Edición 66

Comunidades de Aprendizaje Dialógico

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Kristel Oyola | EDUCACCIÓN

Los webinars, talleres y capacitaciones nos permiten recoger información valiosa; sin embargo, sin reflexión la aplicación de conocimientos se convierte en profesionalidad restringida. ¿Será que el recibir información es suficiente para ser maestros competentes? ¿será que entre docentes podríamos potenciar nuestra práctica? La comunidad de aprendizaje dialógico es una práctica validada que podría darnos una luz de solución. 

A puertas de cerrar el retador y agotador 2020, siendo la 1.00 am estaba en una sesión con un grupo de docentes con los que vengo trabajando a lo largo del año. De pronto; uno de ellos me pregunta; “¿es posible que, al terminar este curso, podamos seguir aprendiendo y reflexionando juntos?” A lo que otra maestra agrega; “es tan reconfortante escuchar a colegas que te ayudan a mejorar y no sentir los comentarios como correcciones sino contribuciones”. Esta situación me llevó a la reflexión y análisis para intentar comprender por qué en nuestro país aún no se ha establecido de manera exitosa un programa o proyecto que fomente las comunidades de aprendizaje entre docentes, a pesar de ser parte de la evaluación nacional.

El sistema educativo peruano ha venido adaptándose a múltiples cambios, lo que ha conllevado a diversas interpretaciones de los requerimientos del sistema; estos cambios frecuentes no han permitido lograr la tan anhelada implementación curricular. Se han evidenciado múltiples esfuerzos en el proceso, desde focalización, acompañamiento y asistencia técnica; sin embargo, la constante rotación de los que brindan y reciben el soporte no permite darle continuidad a la tarea.

Es innegable admitir que este 2020, webinars, talleres y capacitaciones de diversa índole han sido puestos a disposición con el fin de brindar soporte pedagógico a los docentes.  Sin embargo, esta situación me lleva a evaluar si la cantidad de información que se está compartiendo será realmente provechosa para su práctica; si estas estrategias están promoviendo la reflexión; si es que apuntamos hacia el desarrollo de la competencia docente.  Imposible no pensar que estamos cayendo en la educación bancaria que se basa en la acumulación de saberes cerrados y definidos, sin fomentar realmente la compresión o reflexión sobre lo que se viene aprendiendo (Freire);

Bajo la lógica que sólo un docente competente puede formar un estudiante competente, se hace indispensable que los dos elementos básicos que se exigen al docente formar en sus estudiantes, se promuevan también en el docente; autonomía y reflexión.

Los docentes que interactúan en comunidad establecen vínculos de proximidad que va más allá del área geografía, ya que esta proximidad se basa en respeto y sentido de comunidad. Según Lavaniegos (2008) este sentido comunitario fomenta el desarrollo de conocimientos, actitudes y habilidades fomentando una actuación más activa del docente en su propio proceso de aprendizaje con el fin de solucionar los desafíos propios del sector educativo, solicitados aún más en este periodo de pandemia.

Según el Marco del buen desempeño docente – MBDDo (2012)

“… su ejercicio exige una actuación reflexiva, esto es, una relación autónoma y crítica respecto al saber necesario para actuar, y una capacidad de decidir en cada contexto… En esta visión, el docente se ve a sí mismo como un agente de cambio, pues reconoce el poder de sus palabras y acciones para formar a los estudiantes. También exige una actuación colectiva con sus pares para el planeamiento, evaluación y reflexión pedagógica” (p. 15).

Asimismo, el MBDDo señala 4 dimensiones fundamentales del docente entre ellas la dimensión reflexiva y la dimensión colegiada. Con respecto a la primera, señala que el docente crea su identidad profesional en el día a día, los desafíos de la práctica docente lo llevan a la reflexión de los procesos y fines de la enseñanza, del sistema, de sus pares y propios. Este proceso lo obliga a buscar diversas fuentes de información, de la cual se apropia críticamente para garantizar el desarrollo de las competencias en sus estudiantes. Este proceso es fundamental en su competencia profesional y su rol como agente de cambio en su comunidad. Con respecto a la segunda menciona que, los docentes interactúan y se relaciona para coordinar, planificar, ejecutar y evaluar los procesos pedagógicos en la institución educativa. Algo sumamente importante de resaltar es que los docentes deben de consientes que forman parte de una cultura escolar, cuya misión, visión, creencias y prácticas deben ser asumidas como propias para que logre el genuino involucramiento; asimismo, deben reconocer que la práctica individual dependerá de la articulación con sus pares, ya que se cobra un mayor sentido de su labor, el sentido de comunidad. Todo esto exige que los maestros colaboren entre sí y se organicen.

