Cynthia Capriata | EDUCACCIÓN
A propósito de la reciente versión de Museos Abiertos de noviembre, volvemos a reflexionar sobre lo que ocurre en espacios públicos de apreciación como galerías, museos, sitios arqueológicos o lugares históricos donde el objetivo central es interactuar con manifestaciones artístico- culturales. El proyecto del Ministerio de Cultura facilita esa interacción y fomenta la apreciación de una variedad de manifestaciones artístico- culturales en todo el país al ofrecer entrada gratuita un día al mes. No es mucho pero es un paso hacia adelante. De esta manera contribuye a que los ciudadanos comprendan mejor el aporte del arte a la cultura y a la sociedad creando en ellos nuevos hábitos culturales. Lo único que hay que hacer es presentarse y estar dispuesto a participar en las actividades o visitas guiadas.
En cuanto a los jóvenes, esta iniciativa los acerca al perfil de egreso deseado de la nueva propuesta curricular del Área de Arte y Cultura. Les permite desarrollar su sensibilidad y poner en práctica las capacidades de la Competencia Aprecia críticamente manifestaciones artístico- culturales fuera de la escuela. De manera independiente y/o facilitado por una educadora de museos o su propia familia, ellos conectan y responden a las manifestaciones artístico- culturales al percibir utilizando sus sentidos, contextualizar, investigar y valorarlas, y reflexionar con criterio gradual sobre ellas.
Finalmente esta competencia lo que hace es promover un diálogo activo entre los estudiantes y la diversidad de manifestaciones artístico- culturales. La idea es que estudiantes de todas las edades, énfasis en todas las edades, respondan a ellas como participantes que piensan, sienten, reflexionan y comunican sus interpretaciones. Es decir, el fenómeno que ocurre en la acción del intercambio. Con gradual sentido crítico construyen así aprendizajes significativos a través suyo. Relacionan lo que perciben con su mundo interior y su modo de comprender el entorno. Aprenden también sobre el contexto y realidad de los creadores. El valor relativo del arte respecto al contexto donde se producen las obras siguiendo una visión posmoderna. Estos intercambios en procesos interculturales enriquecen la formación de su propia identidad.
También hace visible y pone en evidencia la pluriculturalidad de nuestro país. La capacidad de cada región de tener sus propios conocimientos, de construirlos de manera orgánica, su sentido de comunidad, como se transmite, recupera y reconstruyen los saberes. Fortalece vínculos entre el presente y el pasado. ¡No hay como desarrollar narrativas propias a partir de nuestros universos culturales! Los jóvenes aprenden a expresarse a partir de sus creencias, del sentido en formación de sí mismos y de su comunidad.
Es de imaginar que cada espacio se rige bajo una organización determinada. Al visitar espacios de apreciación tomamos conciencia de preguntas como, ¿para quién se exhibe, desde dónde se habla cuando se exhibe, quién habla, quién escoge lo que se comunica. Ahondando más en el visitante, ¿qué significa ser el sujeto a quién se dirigen en el espacio de exposición en una galería, museo, sitios arqueológico o lugar histórico? Muchas veces hay un texto curatorial con un criterio determinado desde donde se comunican conceptos utilizados en la curadoría y/o en el trabajo del creador o algún concepto histórico, entre otros. Entonces, ¿qué implica crear un centro desde dónde se comunican ideas y conceptos “útiles” para que los visitantes participen? Igualmente, ¿qué significa estar fuera, al margen de ese centro o criterios?
Una visita, como pueden ver, se presta para conversaciones interesantes. ¡A cambiar sus hábitos culturales y participar! Hay que tener en cuenta que los aprendizajes más profundos y relevantes no provienen muchas veces de la enseñanza de los docentes o educadores de museos sino de procesos de exploración, búsqueda e indagación de los propios estudiantes. Sin embargo, es una obligación preguntarnos, ¿cómo puedo contribuir para que mis estudiantes alcancen su potencial expresivo y crítico? Considerando que el aprendizaje en el Área de Arte y Cultura activa múltiples dimensiones y permite el acceso a un mundo de la representación, ¿cuál es entonces el medio más eficaz de enseñanza que les permita a mis estudiantes potenciar el pensamiento divergente, aquel que permite múltiples lecturas? ¿Cuál el que utiliza el extrañamiento como estrategia para conocer el mundo con asombro? ¿Cuál el que crea expectativas y el deseo de aprender a través del descubrimiento?
Al participar en actividades de apreciación se gana experiencia y se rompen falacias más fácilmente (yo fui, estuve, vi y eso no me habla a mí, sí, tal vez…). Por ejemplo, que el arte tiene que ser bello o que tiene que ver con el gusto. El mensaje muchas veces no tiene nada que ver con la belleza ni con lo que me pueda gustar o no. Desde un punto de moderno sí se inscribe al arte como algo sublime, a la experiencia estética como algo universal y superior. Son esas nociones las que crean jerarquías y maneras rígidas de comunicar LA historia del arte. Hoy en días es más recomendable promover el concepto de que no hay artes superiores o inferiores sino distintas apreciaciones. Como tampoco hay una progresión lineal de avances y retrocesos. Se favorecen múltiples perspectivas a las que se llegan de maneras diversas. En los museos y sitios arqueológicos líneas de tiempo ubican al visitante en la historia… ¿Qué piensan ustedes de esta herramienta?
