La igualdad de género nos hará mejor sociedad, menos violenta y más feliz

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Gabriela Wiener / La República

Si hay alguien que ha estado en las entrañas de la reforma del sector Educación que inició la ministra Patricia Salas y que continuó el ministro Jaime Saavedra, con el proceso de implementación del Proyecto Educativo Nacional, esa es Patricia Correa. Educadora, experta en temas de política educativa y gestión descentralizada, ha trabajado en el Consejo Nacional de Educación y en el Ministerio de Educación y hoy es consultora en temas de gestión pública. Para ella, pese a los avances, “hay una agenda pendiente en materia de equidad que exige en esta etapa un liderazgo, no solo desde el Minedu, sino desde los tres niveles de gobierno, cuyas autoridades son responsables de garantizar servicios educativos de calidad de manera compartida”. Le pedí que mirara Lima y me dijera si algún día podrá convertirse en una ciudad educadora.

¿Puede la educación salvar Lima?

Lima alberga a cerca de dos millones de estudiantes, es decir, el 25% de la población estudiantil peruana vive en Lima, y su diversidad cultural es su principal capital. La educación por definición es esperanzadora y es en muchos casos la única posibilidad que tienen millones de niños, niñas y jóvenes de acceder a oportunidades de desarrollo. Por ello la educación tiene y debe ser el mecanismo que permita brindar igualdad de oportunidades a todos, en la medida que esta desarrolle competencias y permita una cohesión social basada en el respeto a la diversidad.

En Lima hay más colegios privados que públicos. ¿Eso es normal?

En una sociedad democrática no puede ni debe ser normal que la mayoría de estudiantes se eduquen en escuelas privadas bajo el supuesto de que la escuela pública es de mala calidad. Felizmente esa tendencia está cambiando en Lima, así lo demuestran los resultados de la ECE, la Evaluación Censal de Educación, aplicada a estudiantes de segundo grado de todas las escuelas del país, en la que los estudiantes de muchos colegios públicos han salido mejor que sus pares que estudian en escuelas privadas. Y eso a pesar de la inversión que muchos padres hacen en escuelas privadas. Esto grafica en parte las desigualdades que tenemos aún como país, y que lamentablemente se forjan muchas veces desde la escuela.

Cuando pienso en Lima pienso que está llena de malos ejemplos en cada esquina. ¿Puede llegar Lima de verdad a ser una “ciudad educadora”?

Una “Ciudad Educadora es una ciudad que lee, que expresa y consume arte, que se basa en la construcción de espacios públicos, no construye muros mentales y fronteras entre las escuelas y los espacios públicos. Para avanzar en esa ruta hay que, primero, reconocer y respetar la diversidad de sus habitantes; segundo, los espacios públicos son de los ciudadanos y ciudadanas y por tanto deben ser tomados para el disfrute y el goce; y finalmente: es el gobierno de la ciudad el que debe acercarse a la ciudadanía y promover su participación, no la ciudadanía mendigar espacios al gobierno. Aún tenemos un largo trecho para lograrlo.

¿Algunas ideas para acabar con las desigualdades educativas?

Las desigualdades educativas se acabarán cuando se deje de pensar que solo puedan recibir una buena educación los que más tienen. Por ello necesitamos más escuelas públicas de calidad; un rol más protagónico de las municipalidades, que tienen la tarea de generar ciudades educadoras. También organizar el territorio desde el espacio público como prolongación de la escuela. Debemos romper los muros que las separan, tendiendo puentes a través del arte y el deporte. Las escuelas deben articularse como suelen estarlo los puntos de cultura. Finalmente, hay que incorporar el uso de las TIC.

Si se comparan los niveles educativos de los colegios del Perú, hay abismos entre regiones. ¿Cómo puede ayudar un enfoque descentralizador?

No hay manera de gestionar los servicios educativos de manera eficiente en un Perú diverso, pluricutural, pluriétnico, multilingüe y geográficamente complejo, si no es de manera descentralizada, por ello las políticas públicas no pueden responder a estrategias uniformes. Tenemos un Estado al que le cuesta entender la diversidad y le resulta más fácil dar recetas únicas. Loreto no va a salir de la postergación educativa si seguimos desarrollando la misma estrategia que en Tacna. Por ello, necesitamos empoderar liderazgos regionales para construir sociedades educadoras.

¿En Lima los pobres enseñan a los pobres?

La principal reforma educativa del último quinquenio ha sido la reforma magisterial, hoy existe una carrera meritocrática que se va fortaleciendo. Aunque aún persiste la brecha salarial entre lo que debería ganar un docente y lo que gana hoy, creo que tenemos mejores docentes.

¿En qué punto está el proceso de transferencias de las competencias en educación que se inició con Villarán hacia el municipio de Lima? ¿Y qué hace Castañeda?

Lima es el único nivel de gobierno, en tanto gobierno regional, al que no se le han transferido aún las competencias en educación. Aunque Villarán avanzó en esa ruta, no basta con la decisión del gobierno local/regional, se requiere de una estructura y organización capaces de gestionar la educación de una megaciudad con grandes retos. Hoy se encuentra en compás de espera. Castañeda ha renunciado a hacer de Lima una sociedad educadora y ha optado por gestionar fierro y cemento.

¿Cómo puede el enfoque de igualdad de género cambiar las cosas?

Lima es la tercera ciudad del mundo más peligrosa para las mujeres en el transporte público. La igualdad de género no es otra cosa que reconocernos ciudadanos y ciudadanas. Creo que es la llave que nos hará mejor sociedad, menos violenta y más feliz. En caso contrario viviremos en una sociedad con una democracia fantoche, capturada por fanatismos que solo expresan el temor al reconocimiento que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos. Sobreviviremos como sociedad si miramos el presente y futuro con esperanza en donde lo que haya que combatir sea la corrupción, el odio, la discriminación, y no el amor y la igualdad.

Fuente: La República / Lima, 19 de febrero de 2017

Patricia Correa Arangoitia
Experta en gestión de políticas educativas y gestión descentralizada, educadora de profesión, tiene una maestría en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido Jefa de la Oficina de Coordinación Regional del Ministerio de Educación, y también asesora en descentralización educativa en el Consejo Nacional de Educación.