Edición 58

De profe a profe: una iniciativa feliz

Entrevistamos a Darío Ugarte sobre su iniciativa de intercambio docente «De profe a profe»

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Luis Guerrero Ortiz | EDUCACCIÓN
Entrevista a Darío Ugarte

Ha aparecido una página en Facebook que invita a maestros y maestras de chicos de toda edad, a compartir algo de su experiencia que pueda ayudar a las familias en estos tiempos de cuarentena a motivar a sus hijos a aprender en este contexto de crisis. La estrategia es muy sencilla y, por lo mismo, muy potente. En el sitio puede leerse esta invocación: «Te invito a compartir tu experiencia en un video casero con propuestas concretas e innovadoras». Su ambición no es corta: «Que nuestro saber pedagógico se vuelva viral en las redes», agrega con entusiasmo. Ese espacio se llama DE PROFE A PROFE y en menos de un mes ya tiene 500 adhesiones y numerosos videos compartidos. ¿Estamos ante una iniciativa fugaz o ante una bola de nieve? Conversamos con Darío Ugarte, uno de los promotores.

 

Darío, ¿qué es De profe a profe?

Es en esencia un espacio de intercambio del saber pedagógico del docente, de sus experiencias en aula y sus experiencias en los procesos de aprendizaje. También se ha ido constituyendo como un espacio para compartir información pertinente y, de alguna manera, se está convirtiendo en espacio de formación. En todo caso, está siendo un lugar donde la disposición para aprender está por delante, la apertura de asumirse como aprendiz. Por lo tanto, el interaprendizaje comienza aparecer como un elemento clave de esta plataforma.

¿Cómo surgió la idea?

La primera semana de cuarentena conversamos con Pelusa Villanueva, también maestra, sobre cómo hacer para que la práctica pedagógica del docente, lo que sabe hacer y sabe hacer muy bien, sirva para orientar a las familias y los estudiantes sobre cómo aprender en casa durante el aislamiento.

Si partimos por reconocer que no solo se aprende en las escuelas sino en todos lados ¿cuál sería el rol del docente? Nosotros estamos convencidos de su rol orientador, mediador o  facilitador de aprendizajes y este espacio podía fortalecer esta función.

Además, veíamos que la difícil situación que estamos viviendo, esta crisis sanitaria, se podía convertir en una enorme oportunidad para vincular la realidad con los aprendizajes, para hacer que esta vieja idea llamada «el aula abierta» se haga realidad en los procesos de aprendizaje. Así fue que tomó forma de un desafío pedagógico a través de un video muy corto, de 3 minutos. El reto era ver cómo motivábamos a otros docentes para que también compartan sus experiencias y que esto desate una cadena de intercambios e innovaciones, de prácticas, reflexiones, etc. Decidimos que Pelusa Villanueva, sea la primera. En su video muestra el potencial que tienen los proyectos integradores como una oportunidad para, como lo dice su nombre, integrar distintas competencias a partir de un asunto que nos afecta. Esta incorporación de la realidad en el proceso de aprendizaje le da pertinencia, sentido de utilidad, haciendo que lo que se aprende o desarrolla en el proceso de aprendizaje se haga altamente significativo. Se soltó el video y comenzó a tener respuestas interesantes que nos permitieron pensar si el desafío era esa la única alternativa. Es así como comenzó.

¿Cuántos profesores se están sumando hasta ahora a esta iniciativa?

En este momento estamos llegando a cerca de 500 contactos y más de 2,500 publicaciones. Como suele suceder en estos espacios, a partir de los contactos que cada uno tiene las redes se van ampliando. Algo que no mencioné en la respuesta anterior es que al inicio se pensó como un desafío pedagógico a través del video, pero luego de ver las respuestas nos dimos cuenta que, si no tenía un espacio propio, todo se podía perder entre la cantidad de información que continuamente nos llega a cada uno a través de Facebook. Por eso creamos una propia página en Facebook, que se llama «De profe a profe». Eso ha hecho que el proceso sea mucho más rápido en términos de intercambio y que se genere mayor vínculo entre los docentes.  Conforme iban pasando los días, el intercambio comenzaba a tomar distintas formas o aristas, porque como es un espacio público y abierto a docentes que quieran compartir su experiencia, ya no solo era experiencias y recursos de aula, era también información clave para utilizar las TIC en una educación a distancia, o sobre cómo abordar estos temas en una situación de emergencia sanitaria como la que estamos viviendo. Así comenzaron a aparecer perspectivas o temas distintos que ampliaron las posibilidades del espacio.

Veo que esto recién está empezando, ¿qué impacto esperan lograr?

De profe a profe nació de una preocupación muy personal, del compromiso compartido con Pelusa respecto a cómo activar, cómo hacer visible el saber pedagógico de los docentes, que se ha ido acumulando con el tiempo y que en un contexto tan particular como el que estamos pasando, podría emplearse para convertirlo en una enorme oportunidad. Nació con esa modestia, de un simple afán por hacer visible la experiencia pedagógica del docente, de contribuir con algo que uno sabe hacer para lograr aprendizajes  más pertinentes, más significativos, más útiles para la vida.

Existen espacios de intercambio entre docentes, pero ahora se trata de aprovechar el espacio de las redes sociales, el mundo digital, como una oportunidad para hacerlo visible. Nos interesa poder impactar, ir generando un espacio de reflexión pedagógica que vaya creciendo paulatinamente y que permita ir recuperando esa reflexión sobre lo que implica enseñar y aprender, algo que, en este momento, cobra mayor fuerza con el desafío de hacerlo a distancia. Estas reflexiones pueden ir abonando a algo que el país requiere: un movimiento pedagógico, que nos parece ha ido dejándose de lado; un espacio como este puede ir generándolo, porque los maestros lo necesitamos.

