Martín Acosta / El Comercio
Ana tiene 10 años y a su corta edad ya fue víctima de una estafa. Sus padres la matricularon en el ‘colegio’ Domingo Salvio de Independencia y en sus aulas pasó tres años de su vida escolar. Sin embargo, ante la ley este centro educativo no existía, no tenía autorización del Ministerio de Educación (Minedu). Cuando sus padres quisieron cambiarla de escuela se dieron cuenta de la farsa.El certificado de estudios que le dieron no valía nada, había perdido los tres años y Ana era apenas un fantasma en el sistema educativo.
Solo en Lima y Callao existen aproximadamente 12 mil colegios privados autorizados. Sin embargo, otros más funcionan a pesar de no ser reconocidos por el Minedu pues carecen de código modular, algo así como el DNI del colegio. Otros funcionan de manera improvisada, con una serie de deficiencias pedagógicas y de infraestructura (en casas viejas, hoteles y locales que no están diseñados para actividades educativas). En ambos casos, se genera un impacto irreversible en el desarrollo educativo de los niños.
IDENTIFICADOS
En lo que va del 2016, el equipo de supervisión de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (Drelm) y del Minedu, identificó a un total de 69 establecimientos privados que estarían brindando el servicio educativo sin contar con autorización de creación, la mayoría en zonas. De ese total, 20 establecimientos ya han sido clausurados temporalmente y 18 fueron notificados por las municipalidades correspondientes.
Los colegios bamba o fantasma reciben el nombre también de colegios cascarón pues utilizan la modalidad del ruleteo, tomando prestado el código modular de un centro educativo que sí está autorizado. Los padres solo se enteran de la irregularidad al momento de retirar a sus hijos del colegio, ahí descubren que el certificado está a nombre de otra escuela. “Esto es una estafa, ya que los padres pagan por el colegio que ellos escogen y sus hijos obtienen el certificado de otro”, señaló especialista en temas educativos, Idel Vexler.
En comunicación con El Comercio, la jefa de la Drelm, Flor Pablo Medina, señaló que “cada colegio tiene un código modular y la norma prohíbe la posibilidad de crear colegios por redes o sucursales. Es decir, si un colegio tiene varios locales, cada uno de ellos debe tener un código modular. No es legal que un colegio funcione con un código que no tenga su nombre y dirección”.
Si bien la labor de fiscalización de Minedu y la Drelm, permite identificar a los colegios no autorizados, el cierre de estos establecimientos es competencia de las municipalidades distritales. No obstante, no todos los distritos proceden con la celeridad necesaria.
La mafia en torno a los colegios cascarón es tal que incluso, a través de algunas páginas de internet se pueden ver anuncios en los que se ofrecen en alquiler y venta los códigos modulares.
Antes de matricular a los niños, los padres deben verificar si el colegio tiene autorización del Minedu. Para ello deben pedir la resolución de creación y verificar también que las instalaciones son seguras y adecuadas. Para facilitar esta tarea, el Minedu ha creado la web Identicole en donde ingresando el nombre y la ubicación de la escuela, los padres podrán saber si el colegio cumple con los requisitos necesarios.
COLEGIOS EN CASAS Y HOTELES
Hay otros colegios que, a pesar de tener código de autorización, funcionan en locales improvisados, en casas y hasta en espacios que originalmente fueron diseñados como hoteles. En el colegio de Ana, las ex habitaciones eran usadas como salones y la pequeña cochera se había convertido en un patio. El colegio no solo impedía el desarrollo de los alumnos, sino que ponía en riesgo de accidentes a los estudiantes.
Pero, ¿cómo obtuvieron la autorización del Minedu estas escuelas y, lo que es más grave, cómo, a pesar de sus múltiples irregularidades, continuaron brindado el servicio?
