Natalia López | El País
La consulta de la psicóloga sanitaria Bárbara Zapico se desbordó el viernes por la tarde, tras el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que se iba a decretar el estado de alarma para controlar el contagio del coronavirus. La limitación de movimientos introdujo de golpe un aluvión de cambios de alto voltaje en las vidas de los españoles, una desafortunada vuelta de tuerca a días ya cargados de incertidumbre, miedo y ansiedad. “Tengo a muchos pacientes llorando”, comentaba el día siguiente. Zapico lleva desde entonces un seguimiento intensivo de sus pacientes y algunos expacientes a través de Skype. “La mayoría tiene menos de 50 años y las preocupaciones no son tanto por la enfermedad como por la situación laboral en el corto plazo. Estoy viendo mucha preocupación en la hostelería por la amenaza de despidos inminentes, muchos me dicen que no saben si van a tener trabajo dentro de dos semanas”… Leer más