¿Creen que esta estrategia puede ser válida y vigente mas allá de la emergencia?

La iniciativa nace con la idea de convertir la crisis sanitaria en una oportunidad, pero en la vida todas las oportunidades generan la posibilidad de ampliar, ensanchar, profundizar aquello que ya tenemos o que queremos lograr. Nos parece que más allá de este momento, donde estamos concentrados en cómo fortalecer la atención educativa a los niños, niñas y adolescentes e incluso a los jóvenes, esto puede ir consolidándose en un espacio genuino, propio, relevante para los docentes. Esperamos que, en la medida que la emergencia pase a un segundo plano y el país tenga controlada esta situación, este espacio pueda tener un rol importante. Nos parece que va a ir generando una agenda pedagógica, que la necesitamos en el país, una agenda que se aleje de lo tecnocrático y comience a centrarse en lo que implica el vínculo pedagógico, la construcción del aprendizaje. No solo desde lo que la técnica dice sino desde el hecho educativo en sí, desde el saber mismo que está en la práctica reflexionada de los docentes. Si avanzamos en esa línea dentro de este espacio, podemos hacer que trascienda a  la situación de emergencia que ahora vivimos.

Esta crisis ha cambiado nuestros escenarios radicalmente y nos reta a replantear nuestros roles. En ese sentido ¿cómo percibes el ánimo de los profesores con los que están en contacto?

Pelusa y yo concebimos inicialmente el espacio como un lugar de encuentro para docentes, modestamente, como un espacio de intercambio. Lo interesante es que ese espíritu es el que se ha logrado contagiar o se ha ido constituyendo con los que se han integrado a esta red. Hay un espíritu de colaboración, un espíritu de intercambio genuino, de preocupación por cómo hacer en este momento de aislamiento un proceso interesante que permita lograr lo que se espera que aprendan las y los estudiantes en términos de conexión, motivación, de alta significatividad en lo que aprenden. En ese sentido, nos parecía clave que se mantenga como un espacio construido por los propios participantes y que vaya tomando forma. En la medida que va generando demanda, en que van apareciendo necesidades y respondiendo a ellas, este espacio irá tomando forma y se volverá un espacio útil para ellos mismos.

Se deduce entonces que hay posibilidades para una segunda fase de esta estrategia

Claro, en la media que responda genuinamente a la participación de quienes forman parte de esta red. Nos preguntábamos con Pelusa cómo hacíamos para animar el dialogo, para motivar en que más puedan compartir, no sólo su experiencia sino sus reflexiones y que esta animación y motivación sea una oportunidad para poder seguir profundizando en algunos aspectos. Nos hemos preguntado si ordenar este espacio por ejes o temas, por niveles o campos disciplinares, porque no solamente son docentes de la básica y de la superior en general, hay docentes de ámbitos rurales y urbanos, de colegios públicos y privados, ¿cuáles serían estos ejes ordenadores que permitan aprovechar al máximo todo ese conocimiento que está en los docentes desde su práctica y que pueda ser más profundizando? La segunda fase nos parece que va por esa línea, de ir profundizando este conocimiento pedagógico si logramos organizar el intercambio en ejes, pero todavía estamos evaluando cuál sería el siguiente paso.

Sí, estamos muy interesados en que, si este es un espacio valorado por quienes participan ahora y por quienes podrían sumarse, es que se pueda amplificar como un espacio de intercambio. Si eso sucede, podría ser un elemento que contribuya a esta reflexión pedagógica que el país necesita.

¿Qué más podrías decirnos Darío sobre esta interesante iniciativa?

Nuestra sensación, que se ha ido acrecentando en estas semanas en las que hemos ido animando este espacio, es que se trata de un espacio horizontal, donde no hay alguien que ilumina más que el otro, no hay un experto, todas las personas que han participado son pequeñas luces que poco a poco están contribuyendo a que «De profe a profe» pueda ser un espacio con un brillo cada vez más intenso y ojalá más iluminador. Dependemos de cuánto más podemos cobijar, de cuántos más contactos y adhesiones podamos lograr, de la capacidad que podamos tener para responder a las necesidades y para seguir animando y motivando. Es una contribución pequeña, para animar a que más docentes en el país puedan ser actores protagónicos, para que desde el ejercicio de su profesión contribuyan al país en este momento de crisis sanitaria.

Lima, 6 de abril de 2020

Luis Guerrero Ortiz
Docente, graduado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con estudios completos de maestría en Política Educativa en la Universidad Alberto Hurtado de Chile, y posgrados en Terapia Familiar Sistémica (IFASIL), Periodismo Narrativo y Escritura Creativa (Escuela de Periodismo Portátil de Buenos Aires). Ha sido profesor principal en el Instituto para la Calidad de la PUCP y consultor de UNESCO en políticas de formación docente. Socio fundador de ENACCION y de Foro Educativo. Ha sido consultor de GRADE (Proyecto FORGE) y asesor pedagógico en el Ministerio de Educación (Despacho del Ministro) entre el 2001-2002 y el 2010-2013. Ha sido asesor en la Oficina de Educación de UNICEF y el Consejo Nacional de Educación; profesor principal de la Escuela de Directores y Gestión Educativa de IPAE; ha sido docente de posgrado en la Universidad Católica y en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Es miembro del Consejo Consultivo de Enseña Perú. Escribe ficción en su blog El río de Parménides.