Latorre (2003) afirmaba que la naturaleza del sistema educativo tiende a saltar de una técnica a otra, lo que no permite una consolidación de la misma. Asimismo, se apresura en promover la profesionalidad restringida que limita a una práctica resolutiva, inmediata e irreflexiva (Imbernón, 1994). Es bastante común ser testigos de la preocupación de los docentes por cumplir con las disposiciones establecidas por el sistema que no responden de manera realista a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.  Un sistema efectivo de formación docente debe promover “la construcción del conocimiento profesional como proceso de investigación-acción reflexiva” (Navareño, 2018). En ese sentido, la práctica reflexiva es un elemento clave para la formación de un docente innovador y de calidad.

En pleno siglo XXI, las instituciones educativas requieren docentes que hagan uso de sus competencias para resolver problemas del ámbito educativo con flexibilidad y disposición a la construcción de conocimiento, a lo que se le denomina la Profesionalidad ampliada (Imbernón, 1994). Por ello, es crucial que promovamos que los docentes hagan uso de los saberes adquiridos de manera crítica para que sean más capaces de adaptarse y plantear técnicas, estrategias y/o metodológicas apropiadas para su contexto y para el sistema.

Considerando que, las reflexiones de más alto nivel se logran cuando existen conflictos, y estos se dan durante la socialización; pequeños grupos de docentes que se reúnen para reflexionar sobre sus prácticas con el fin de mejorarlas, de hacerlas más pertinentes, equitativas y responsables es el ideal del sistema educativo actual (Barrera et al., 2010). Por tanto, la formación de comunidades de aprendizaje que promueven la reflexión, empoderamiento y participación docente es una necesidad hoy en día.

Elboj, Valls y Fort (2000) señalan que, “una comunidad de aprendizaje es el resultado de la transformación social y cultural de una institución educativa y de su entorno mediante una educación integrada, participativa y permanente, basada en el aprendizaje dialógico”. Es de suma importancia no asumir que una comunidad de aprendizaje es simplemente un grupo de docentes interactuando de manera informal; por el contrario, las comunidades deben contar con un plan estratégico orientado a la mejora progresiva de cada uno de sus miembros para alcanzar los objetivos del sistema y así contribuir de manera positiva y real. De igual manera, debe basarse en el compromiso y colaboración de cada uno de sus miembros.

Por tanto, las comunidades de aprendizaje poseen una mirada estratégica a mediano y largo plazo; y para el logro de sus objetivos debe profundizar las tertulias y basarlas en investigación que serán llevadas a la acción en las sesiones de aprendizaje. Para una clara comprensión del nivel de reflexión al que se debe llegar, se cita a Hatton y Smith (1995) quienes hacen mención de los niveles de calidad de la práctica reflexiva.

  1. Reflexión técnica: centrada en las prácticas de la enseñanza y los métodos necesarios para transferir y utilizar la información para mejorar las clases de un año a otro.
  2. Reflexión descriptiva: centrada en la actuación profesional del docente para razonar sobre las decisiones tomadas y los conocimientos adquiridos.
  3. Reflexión dialógica: centrada en comprender, individual o en pares, el desafío y encontrar posibles soluciones haciendo uso de sus competencias.
  4. Reflexión crítica: centrada en analizar los efectos de sus acciones de manera ética, social, política y/o cultural.

Como se puede observar, las comunidades de aprendizaje (reflexión colegiada) suelen llegar al nivel uno (1) o dos (2); los que son insuficientes para alcanzar el grado transformacional que requiere en el sistema. Las reflexiones dialógicas y críticas son procesos sumamente complejos que fuerzan al docente a desarrollar el pensamiento lateral y resolución divergente basándose en información críticamente seleccionada. En ese sentido, estas reflexiones fomentan la competencia pedagógica que logrará la autonomía y empoderamiento.

