Kimberly Alarcón Rojas
Uno de los legados más importantes de este periodo gubernamental son los pasos dados en pro de la revaloración docente. Esto pasa por dos hitos importantes: una nueva ley que regula la carrera pública docente y una política de capacitación con calidad del docente en servicio.
El factor docente siempre ha estado presente en los análisis sobre los logros de aprendizajes de los estudiantes peruanos y la calidad educativa en el país. Se han escuchado diferentes voces y en diferentes tonos, desde los que reclaman más atención y reivindicación para los docentes, hasta los que, generalizando, los han culpado de los males de la educación del país. Lo que de estos 3 años de gobierno podemos colegir es que se necesitan más cambios estructurales para lograr el desarrollo docente que los estudiantes necesitan.
El contexto de la carrera docente era bastante confuso hasta antes de noviembre de 2012 cuando se aprueba la Ley de Reforma Magisterial. La coexistencia de dos regímenes para la profesión docente generadas por la Ley del Profesorado (1984) y la Ley de la Carrera Pública Magisterial (2007) había estado generando un clima institucional desfavorable al interior de las escuelas al tener enfrentados a docentes pertenecientes a una y otra ley con prerrogativas y salarios fuertemente diferenciados. La promulgación de la Ley de Reforma Magisterial deroga las leyes magisteriales existentes y se convierte en el único marco normativo para los maestros de las escuelas públicas.
Ese fue el primer paso.
Paralelamente, durante este periodo de gobierno se ha venido implementando programas de especialización, actualización y formación para el docente en servicio que apuntan a la mejora de su desempeño en el aula. Sin duda, el principal reto de todos estos programas es lograr armonizar calidad y cobertura para el logro de mejores resultados. Actualmente, el ministerio tiene en marcha los programas de especialización y los de actualización en didáctica en modalidades semi-presencial y virtual. El número de capacitados era heterogéneo y las condiciones de calidad eran discutibles en algunos términos. A pesar de los intentos no había una oferta de calidad y de gran escala que pudiera alcanzar a la mayoría de docentes. No obstante, al cabo de un periodo de evaluación y reestructuración, el 2014 se han iniciado los programas de actualización en didáctica en dos modalidades, semipresencial y virtual con los que se pretender atender a 40 mil docentes a nivel nacional.
Ese ha sido el segundo paso.
Ahora bien, diversas investigaciones destacan la importancia del docente como un factor asociado al logro cognitivo de los estudiantes, pero existen factores aún más fuertes. El Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE) 2010 sobre los factores asociados al logro educativo de los estudiantes de América Latina y el Caribe señala que “el aprendizaje depende de los insumos escolares y de los procesos al interior de las escuelas” y que “el aprendizaje está mediado por el contexto socioeconómico y cultural en el que viven los estudiantes y donde se ubican las escuelas”. Si ahora, con los dos pasos señalados, se está aportando a la mejora de procesos dentro de la escuela (y del aula), los pasos siguientes deberían ser hacia la implementación de políticas que disminuyan las desigualdades y el acceso diferenciado a una educación de calidad.
El mencionado estudio propone realizar evaluaciones diagnósticas para detectar las debilidades de los estudiantes, intervenciones pedagógicas para tratar dichas falencias y el uso de métodos de enseñanza apropiados. Si ahora se conoce mejor cuáles serían las debilidades en el desempeño de los docentes, entonces habría que preguntarse por aquellas otras. Es necesario conocer mejor las debilidades de los estudiantes para poder actuar después sobre ellas, desde el sector educación y más allá de él, como corresponda.
Los resultados de las Evaluaciones Censales no son suficientes para conocer dichas debilidades y por eso no podemos actuar en el aula, desde las instancias de gobierno, basándonos exclusivamente en ese dato. Para mejorar los logros de aprendizaje se necesita mayor atención y disposición para la implementación de políticas sociales no populistas a largo plazo.
Estos últimos pasos requieren no solo del concurso del Ministerio de Educación, sino también de sectores como Salud, Inclusión Social, Vivienda, por citar algunos, unidos en una visión compartida de país y del tipo de educación que necesitamos. Es por ello, intervenciones multisectoriales como las de “Aprende Saludable” son tan urgentes actualmente. Ellas responden más a una visión compleja de la realidad y de las necesidades de la persona como punto de partida de las políticas públicas.
Finalmente, es preciso recordar que la mejora de los aprendizajes requiere la confluencia de esfuerzos. Se está avanzando por el lado de la mejora del desempeño docente, ahora debemos continuar apuntalando los demás flancos cada vez más y de mejor manera.
Autor: Kimberly Alarcón Rojas
Fotografía (c) Esparta Palma/ www.flickr.com
Lima, 24 de noviembre de 2014