Elena Reina / El País
El acoso escolar asoma en las escuelas mexicanas como uno de los obstáculos más visibles para la educación. El 20% de los alumnos de 15 años reconoce haber sufrido varias veces al mes algún tipo de abuso: burlas o rumores desagradables, empujones o golpes. Y la violencia de los compañeros afecta directamente a las calificaciones: los que lo sufren obtienen peores notas, concluye un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). México se encuentra entre los países donde el bullying es más frecuente. Y sus resultados en el estudio PISA no levantan cabeza desde hace 15 años.
En el último informe PISA, publicado en diciembre de 2016, el organismo ponía encima de la mesa un tema conocido: las carencias en la educación mexicana. Los adolescentes de México reprobaron todos los exámenes: ciencias, lectura y matemáticas. Y a sus gobernantes no les quedaba otra que comparar las malas calificaciones con otras todavía peor: México, aún reprobado, sacó mejor nota que Costa Rica, Colombia, Brasil y Perú en matemáticas. Algo que ocurre con cada informe. Se trata del último consuelo educativo.
Las cifras de acoso muestran “relaciones sociales fracturadas y el desarrollo de una forma de relacionarse que es nociva”, según explica Gabriela Ramos, directora de gabinete de la OCDE, sobre el informe presentado este martes acerca del bienestar de los estudiantes. No es la primera vez que el organismo advierte sobre este problema. En 2014 colocó a México como el país con el nivel más alto de bullying, según la Encuesta Internacional sobre la Enseñanza y el Aprendizaje. El documento añadía algunos testimonios de los profesores y directores señalaban el consumo de drogas y alcohol en las escuelas, además de vandalismo y robo.
Entre los otros puntos donde México destaca negativamente, se encuentra el escaso sentido de pertenencia a la escuela. Un 25% de los alumnos se siente marginado en el colegio (cuando la media de la OCDE es de 17%) y un 21% se siente solo (media de 15%).
No obstante, el informe presentado este martes recalca que si los alumnos tuvieran que ponerle nota a sus vidas, sacarían casi un sobresaliente: 8,3. Se trata del nivel más alto entre los países de la OCDE y el segundo entre todos los países participantes en PISA, después de República Dominicana. Además, se observa un nivel de motivación superior a la media: el 83% de los adolescentes declararon que quieren ser los mejores, hagan lo que hagan y el 96% está motivado para para sacar las notas más altas.
Esta motivación se hacía evidente también en los resultados del último informe PISA. Pese a las malas calificaciones en ciencia, una gran parte de los adolescentes mexicanos querían ser científicos. Al menos un 41% de los consultados se refería a ello, la mayor proporción de estudiantes con dicha expectativa entre los países OCDE. Teniendo en cuenta que sólo un 1% de ellos logró un rendimiento en ciencias aceptable y un 36% ni siquiera obtuvo un nivel mínimo, se trató de una respuesta que sorprendió al propio informe: “Estas actitudes positivas están débilmente asociadas con el desempeño de los estudiantes en matemáticas”.
Los estudiantes mexicanos se ponen más nerviosos que los de otros países. Sufren una ansiedad por el estudio superior a la media, un 50% de ellos reconocen ponerse muy tensos cuando estudian y el 79% se preocupa por las malas calificaciones. Ser médico es la aspiración profesional más popular entre las niñas, mientras que ellos prefieren ser ingenieros.
El nivel de segregación escolar en México es mayor a la media de la OCDE: sólo un 6% de los niños de familias de clase trabajadora pueden permitirse un colegio privado. El documento recoge, además, que un 74% de los estudiantes de familias ricas esperan completar la universidad, frente al 43% de los estudiantes más desfavorecidos.
México invierte 27.848 dólares en educar a cada estudiante de seis a 15 años, según los datos del organismo. Este nivel de gasto representa el 31% de la media de la OCDE. El PIB per cápita de México es de 17.315 dólares (datos de 2014), el 44% de la media del organismo. El informe señala que lo que México gasta en educación en relación con el PIB del país es más bajo que en muchos otros países de América Latina, como Costa Rica, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana y Perú. Pero más alto que Uruguay.
El país destina el 5,2% del PIB al sistema de educación pública, según un estudio de la OCDE de 2015 que recoge datos de 2012. Es de los países que más dedican a esa partida de todos los que conforman el organismo, por delante de Alemania y España y muy similar al de Francia. Pero el 80% se emplea en pagar las nóminas de los maestros.
Fuente: El País / Madrid, 18 de abril de 2017