Camila Brisa
Hola, mi nombre es Camila y hoy quiero compartirles un poco de mi experiencia académica.
Recuerdo que cuando era pequeña y estaba en inicial o parte de la primaria siempre sacaba diploma, era uno de los primeros puestos, sacaba buenas notas, era una muy buena estudiante. Pero cuando llegué a sexto de primaria pasaron situaciones difíciles en mi hogar y esto hizo que mi rendimiento bajará, me desconcentraba en clases aunque no quería hacerlo.
Al siguiente año pase a secundaria y aquí empezó todo, los problemas en mi hogar aumentaron y también se juntaron los cambios que suceden cuando eres adolescente. En primero de secundaria recuerdo que saqué por primera vez una “B” en mi libreta, mis padres me regañaron mucho y yo también lo hice conmigo misma.
Mis papás casi nunca me ponían presión, solo me decían que estudie y que me esfuerce para dar el ejemplo a mis hermanos, yo era quien me ponía presión para ser mejor y esto me llevó a exigirme demasiado.
Llegó la pandemia, estos dos años no fueron para nada agradables y siendo sincera no recuerdo tantas cosas de las que me sienta orgullosa académicamente. Luego, en cuarto de secundaria volvimos a lo presencial y me costó demasiado volver agarrar el hábito de estudiar, pero lo hice y ese año volví a sacar diploma, me sentí feliz, pero no satisfecha ya que ese año empecé hacer cosas que afectaron la salud de mi cuerpo por el estudio. Por ejemplo, me quedaba hasta muy tarde estudiando y solo dormía entre 4-3 horas, deje el deporte que tanto me gusta y que me hacía sentir bien, me comparaba con los demás alumnos, esto me llevó a sobrepensar y a tener cuadros de ansiedad fuertes, entre otras cosas más.
Ahora que estoy en quinto de secundaria las cosas se complicaron más, pero también supe manejarlas mejor. Este año entré a una academia de la universidad para tener ingreso directo y lo logré, era mitad del 2023 y ya había ingresado a la universidad.
Mis hábitos de estudio no eran los mejores, a veces dormía solo 2 horas por estar estudiando, dejaba de comer para repasar las clases, sobre pensaba demasiado el “¿y si no entro, que voy hacer después?”, pero a pesar de todo esto aprendí algo: si nosotros nos esforzamos lo necesario y sin excedernos, lo demás vendrá por añadidura, como dice en la biblia. Leerla me ayudo mucho para poder sentir paz y tomar con calma los estudios. Luego aprendí métodos de estudios y uno de ellos es, por ejemplo, estudiar sobre la segunda guerra mundial, luego agarrar un peluche y empezar a decirle todo lo que sé, como si fuera una clase. Igual con los cursos de números, me imagino que alguien me pide ayuda y yo le explico.
Aprendí a organizarme verdaderamente bien, sin sobre cargarme, dándome mi tiempo para poder descansar y comer, volví hacer las cosas que me gustaban y aprendí otras, como tocar el ukelele que me calma mucho, volví a entrenar y a disfrutar en serio mi tiempo en la escuela, que no es un lugar malo, no es un lugar donde tienes que pasarla mal, es verdad que todos llegamos a ese punto, pero podemos arreglarlo si queremos. Puedes empezar haciéndote una introspección y así ver qué factores tienes que arreglar y ayudarte de profesionales o videos de ayuda con una fuente segura.
No te sobreexijas, toma las cosas con calma, con la mente fría, por más mala que sea la situación por la que pases. Yo sé que puedes lograrlo, confío en ti. Gracias y hasta luego 🙂
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41:10)
Lima, enero 2024