Hace poco más de un mes, Marilú Martens juró al cargo de ministra de Educación, en reemplazo de Jaime Saavedra, censurado por un sector del Congreso. Ella ha ocupado parte de este período en negar que haya una “ideología de género” en el currículo escolar, como indican algunos sectores de la opinión pública. De hecho, ayer se realizó la marcha Con mis Hijos no te Metas y varios miles de manifestantes protestaron en el frontis del Ministerio de Educación (Minedu), en San Borja.
—Padres de familia, instituciones religiosas y algunos congresistas han señalado que el nuevo currículo escolar recoge conceptos de la llamada “ideología de género”. En su opinión, ¿existe o no esta ideología?
No existe la ideología de género. Lo que existen son siete enfoques transversales, uno de los cuales es la igualdad de género, que está vigente desde el currículo del 2004. Es un enfoque de igualdad de derechos, deberes y oportunidades de género. No hay ninguna ideología. Esos son mitos, creencias de grupos religiosos o de otra índole.
—¿Por qué no se ha llegado a esclarecer el tema?
Una encuesta mostró que el 93% de la población no tiene dificultad para entender que en el currículo no existe ideología alguna. Por otro lado, hay un porcentaje pequeño de la población que tiene estos temores, los cuales estamos dispuestos a resolver con diálogo.
—La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) señaló que las preguntas de esa encuesta estaban mal elaboradas.
El miércoles tuvimos la oportunidad de reunirnos con monseñor Salvador Piñeiro y algunos otros obispos. Ellos entendieron perfectamente cuál es la posición del Minedu: que no hay ningún tipo de noción de ideología de género en el currículo nacional. Entienden que el ministerio valora a la familia y que la reconoce como primera formadora de los estudiantes, y que lo que quiere son padres informados. Tenemos que ser aliados para evitar la desinformación.
Especialistas en temas educativos descartaron que el currículo escolar que se planea aplicar el próximo año busque promover una ‘ideología de género’ en la educación primaria, como lo aseguran algunas organizaciones religiosas y colectivos organizados.
“Cuando uno revisa los contenidos del currículo nacional aprobado por el Ministerio de Educación no encontramos contenidos que afecten los derechos de géneros de las personas”, explica el presidente del Consejo Nacional de Educación, Hugo Díaz.
Lo que ha circulado en las redes sociales, asegura, son materiales extranjeros a los que se les ha colocado el logo del Ministerio de Educación de manera malintencionada.
“Han tomado material de España y Colombia. Hay que tener un poco de cuidado porque este tema genera muchos debates”, añadió el experto.
Por su parte, Hugo Ñopo, investigador de Grade y especialista en educación, coincidió con Díaz en que lo que el sector Educación busca a partir del 2017 es transformar las situaciones de desigualdad que impone la sociedad, más no promover una corriente liberal en los niños.
“Eso está claramente explicado. No existe la ideología de género en el currículo. Educar en equidad es central y fundamental. Lo que aquí existe es una campaña ideologizada y me gustaría saber quién está financiándola”, dijo.
La igualdad de género, así como la igualdad étnica y otras igualdades –añadió– deben ser objetivos de todos los peruanos, ya que su búsqueda convierte a nuestra sociedad en una sociedad más justa.
Justamente para manifestar su descontento sobre el nuevo currículo, cientos de manifestantes de diversas organizaciones evangélicas, católicas, así como padres de familia, marcharon ayer hasta el frontis del Minedu en San Borja para pedir que se deje sin efecto el documento.
“No quieren generar conciencia entre lo que es hombre y mujer, eso es falso. Lo que se está buscando con estos textos es impregnar una cultura de homosexualismo en la sociedad peruana través de la niñez y juventud”, dijo la abogada Beatriz Mejía, quien anunció que presentará una demanda contra el Minedu para que descarte el nuevo currículo.
La ministra de la Mujer, Ana María Romero, conversó en Tv Perú sobre la masiva campaña llamada “Con mis hijos no te metas”, impulsada por diversas organizaciones cristianas y evangélicas, que denuncian la presencia de la “ideología de género” en el currículo escolar del Ministerio de Educación. En este sentido, la ministra descartó que exista y aclaró que lo que se busca es la igualdad entre ambos géneros.
“Lo que nosotros impulsamos es la equidad de género, es decir, todos los niños y niñas tienen que tener igualdad de oportunidades. Para nosotros no existe la ideología de género, lo que existe es la igualdad, que todos los hombres y mujeres tienen que tener las mismas oportunidades y responsabilidades”, comentó.
Por otro lado, aseguró que es importante motivar a los niños y niñas más pequeños a realizar las actividades que deseen, independientemente del género al que normalmente sean asociadas.
“Tenemos que tener un enfoque de género. No puede ser que nosotros propongamos o motivemos que los niños son más hábiles en ciencia que las mujeres, eso no es cierto y va marcando distancia. Hay que aplicarlo desde el colegio y las casas. Muchas veces las mujeres somos más machistas que los hombres porque ya les vamos sembrando estos mitos y prejuicios a los pequeños. Si un niño quiere jugar voley ¡a buena hora, que lo haga!”, comentó.
Entre otros temas, Romero habló sobre el archivamiento de las denuncias contra el fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Luis Fernando Figari. Sobre esto señaló que la decisión de la Fiscalía representa un mal mensaje para los niños, niñas y adolescentes que pueden estar pasando por una situación de abuso sexual.
La ideología de género no existe. Solo es un mensaje propagandístico de estructuras morales e institucionales fanáticas. No importa cuanto argumentes en contra usando evidencia científica, reflexiones críticas o datos estadísticos, siempre perderás porque el fanatismo moral tiene sus propias reglas, en donde la razón no aparece.
El fanatismo moral desprecia la razón y su papel como agente ordenador (e igualdador) de la vida social. Este fanatismo, peligroso como lo calificó Kant o negativo como aseguró Hegel, sostiene que la moral se funda en creencias, sentimientos o dogmas, prescindiendo así de la razón.
La batalla contra el fanatismo moral es por eso una batalla política. Es una pelea en donde se enfrentan poderes y, por lo tanto, se ataca el ejercicio de ese poder. Es una batalla en la que el triunfo será para quien sepa dónde está el objetivo mayor y sepa qué hacer para alcanzarlo.
¿Sabe el Estado peruano, el gobierno, los ministerios, el ministerio de educación cuál es ese objetivo por el que hay que luchar?
El terrible éxito del fanatismo moral es tal porque ofrece a la gente un horizonte, un futuro posible, la promesa de una “vida mejor”. Ofrece también un camino para alcanzarlo, aun cuando eso signifique despreciar a un otro incómodo o incluso desaparecerlo.
¿Sabe el Estado peruano, el gobierno, los ministerios, el ministerio de educación cuál es esa promesa de “vida mejor” que debe ofrecernos a todos?
Mejorar nuestros índices de inversión, de crecimiento, de inserción global, no es esa promesa. A lo más, son instrumentos para buscar cumplirla.
Lima, enero de 2017