Liz Pasco Carmona/ EDUCACCIÓN
Conocimos la Red Educativa Rural Maestros Forjadores del Saber (RER MAFORSA) a través de las redes sociales. Yina Rivera les escribió y ellos desde el primer contacto se mostraron abiertos a compartir todo lo que venían haciendo desde hace unos años: documentos, fotos, logros y desafíos. Aquí va un intento de resumir su trabajo en historias.
La RER Maforsa
La red se creó en el 2010 por iniciativa de los mismos docentes de la zona. Los unían las mismas problemáticas: falta de acceso a la información normativa, técnica y académica; así como falta de espacios para intercambiar retos y aprendizajes. Ronald, uno de los fundadores de la red, cuenta que cuando empezaron el trabajo tenían condiciones complicadas.
«Cuando recién empezamos a juntarnos nos íbamos a planificar a un colegio y nos quedábamos a dormir ahí en colchonetas. No podíamos salir si no terminábamos. Y así no más nos acomodábamos porque a partir de ese trabajo teníamos ya una guía mejor para el año». – Ronald Correa Larrea
Todos recuerdan esas épocas entre risas y cierto orgullo. Hoy en día los profesores conforman una red autónoma (sin apoyo medular de otros actores) que integra 26 colegios de los tres niveles de la Educación Básica Regular y sus logros más resaltantes han sido la creación de la Unidad Ejecutiva Local “Lonya Grande”, la organización del 1er y 2do Encuentro Provincial de Proyectos de Innovación Pedagógica (2015 y 2016), el espacio radial dominical “Lonya Educa” (desde el 2015), un Encuentro de Padres de Familia (2016); así como reconocimientos de Interbank (2014), Telefónica del Perú (2015), FONDEP y el Gobierno Regional Amazonas (2014).
ENCUENTRO
Llegamos a Lonya Grande, Utcubamba – Amazonas un viernes en la noche y nos recibió parte del equipo de líderes: Ronald Correa, Wilbert Rodríguez, Víctor Fernández, Hermes Lozano y Reynaldo “el loco trapiche” Vásquez, por mencionar a algunos. En esa primera reunión conversé con Próspero y Hermes, quienes explicaron que los miembros de la Red MAFORSA eligieron a Próspero como Coordinador General de manera democrática, por su trayectoria (es uno de los fundadores de una cooperativa cafetalera). «Pero nadie se cree más que nadie», dijo Próspero. Dejan claro que los puestos se crearon para estar al servicio de todos.
Una de las responsabilidades del equipo directivo es reunirse para plantear agendas de trabajo, capacitación o proyectos. Además, han establecido alianzas con el centro de salud, la municipalidad, una emisora radial, la cooperativa cafetalera, el sindicato y, en algún momento, el colegio de profesores. Estas organizaciones han brindado su apoyo en temas logísticos; mientras que la municipalidad, el centro de salud y el colegio de profesores, con especialistas en temas pedagógicos o socioemocionales.
Nos fuimos de esa reunión verdaderamente emocionados. Habíamos planificado dividirnos para visitar las diferentes instituciones educativas, pues queríamos ver todo lo que describían. En los días siguientes, pude ver de cerca al profesor Luis de Nueva York, a Marina y a Reynaldo de Roblepampa, y a Ronald de La Pirca.
LOS PROYECTOS
El Trapiche Pedagógico. El colegio Pedro Ruiz Gallo se encuentra en Roblepampa, más o menos a treinta minutos de Lonya Grande. Desde el 2016, el profesor Reynaldo viene trabajando en el proyecto “El Trapiche Pedagógico”.
«A mí me han puesto de apodo <<El loco trapiche>> porque le he encontrado todas las utilidades pedagógicas a esta herramienta ancestral: matemáticas, comunicación, personal social, hasta tutoría» – Reynaldo Vázquez Pérez
El proyecto surgió a partir de dos problemáticas: resultados académicos por debajo de lo esperado y el desconocimiento de esta herramienta que procesa la caña de azúcar.
Para iniciar el proyecto, Reynaldo motivó a los padres de familia a construir el trapiche para ser usado como material didáctico. Ellos se contactaron con un familiar que conocía sobre la construcción de este instrumento y propusieron construirlo con la mejor madera.
El Trapiche se convirtió entonces en un laboratorio pedagógico donde los estudiantes aprendieron a calcular el área total, lateral y el volumen de una tapa de chancaca de forma cónica truncada; calcularon la velocidad angular al girar la almijarra del trapiche; reconocieron los estados de la materia al hervir el guarapo; entre otros aprendizajes.