¿Cómo sería si la museografía fuera diferente? Si se utilizasen narrativas más interculturales basadas en 3 o 4 conceptos derivados de nuestros universos culturales: creencias, sentidos de identidad, expresiones artísticas, prácticas culturales… Hay que tomar conciencia de que las estructuras sociales se repiten en el arte o en prácticas culturales y que aun cuando son críticas, reflejan una interacción. Justamente ese es el objetivo central: interactuar, que se dé un intercambio, un diálogo entre el visitante y las obras artístico- culturales. Ofrecer múltiples lecturas sobre el hecho artístico y cultural permite promover la versatilidad y abre la posibilidad de tener lecturas que varían con el tiempo y contexto. Así se pueden dar las apropiaciones tan vigentes hoy en día.
Lo que se quiere crear son hábitos nuevos de observar y percibir el hecho artístico y cultural. Adjunto un documento del Ministerio de Cultura sobre los Lineamientos Culturales para que ustedes formen sus propias conclusiones. ¿Los malestares son reales o juegan con la percepción de los ciudadanos?
No hace mucho, tuve una experiencia singular al visitar una exposición en la Galería Pancho Fierro de la Municipalidad de Lima. Su título: Imaginar lo Invisible, misión y utopía Jesuita en el Perú. Esta exposición, me hizo reflexionar sobre la meta narrativa de la competencia de apreciación y el poder de las imágenes para educar o subyugar a los observadores. El texto curatorial de Juan Dejo, SJ y Karla Mallma explica como la Compañía de Jesús se basó en la experiencia espiritual del futuro santo Ignacio de Loyola y como él utilizaba la imaginación como un recurso fundamental del espíritu. Recurso que pasó a ser una herramienta de enseñanza institucional también. Utilizaba la imaginación en la técnica de los Ejercicios espirituales, para contemplar realidades y procesos espirituales invisibles. ¿Les suena familiar? Citan de Ignacio de Loyola, el lugar de la imagen de Pierre-Antoine Fabre lo siguiente:
La producción de imágenes visibles en la contemplación invisible descubre la invisibilidad de su fuente, esta composición, viendo el lugar que define la contemplación visible. La imaginación permite ver lo invisible.
Esta idea central, se refuerza con citas y tres conceptos claves que anclan la museografía y contextualizan las obras: Imaginar y Contemplar, Imaginar la Misión e Imaginar la Utopía. En Imaginar y Contemplar explican:
Los Ejercicios espirituales del santo de Loyola conducen al practicante a “componer lugares”, a “ver con la vista imaginativa”, a “mirar, advertir y contemplar” y a “oír con las orejas, gustar con el gusto”, distintas escenas de la vida de Jesús.
En esencia lo que describen estas citas corresponde a las facultades de la imaginación para aprender. Es lo que ocurre en la competencia de apreciación. Lo que varía es el propósito. En el aula es igual, los estudiantes perciben, analizan y reflexionan partiendo de un diálogo con las imágenes y utilizan su imaginación para esclarecer los procesos del artista, sus intenciones o afinidades. En la exposición descubrimos que los jesuitas ponían la cultura visual de las imágenes, lo que ahora llamamos antropología visual, al servicio de la catequización de sus fieles. Utilizaban los Ejercicios espirituales para que ellos puedan imaginar realidades alternas y procesos espirituales difíciles de aprehender solo con la palabra. Hoy en día pocos se preguntan quién hizo tal o cual imagen del Señor de los Milagros. En vez, estudian, registran o vivencian el fervor, la práctica religiosa y las tradiciones espirituales, sociales y culturales que existen a su alrededor. En la cultura visual, la estética de la imagen es menos importante que la función que cumple.
¿Les sorprende que esta práctica no sea algo nuevo? Lo curioso es que no ha cambiado mucho. Se deja de lado lo técnico y formal para favorecer las consideraciones sociales, políticas, espirituales y hasta económicas, todo lo que influencia y conforma la creación y el contexto de la obra. Desde la perspectiva de la cultura visual las imágenes tienen el potencial de dominar. Se puede decir que las imágenes visuales cumplen una función social y política al margen de evaluaciones solamente estéticas. Esta diversidad de puntos de vista para estudiar obras de arte enriquece la experiencia de apreciación.
Para concluir, ¡salir fuera de la escuela o visitar de manera independiente espacios públicos de apreciación como galerías, museos, sitios arqueológicos o lugares históricos para examinar prácticas artísticas desde diferentes perspectivas siempre rinde! No falla nunca. Nos ayuda a entender la historia y la situación en la que los creadores elaboraron su obra, las influencias que tomaron en cuenta mientras la realizaban, o como en este caso la utilidad de utilizar la imaginación para fines espirituales, entre muchísimas otras cosas. Nos compromete en la construcción de conocimiento. Hasta tal vez nos cambie y forme nuevos hábitos culturales. Experiencias de apreciación bien llevadas dejan huella e influencian la formación de las identidades de quienes se atreven a imaginar lo invisible.
Lima, 09 de noviembre de 2018
Catálogo de la Exposición Imaginar lo Invisible, Galería Pancho Fierro, Municipalidad de Lima. Política Nacional de Cultura, Ministerio de Cultura, octubre 2017
Para citar este artículo en APA:
Capriata, C. (2018). Diálogos activos. Educacción, Año 4 (47). http://ow.ly/BXw730mHRJi