Existen entidades que ayudan a la promoción de Comunidades de Aprendizaje basado en las reflexiones dialógicas. Por ejemplo, en Chile, las comunidades de aprendizaje consideran dos aspectos fundamentales para la interacción entre docentes; la racionalidad y emocionalidad; esto con el fin de lograr debates alturados para llegar a consensos con empatía. Asimismo, en España, se considera que el aprendizaje dialógico cuenta con siete (7) elementos básicos:

  1. Diálogos que son igualitarios: buscando que todos tengan la misma oportunidad de hablar y de ser escuchados.
  2. Inteligencia cultural: adecuando las formas y los medios para expresarse en condiciones de igualdad
  3. Transformación: la superación de las desigualdades (brechas).
  4. Aprendizaje instrumental: usando el contexto de manera instrumental, como herramienta para transformar su pensamiento (flexible) y su desarrollo (crecimiento profesional).
  5. Creación de sentido: respetando las individualidades, garantizando el éxito en el aprendizaje, y diseñando aprendizajes con sentido para el estudiante.
  6. Solidaridad: involucrándose solidariamente en un mismo proyecto.
  7. Igualdad y la diferencia: promoviendo la defensa de la diversidad 

En la investigación para la Propuesta de observación de las interacciones en la escuela a través de los Principios de Aprendizaje Dialógico (2015), se realiza el análisis de comunidades de aprendizaje denominadas “Actuaciones educativas de éxito”. En esta investigación se evidencian 7 actuaciones que promovieron el éxito de las comunidades tales como la participación educativa de la comunidad, las tertulias literarias dialógicas, los grupos interactivos, la resolución dialógica de conflictos, la biblioteca tutorizada, la formación pedagógica dialógica y la formación de familiares. Asimismo, resalta que para el logro transformacional en el sistema educativo requiere considerar la construcción de una dinámica más horizontal, que provoque la formación de vínculos entre los actores de la comunidad educativa, los que a su vez compartirán la misión y visión del sistema educativo haciendo uso del conocimiento de manera crítica y reflexiva. Sería sumamente interesante que, promovamos el aprendizaje dialógico en comunidades de aprendizaje basándonos en las experiencias exitosas de los países vecinos.

En resumen, la propuesta de comunidades de aprendizaje dialógico entre docentes podría ser una opción ambiciosa que ayude no solo a la implementación de propuestas educativas de los diversos niveles del sistema, sino también a la mejora de los aprendizajes de docentes y estudiantes.

Lima, 9 de diciembre de 2020

 

Referencias

Guerrero, Gabriela (2018). Estudio sobre la Implementación del Currículo Nacional de la Educación Básica en Instituciones Educativas Públicas Focalizadas. Lima: GRADE. Recuperado de:  http://www.grade.org.pe/forge/descargas/CurriculoNacional.pdf

Alcedo, Y., & Chacón, C., & Chacón, M. (2014). Las comunidades de aprendizaje: estrategia de desarrollo profesional de los docentes de inglés. Educere, Recuperado de:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=356/35639776010

Malpica, F. & Navareño, P.  (2018). Innovación pedagógica reflexiva en comunidades profesionales de aprendizaje y su impacto en la formación docente institucional. Innoeduca, Recuperado de: https://revistas.uma.es/index.php/innoeduca/article/view/4835/4581

Araya, M. (2018). El desarrollo de la practica reflexiva en comunidades profesionales de aprendizaje de educadoras de párvulos. Universidad Diego Portales. España. Recuperado de: http://repositorio.conicyt.cl/bitstream/handle/10533/237771/TESIS%20FINAL.pdf?sequence=1

Ministerio de Educación (2012). Marco del Buen Desempeño Docente. Lima, Perú. Recuperado de: http://www.minedu.gob.pe/pdf/ed/marco-de-buen-desempeno-docente.pdf

Arbelaez, D. (2015). Propuesta de observación de las interacciones en la escuela a través de los Principios de Aprendizaje Dialógico. Recuperado de: https://www.comunidadedeaprendizagem.com/uploads/materials/450/14289a0d39d832fc603a842f5355c517.pdf

Kristel Oyola Carrión
Evaluadora Asociada del Centro de Diseño, Evaluación e Investigación de la Educación en la Universidad de Michigan. Gerente general de FUNGLISH PERU. Gestora Educativa con experiencia en implementación de proyectos a gran escala basado en el uso de metodologías activas. Amplia experiencia como consultora educativa para las direcciones de Educación Básica Regular, Innovación Tecnológica en la Educación, Promoción del Bienestar y Desarrollo Docente, y Educación Secundaria del Ministerio de Educación. Fue parte del equipo elaborador del Programa para el Área de Inglés del Currículo Nacional 2016. Con maestría en Estudios Educativos con especialización en Evaluación de Programas y Mejora de la investigación en la Universidad de Michigan; así como estudios de maestría en Diseño y Gestión Curricular e Innovación del Aprendizaje en la UNIFE. Especialización en Liderazgo en la Innovación y Mejora Educativa en la Universidad de Michigan.