«Lo único que me queda pendiente es involucrar a todos los profesores en este o en otro proyecto. Eso es un reto». – Reynaldo Vázquez Pérez
Una nueva escuela. El profesor Luis trabaja en la Institución Educativa Nueva York desde hace más de 15 años y tuvo uno de los mejores resultados en la evaluación del 2015.
«Por iniciativa propia siempre me ha gustado autoformarme. Siempre en vacaciones voy a Chiclayo, parte de la familia está por ahí. Aprovechamos por ahí para estar metido en algún curso. Informarse de lo último. A nivel de la red también hemos aprovechado, sobre todo el ánimo que nos damos unos a otros: prepárate, capacítate, mira la novedad. Entonces esto dio sus frutos. El examen [de acceso a cargos directivos] se demoró, no daban los resultados, pero estuvimos al tanto. Sin saber cómo eran los exámenes. En el examen de casos de los 100 puntos saqué 99» – Luis Rodríguez
Desde hace diez años viene gestionando una mejor infraestructura para la Institución Educativa y, en el 2016, logró iniciar su construcción. Explica que, inclusive ahora que el proyecto del colegio ya está por terminar, siempre hay problemas, pero también soluciones. Luis hace que los papás se involucren en las soluciones
«El terrajeo estaba quedando mal. Alguien se fue a ver y dijeron que estaba quedando mal. Hicieron mucho escándalo, pero al final se contrató a personas del pueblo para que sean como unos peritos y vean que cosa está bien y qué cosa mal. Nosotros no somos especialistas, y como hay supervisión pensamos que todo está bien, pero los papás vieron que algo estaba mal y trajeron a gente que sabe e hicieron un peritaje» – Luis Rodríguez
Tiene claro que el apoyo de los padres de familia y la comunidad es vital para que la escuela tenga las condiciones para su labor principal: “que todos los estudiantes tengan herramientas para hacer lo que les guste, en bien de su comunidad”.
Durante la entrevista menciona algunas problemáticas de la zona y me cuenta la historia de R, una estudiante a quien le habían prohibido ir al colegio:
«Tenía ciertas dificultades, y en secundaria ya no la quería enviar. Ella quería seguir estudiando pero su mamá decía: “profesor yo ya no la voy a mandar al colegio, no hay nadie que se pueda quedar en la casa con sus hermanitos. Todos vamos a trabajar”. Entonces hay que buscarle una solución, dije yo. No puede estar sola, no puede estar trabajando, tiene que estudiar.»
Luego, converso con R. y me explica que su mamá creía que el colegio era para conseguir “enamorado” e irse de la casa. Además, no tienen dinero para los útiles. «Hay que buscarle solución», dijo el profesor. Y la encuentran, enfrentando una situación a la vez: ayudar a su mamá a entender que estudiar es un derecho; gestionar el regreso de R al centro poblado, pues había sido enviada a Chiclayo a trabajar; facilitarle materiales de trabajo; entre otras. Pero Luis está satisfecho, R regresó al colegio y su curso favorito es inglés.
Foto: Liz Pasco
Los mil y un cuentos Roblepampinos. Marina trabaja desde hace más de 20 años en la IE Nº 275 en Roblepampa. En el 2016, Ronald la motivó a participar en una maestría junto con otros docentes de la Red. Para graduarse necesitaba hacer una investigación que realizó a partir de una pregunta planteada desde su experiencia personal.
«Entonces yo me di cuenta de algo: mi hijito veía televisión y de pronto lo veía golpeando a sus amiguitos diciendo que era algún personaje, pero la hija de un familiar no era así. Usaba el lenguaje difícil de la televisión, hablaba muy bien. ¿Cuál es la diferencia entre mi hijo y ella?, me dije. Lo que pasaba es que su mamá de la pequeña le explicaba lo que veía. No veía la televisión sola, sino acompañada». – Marina Lozano Paredes
Así, decidió realizar una intervención en el área de personal social y comunicación para comprobar su hipótesis. Seleccionó las capacidades, conocimientos y actitudes y, a partir de estos, desarrolló indicadores. Las sesiones de aprendizaje estaban alineadas a estos y cada una incluía un cuestionario con respuestas múltiples y de opinión. Este documento fue la guía para la intervención: que padres y estudiantes observen programas de televisión juntos y, a partir de esto, tener conversaciones al respecto. Llevaron a cabo 12 sesiones y como resultado de esta intervención, reportó tener a estudiantes que ya no manifestaban conductas agresivas.
