más implicados socialmente que nunca”, explica el director de Deusto Business School en Madrid, Iñaki Ortega.
La sobreinformación a la que han estado expuestos también ha hecho mella en su caracter. “La información es más flexible, fusionable y compartida que nunca, lo que da como resultado una generación más capaz de adaptarse a tareas más diversas y a entornos de trabajo multiculturales y de ámbito global”, señala el informe. De hecho, otro elemento que los caracteriza, según el estudio, es su capacidad para trabajar en red, con culturas diferentes y en empleos más creativos. Son menos proclives a emprender carreras universitarias u otra educación reglada porque “prefieren un aprendizaje más vocacional y plural, que facilite sus opciones de empleo en un mercado global y cambiante”. “Son conscientes de que la educación no garantiza un nivel de remuneración determinado en el futuro, creen que se puede llegar a obtener una competencia de muy distintas formas, respetan las aportaciones de los demás y no centran el conocimiento en un solo campo ni jerarquizan unas competencias sobre otras”, justifica el informe.
La Generación Z se ha criado bajo el yugo de la crisis económica, una variable que, según los expertos, hace que resten importancia al poder del dinero. “Prestan una mayor tendencia a la colaboración y a ser creativos que generaciones anteriores. Son más tolerantes y plurales, reflejo de su propia diversidad social y cultural”, indica el informe. De hecho, los expertos sostienen que “serán, sin duda, la generación menos sexista y racista de la historia” porque tienen mejor talante para respetar las opiniones ajenas.
Fuenet: El País / Madrid, 11 de junio de 2016