APEC vs. Educación: ¿Una falsa dicotomía?

Print Friendly, PDF & Email

Editorial

El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) llegó a nuestro país, trayendo consigo no solo a líderes mundiales y la promesa de oportunidades de desarrollo, sino también una controversia que puso en jaque a la comunidad educativa: la suspensión de clases presenciales en Lima, Callao y Huaral.

Si bien se argumentó que esta medida buscaba “facilitar el desarrollo” del evento y “priorizar la seguridad”, la realidad es que ha despertado una ola de críticas y protestas que no podemos ignorar. Padres, docentes y especialistas alzan la voz, denunciando el impacto negativo que esta decisión tendrá en la educación de miles de estudiantes.

Algunas autoridades declararon que tres días sin clases “no es el fin del mundo”. Perdemos de vista que, más allá de los aciertos, errores y desafíos que enfrenta la educación escolar, cada día de clases es una oportunidad para aprender, compartir y crecer. Minimizar la importancia de tres días de clases es desconocer el valor de cada jornada educativa y el esfuerzo que realizan docentes y estudiantes.

La pandemia nos dejó una profunda cicatriz en el ámbito educativo. Años de clases virtuales agudizaron las brechas de aprendizaje y acentuaron las desigualdades. ¿Es justo entonces haber sacrificado, una vez más, la educación de nuestros niños y jóvenes en aras de un evento internacional?

La modalidad virtual no puede reemplazar la riqueza de la interacción presencial, ni la importancia del vínculo entre docentes y estudiantes. Además, la suspensión de clases presenciales profundiza la brecha digital, dejando atrás a aquellos estudiantes que no cuentan con los recursos necesarios para acceder a la educación virtual. Según los últimos informes del INEI, en el primer trimestre del 2024, el 42.4% de los hogares del país no tienen acceso a internet.

Si la APEC representará genuinamente una oportunidad para nosotros, no solo para el crecimiento económico sino para el desarrollo humano del país, un desarrollo con equidad, es materia de discusión. Sin embargo, lo que resulta inaceptable es que se convierta en un obstáculo para el derecho a la educación. La educación es el pilar fundamental para el desarrollo de un país, y no podemos sacrificarla en nombre de ningún evento, por más importante que sea.

El desarrollo económico no puede contraponerse al progreso educativo. No se trataba de elegir entre APEC o educación, sino de encontrar un equilibrio que beneficie en primer lugar a nuestras niñas, niños y adolescentes.

Lima, noviembre de 2024
Comité Editorial