En el 2017, la profesora fue movilizada por la red para realizar una innovación. Para contribuir al desarrollo de aprendizajes significativos, se planteó como eje clave el recojo de los conocimientos de la comunidad. Ella identificó que los padres de familia conocían diversas historias de la zona en la que vivían y que podían ser un recurso para que los niños conozcan el “mundo que los rodea, a través de situaciones reales, personajes cotidianos, lugares habitados por ellos y sus familias”. La innovación desarrollada a partir de esta reflexión fue el proyecto “Los mil y un cuentos Roblepampinos”, mediante el cual recolectó las historias de la zona a través de un “cuaderno viajero”. Marina cuenta que para iniciar el proyecto tuvo que sensibilizar a los docentes y padres de familia. Una vez que aceptaron incluyó este plan en la elaboración de los documentos de gestión y sesiones de aprendizaje.
«El proyecto inició porque me di cuenta de que habían muchas historias en Roblepampa que no se conocen y que los papás conocen. Entonces pensé en que ellos podrían tener un “cuaderno viajero”. Cada familia se tendría que llevar el cuaderno, escribir un cuento, leérselo a su hijo y luego el niño tendría que dibujar este cuento. Inició el papá que me ayuda con la APAFA, para dar el ejemplo. Nerviosos estaban al inicio, pero se logró». – Marina Lozano Paredes.
Programación en La Pirca. Ronald trabaja en la IE Nº 17223 desde el 2006. Y en el 2010 fue parte del equipo que formó la RER MAFORSA. Todos los profesores con los que hablamos reconocen a Ronald como el gestor de la Red. Pero él no se queda con el crédito.
«Me he dado cuenta que cuando hay un solo líder esa red muere, por eso hay que difundir y promover a otras personas que tienen ese liderazgo […] La idea es que ese liderazgo (de los coordinadores) se fortalezca y yo sé que con ellos no nos vamos a caer, es como si fueran las columnas. […] Para lograr los aprendizajes de los estudiantes hay que trabajar en equipo de esa manera se pueden superar dificultades en la educación rural». -Ronald Correa Larrea
El enfoque de la red son los proyectos de innovación. Es a través de ellos que los docentes muestran su capacidad de gestionar recursos, integrar los saberes de la comunidad e involucrar a los padres y otras personas de la zona para que los estudiantes logren aprendizajes.
«Pero lo que nos ha llamado a implementar más es los proyectos de innovación. La mejor propuesta es lo que hacemos nosotros. Muchas veces lo que nos dicen desde fuera no es. Por eso yo les decía que mejor saquemos nuestras propias propuestas.Yo sé que eso va a ser escuchado al ministerio porque es, como dicen mis paisanos, la purita realidad». -Ronald Correa Larrea
Pero no se queda sólo en motivar a los otros, sino que inspira con el ejemplo. En su escuela, Ronald ha involucrado a sus padres y madres de familia en faenas de plantación y cosecha del café para conseguir recursos para sus proyectos. Junto con ellos logró comprar laptops e implementó proyectos con esta herramienta. El año pasado ganó el tercer lugar del “Concurso de Innovación Educativa 2017” con el proyecto: “Aprendo haciendo en mi mundo digital”. Desarrolló un Trapiche Robótico utilizando piezas de lego y softwares gratuitos (Wedo, Scratch y Etoys) que encontró investigando en la web. Trabajó tanto la programación como los aprendizajes esperados de Ciencia y Ambiente.
«Nosotros valoramos mucho al profesor Ronald porque nos explica, nos dice para qué es cada cosa. Todo tiene explicación. […] Y ellos mismos (los estudiantes) vienen y aprenden con la computadora y hacen sus máquinas chiquito. Así quién no va a querer ayudar». -Padre de familia de la Institución Educativa.
APRENDIZAJES
La Red Educativa Rural Maestros Forjadores del Saber es una muestra de cómo los docentes pueden cambiar su práctica a partir de una buena gestión de los recursos a su alcance, como establecer alianzas con la comunidad, trabajar con los padres de familia y recibir capacitaciones ajustadas a su realidad; todo esto en un espacio horizontal y amable, que los valore como profesionales. Me quedo con varias historias pendientes de la red. Los invito a conocerlos de cerca y a intercambiar aprendizajes con ellos a través de las redes o, mejor aún, visitando Lonya Grande.
Lima, 1 de marzo de 2018