José Joaquín Brunner/ El Mercurio
¿Es posible unir coherentemente en un mismo currículo formativo creación e imitación, desarrollo de la inteligencia y la emoción, contenidos y destrezas, ciencia y humanidades, disciplina y libertad, especialización y cultura general? Parte importante del debate educacional de los modernos -y también nuestro, los modernos tardíos o posmodernos- gira en torno a ese tipo de tensiones. La educación, ¿ha de orientarse hacia fines y valores o hacia medios y operaciones? ¿Debe transmitir tradiciones o cultivar la innovación? ¿Formar para el trabajo, la ciudadanía o la excelencia personal? Estas tensiones no pueden superarse fácilmente. Incluso, pensamos algunos, conviene aprovecharlas, precisamente para mantener al sistema en tensión… Leer más