Edición 45

Dos claves para mejorar el sistema educativo peruano

En una escuela con alto capital social los docentes aprenden entre sí y colaboran entre ellos. Pero no es fácil hacer esto en un sistema y una sociedad que fomenta el individualismo

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Roberto Barrientos | EDUCACCIÓN

El sistema educativo peruano es complejo y  como todo país tiene sus particularidades. Los análisis sobre el mismo sobran. Lo que se requiere es actuar y aprender en el camino de la acción misma. La acción que se viene realizando es entrópica, inestable y  sin coherencia. Es entrópica porque cada oficina del gobierno nacional o subnacional quiere una cosa distinta y hasta parece que hay una competencia entre las mismas. Es inestable porque cada  nueva gestión pide cosas distintas,  e incoherente por la suma de las dos anteriores.  Se tiene como resultado que los  niños siguen sin aprender y el país sigue sin desarrollar capital humano y social para poder responder a los desafíos  actuales.

A mi parecer,  son dos las claves para iniciar una transformación en el sistema educativo: Enfocarse en aprendizaje profundo y  desarrollo de capital social a todos los niveles.

1. Centrar al sistema en aprendizaje profundo.

Para centrar el sistema en el verdadero aprendizaje hay que cuestionar algunos supuestos sobre los que funciona sistema. El primero es que hemos caído en  “la trampa del currículo”, así llama Fullan al proceso de entrampamiento en el que caen los implementadores cuando se centran en los documentos y dispositivos curriculares más que en el aprendizaje en sí.  El currículo es un medio y nada más. No debemos preocuparnos si se llega al fin, el aprendizaje,  sin ese medio.  Se ha dado por asumido que el cumplimiento del currículo  es el fin del sistema. Las sesiones de aprendizaje y unidades son  otros de los dispositivos que se han creado como  andamiaje del currículo.   El supuesto es que todo el salón debe y puede aprender al mismo tiempo el mismo tema.  Y todo docente sabe que eso nunca ocurre, pero seguimos haciéndolo. El aprendizaje verdadero es personal e implica libertad, esa condición no se da en una sesión o unidad de aprendizaje.

El aprendizaje profundo, según Santiago Rincón- Gallardo[1] tiene estas características (ver figura):

1. Es duradero.  Es decir, se queda con uno a lo largo de tiempo.
2. Requiere periodos de concentración prolongada.
3. Produce y es alimentado por la motivación intrínseca.
4. Pone en juego habilidades cognitivas superiores.
5. Genera metacognición.
6. Involucra la dimensión intelectual y afectiva.
7. Genera una transferencia de aprendizajes a nuevos contextos.

Revisemos lo que hacemos y los dispositivos curriculares a la luz de estas siete características.

2. La inteligencia colectiva es mayor que la inteligencia de las partes.

Muchos dicen que los docentes somos malos y sin talento, por lo que hay que reclutar a nuevos docentes.   La investigación muestra que  si se generan colegios y sistema educativo con alto nivel capital social el sistema mejora. El capital social es parte de los tres elementos que conforman el “capital profesional” (Capital individual +capital social + capital decisional).  Capital social es el grado de colaboración existente en una escuela. En  una escuela con alto capital social los docentes aprenden entre sí y  colaboran entre ellos.  Pero no es fácil aprender a colaborar en un sistema y una sociedad que fomenta el individualismo.  Por lo que hay que generar las condiciones y el acompañamiento paciente para el desarrollo de esa capacidad.

En el sistema  ya existen espacios y estructuras para el desarrollo de capital social que están siendo subutilizadas.

A) Las redes tienen alto potencial si se focaliza su trabajo en el desarrollo de aprendizajes entre los directivos. En la actualidad  su funcionamiento se ha reducido a “ser una mesa de partes de la UGEL”, en palabras de un colega director.

B) La hora colegiada es otro espacio subutilizado en en nivel secundario  como en  colegios JEC. Una acción específica, para estos últimos, sería generar un pull de acompañantes o “Asesores de hora colegiada” para el progresivo desarrollo de capacidades de colaboración centrada en los aprendizajes. Dicha función sería acompañar, entrenar  a los equipos a, valga la redundancia, trabajar como equipo, dejando capacidad instalada en los directivos.

C) En el caso de primaria polidocente, es esencial que las docentes tengan espacios oficiales de colaboración. Es necesario generar una hora colegiada semanal dentro de sus 30 horas  de trabajo. Para ello es necesario direccionar recursos financieros para viabilizarlo. En el caso de los colegios multigrado y unidocentes se cuenta con las redes educativas rurales que habría que seguir fortaleciendo.  En el caso de Educación Básica Alternativa y Educación Básica Especial habría que tomar medidas similares al caso de primaria polidocente.

Conclusiones

Hemos subestimado  el poder de las interacciones y el desarrollo del capital social para facilitar la transformación del sistema en tiempos nunca antes pensados.  De las dos acciones que propongo, la primera es más disruptiva, pero es necesario plantear el debate. La segunda es de fortalecimiento de espacios ya existentes.  En ambos casos implica una mayor disciplina desde las jerarquías del sistema y no seguir generando confusión, parálisis y frustración en docentes  y directivos por la falta de coherencia de las acciones del sistema.

Lima, 10 de Setiembre de 2018

[1] Ver  intervención de Rincón-Gallardo en el webinar realizado por el Centro de Liderazgo para la Mejora Escolar de Chile https://youtu.be/u0CNtig59EA

Para citar este artículo en APA:

Barrientos, R. (2018). Dos claves para mejorar el sistema educativo peruanoEducacción, Año 4 (45). https://bit.ly/2OeC89Z

Roberto Barrientos Mollo
Educador. Coordinador General de Comunidades de Aprendizaje , www.comunidaddeaprendizaje.pe , un proyecto de transformación social y cultural de la escuela y su entorno mediante la implementación de Actuaciones Educativas de Éxito. Es docente e investigador de la Universidad Marcelino Champagnat.