César Cortez / Cinencuentro
Gran asombro causó en su momento el anuncio de una nueva película de los Cazafantasmas, hasta que se supo que esta iba a ser un remake, palabra considerada por los fans de ciertas películas como una aberración, una palabrota, un pecado. En la mayoría de estas nuevas versiones tales temores se cumplen, y la nueva Ghostbusters estaba destinada a formar parte de ese penoso grupo.
Si hasta este punto ya le estaban empezando a dar la espalda, cuando se reveló que el nuevo equipo de cazafantasmas iba a ser integrado por mujeres fue que “todo el mundo perdió la cabeza”, citando al Guasón de Heath Ledger. Los fans más acérrimos alzaron su voz de protesta, asegurando que esta decisión sí iba a arruinar la muy querida joya ochentera, considerada parte de la cultura popular. Este pésimo recibimiento llegó a un punto tal que cuando se lanzó el primer tráiler del filme, en unos cuantos días se convirtió en el tráiler con la mayor desaprobación en la historia de YouTube.
Por fin llegó entonces el momento de saber si era justificada esta guerra entre los fans y Sony Pictures. Admito que fui un poco temeroso a ver la película, ya que tengo tan presente el film original que si no veía algo parecido, pensaba que la odiaría, tal como odié el bodrio de “Día de la Independencia Contraataque”. Sin embargo, tenía la esperanza que el director Paul Feig (a quien admiro desde que nos entregó “Damas en Guerra”), supiera en lo que se metía. Realmente pensaba que iba ver algo muy por debajo de mis expectativas, sin embargo puedo decir que la cinta sale aprobada, sin llegar a ser una gran película ni mucho menos.
Contando con una trama similar a la original, el objetivo principal de este remake es tratar de darle un nuevo aire a la historia. Es que si uno se pone a pensar fríamente, iba a ser muy complicado reemplazar a los Cazafantasmas originales con otro equipo de hombres, así que considero que fue muy acertado el cambio de género. Las personalidades que ahora tienen las miembros de este grupo, integrado por las actrices Kristen Wiig, Kate McKinnon, Leslie Jones y Melissa McCarthy son distintas a los del film de los 80s. Tal vez la única cazafantasma que se parece completamente a su par original es Patty, interpretado por Leslie Jones, una chica que no es científica pero forma parte de este equipo y es tratada como igual por sus compañeras. El resto del grupo, en especial Wiig y McCarthy, lucen un poco más sobrias pero igual de graciosas que en sus anteriores películas. La que resultó ser una gran revelación fue McKinnon como la excéntrica, alocada pero inteligente, científica Jillian Hotlzmann.
Regresando a uno de los puntos de discordia de los fans, muchos no aprobaron en que Chris Hemsworth haga las veces de “secretario” de las Cazafantasmas, quejas que dejaban notar un tufillo sexista. A pesar de esto, al ver la película, las defensas por aquella decisión de nada valieron, ya que este personaje intenta ser gracioso pero no lo consigue. Fue un solo de gags tontos, intrascendentes, dando la impresión que está ahí solo por su apariencia física.
Lo bueno de este remake es que nos da una introducción del grupo, algo que no se ve en el film original. Nos explican sobre la fabricación de los lasers y las armas que usarán, sobre la convivencia entre ellas, etc. Su gran problema es que resulta entretenida en su primera mitad, pero luego, cuando más interés debe tener, en las escenas de acción y en la secuencia climática, el nivel cae notoriamente. Vemos un buen espectáculo de fuegos artificiales junto con muchos fantasmas dando vueltas, pero no te comprometes realmente con la misión de las Cazafantamas. Un desapego similar al que tiene la mayoría de personas dentro de la historia, quienes no tienen conocimiento de la existencia de las Cazafantasmas pues el gobierno estadounidense así lo ha decidido, desmintiendo todo lo que ellas hacen, para no alarmar a la población.
Cazafantasmas no es necesariamente una mala película o la aberración que muchos piensan (créanme, hay peores películas). Uno la puede ver, reirse y disfrutarla superficialmente, pero no mucho más, porque no logra superar la alta valla puesta por la versión original. Veremos qué lecciones sacan de esta experiencia los realizadores, pues ya se había anunciado la secuela, algo que viendo el resultado logrado aquí, quizá ya no sea necesario hacer.
Fuente: Cinencuentro / Lima, 29 de julio de 2016