Esto es resultado de una regulación que permite entregar autorizaciones gracias al silencio administrativo positivo. Si los promotores no reciben respuesta por parte de la Drelm en el plazo establecido (60 días), el código modular era obtenido de forma automática. A esto se suma una falta de fiscalización que durante años permitió la operación de estos colegios.
Desde el 2015, señala la jefa de la Drelm, se ha establecido un protocolo diferente que ha permitido que ya no se entreguen autorizaciones por silencio administrativo. “Las inspecciones ya no se hacen por separado, ahora la UGEL y la Drelm, hacen la supervisión juntas y emiten los informes. Esto permite que ya no se demore el trámite”.
Los colegios creados a partir del silencio administrativo son los que más deficiencias presentan, la mayoría de ellas de infraestructura, aunque también de tipo pedagógico, dijo la jefa de la Drelm. “Si no cumplen con los espacios y medidas de seguridad, podemos suspenderlos y hasta cerrarlos”, agregó. El problema, como parece ser una costumbre en el aparato público, es la falta de personal encargado para las labores de supervisión y control.
COLEGIOS CLAUSURADOS
La mayoría de casos de colegios bamba registran en las zonas norte y sur de Lima, que en los últimos 10 años han incrementado exponencialmente el número de colegios. Los establecimientos informales que ofrecían servicios educativos y que fueron clausurados, son: Juventud Científica, Divino Niño Jesús, Mi segundo hogar de Villa, ubicados en Villa El Salvador; así como Virgen del Chapi, Santiago Apóstol, Yo soy Jesús, identificados en Carabayllo, por no contar con resolución de creación de la Drelm, licencia de funcionamiento y certificado de Defensa Civil.
Del mismo modo, en San Juan de Miraflores fueron clausurados los establecimientos educativos San Ignacio de Pamplona, Fray Martín de Porres, Rayito de Luz en sus dos locales, San Juan Apóstol y José Gálvez.
En Puente Piedra, fueron cerrados los establecimientos denominados: Liceo Garcilaso, Cristo Rey, Copacabana, María Trinidad y Virgen de Copacabana. Finalmente, en el Rímac, fueron clausurados temporalmente, los locales Santa Rosa de Lima, Guardería FEDUVIDA y Peter Pan.
En tanto, los establecimientos notificados por las respectivas municipalidades, fueron: Gotitas de Amor, Alexander Luria, Science College, San Sebastián de Lima Norte, Albert Einstein, Kinder Mi Pequeño Nicolás, Valle del Jordán, Pasitos al Saber, en Carabayllo; y Juventud Científica, Divino Niño Jesús, ubicados en San Juan de Miraflores, y Mi Segundo Hogar de Villa, en Villa María del Triunfo. También figuran en la lista de notificados los locales Consorcio Educativo Argos Experimentor Mega UNI, Corporación Educativa Jesusiana y Horsan Servicios Educativos.
DENUNCIAS EN INDECOPI
Independientemente de la labor del Minedu, Indecopi supervisa al menos 184 colegios de Lima. Este organismo tiene competencia para velar para que el servicio de educación privada se dé de manera idónea, es decir, que los estudiantes reciban la educación que les fue ofrecida a los padres a la hora de la matrícula.
Tessy Torres, gerenta de supervisión y fiscalización del Indecopi, señaló a El Comercio que la mayor cantidad de denuncias tiene que ver con irregularidades en las condiciones económicas, como incrementar la mensualidad sin aviso o publicidad engañosa. En el 2015 Indecopi atendió 906 denuncias e impuso sanciones por más de 1.054 UIT.
Una vez recibida la denuncia, Indecopi se comunica con los colegios para que estos presenten sus descargos. En promedio el procedimiento sancionar puede demorar 120 días.
Entre los distritos donde se ubican estos centros educativos investigados están: San Isidro, Magdalena, Comas, Villa María del Triunfo, Salamanca, Ventanilla, San Martín de Porres y San Juan de Lurigancho. En este último existe un mayor número de incidencias.
Fuente: El Comercio / Lima, 26 de febrero de 2016