Angela Bravo y Alfonso Accinelli | EDUCACCIÓN
Hace unos días el MINEDU decidió hacer públicos por primera vez los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE). Esta información, antes reservada, está hoy disponible a través de una búsqueda por colegio en la web de Identicole. Durante más de una década, los resultados de la ECE se mantuvieron en el sector educación y los padres de familia solo tenían acceso a los resultados de sus hijos. La información no tenía el propósito de comparar colegios u orientar a los padres de familia en sus decisiones. Servía, más bien, para mostrar la foto de los resultados de aprendizaje de los estudiantes en diferentes niveles de decisión del sistema educativo para tomar decisiones basadas en información, comprender qué factores influyen en el aprendizaje y promover estrategias con mayor focalización.
¿Por qué, entonces, se hacen ahora públicos los resultados de la ECE? Según la información difundida por el MINEDU, la información presentada en la nueva web de Identicole permite a los padres tomar mejores decisiones a la hora de elegir el colegio de sus hijos. Este propósito, en apariencia lógico y deseable, ha levantado ya en el Perú algunas críticas y voces en contra. Nosotros desde este artículo nos preguntamos, ¿qué podemos aprender de lo que nos dice la academia y la experiencia internacional al respecto?
Empecemos por entender la lógica detrás de estas políticas: si los padres de familia saben los resultados de cada colegio, elegirán el colegio con los mejores resultados para matricular a su hijo. Entendiendo la educación bajo una mirada del mercado y elección, las consecuencias de contar con información para tomar mejores decisiones, hará que los colegios tengan incentivos de mejorar sus resultados para atraer más estudiantes o mantener a los que ya eligieron su escuela[i]. Para ello, los países promueven rankings de puntajes públicos como en Chile y Colombia o scorings por niveles de logro como en Inglaterra[ii]. La principal fuente de información de estos instrumentos son los resultados de aprendizaje en evaluaciones similares a la ECE peruana.
Siguiendo esta lógica, los “mejores” colegios se harán más grandes y los “peores” tendrán menos estudiantes o incluso, cerrarían al no ser rentables o no tener matricula. En una especie de “selección natural”, sólo los mejores colegios seguirían funcionando y los malos colegios se verían forzados a mejorar o desaparecer. En el largo plazo, la competencia entre colegios haría que todo el sistema educativo mejore y todos se beneficien1. Sin embargo, la evidencia nacional e internacional sugiere que el camino no es tan simple y que los beneficios de contar con este tipo de información son inciertos y ambiguos[iii]. Exploramos a continuación algunos de los principales efectos a la luz de la investigación internacional.
¿Qué está dispuesto a hacer el colegio para mejorar sus resultados?
Es importante entender que los colegios pueden mejorar sus resultados en la ECE de diferentes formas. Lo esperado es que se esfuercen e innoven para que sus estudiantes aprendan más. Pero esos esfuerzos pueden centrarse mayoritariamente en lo que se evalúa en la ECE: comunicación y matemática e historia, geografía y economía (HGE). En países alrededor del mundo, y donde los resultados de aprendizaje determinan el futuro de la escuela, es frecuente que los niños sean entrenados en dar exámenes. También se incrementen las horas lectivas para los cursos evaluados, perjudicando el aprendizaje integral de los estudiantes al perder horas de educación física o arte, por ejemplo. Estos fenómenos son tan frecuentes que existen términos en la academia para referirse a ellos: “enseñar para el examen” (teach to the test) o “reducir el currículo” (narrowing the curriculum) [iv].
No hay que ir muy lejos para creer que esto es posible: los colegios públicos peruanos ya lo hacen, al tener incentivos como bonos económicos en el pasado o por la presión de las UGELs. Más aun, como ocurre en otros países, los colegios pueden tomar otras estrategias para “maquillar” los resultados. Desde evitar que los niños con peores resultados asistan el día del examen hasta pagar coimas para recibir las preguntas previamente o influir en los evaluadores4.
¿Está la equidad del sistema en juego?
En segundo lugar, como la misma página de Idénticole señala, el nivel socioeconómico de los estudiantes explica buena parte de los resultados de un colegio. Los estudiantes con padres más educados, con más recursos económicos, más informados y más motivados suelen tener mejores resultados que los estudiantes que crecen en medio de carencias[v]. Como los resultados de la evaluación estandarizada no consideran estos factores complejos, el sistema tiende a castigar a quienes hoy “les va peor”. Se estigmatiza a los colegios con peores resultados como colegios “malos”, lo que hace que los profesores y la comunidad pierdan motivación y se vean como “un caso perdido”[vi]. Por ello, si la publicación de los resultados de la ECE no se acompaña con políticas agresivas de mejora, empeora la calidad del servicio para aquellos que no tienen otra opción que elegir una “mala escuela”. Con ello, la brecha entre escuelas de diferentes niveles socioeconómicos se mantiene abierta y creciente, como ocurre hoy en Chile[vii] y Estados Unidos[viii].
La equidad no solo se ve afectada en el sistema sino también al interior de cada escuela. Es decir, los colegios tendrían incentivos para atraer a los estudiantes más acomodados o más aplicados para mejorar sus resultados[ix]. Esto generaría que los colegios, sobre todo los particulares, discriminen a los estudiantes con menos recursos económicos, problemas de conducta o discapacidad. En el largo plazo, se generarían “colegios ghetto” con los estudiantes más vulnerables como ya ha ocurrido en países como Chile e Inglaterra. En el caso del Perú, ya existe una segregación alta entre colegios por nivel socioeconómico y medidas como esta podría profundizar el problema.
¿Más información, mejores decisiones?
Se suele pensar que con más información se toman mejores decisiones. En el caso del sector educación, se cree que más información contribuiría a mejorar la calidad del sistema. No obstante, diversas investigaciones han encontrado que la información no implica necesariamente mejores decisiones. Por ejemplo, los padres de familia pueden valorar otras características de los colegios como infraestructura, idiomas o ingreso a universidades por encima de los resultados en la ECE. Incluso la alta valoración social detrás de poder acceder a una escuela privada sobre una pública puede no corregirse únicamente con información.
Por ello, creemos más bien que los resultados de la ECE deberían de servir para su propósito original: orientar las políticas educativas. La información podría servir para hacer políticas localizadas o identificar aquellos conceptos con los cuales los estudiantes tienen más problemas. Por ejemplo, cada UGEL podría identificar al 10% de los colegios de su jurisdicción, públicos o privados, con el peor desempeño para trazar planes de mejora individuales. El apoyo técnico y económico hacia los colegios es una alternativa que no distorsiona negativamente las acciones de los colegios[x].
Con esto no queremos decir que la información a la que pueden acceder los padres no deba existir o mejorarse. Sin embargo, políticas como esta requieren repensar los efectos y tomar acciones para mitigar los riesgos y evitar tomar un camino que otros países están cuestionando.
Lima, 10 de setiembre de 2018
*Este artículo ha sido escrito por Alfonso Accinelli en colaboración con Ángela Bravo.
Ella es Magister en Educación, Políticas Públicas y Equidad por la Universidad de Glasgow-Escocia y Asistente de Investigación en el Robert Owen Centre for Educational Change. Tiene un pregrado en Ciencias Políticas y Gobierno (PUCP) y una segunda especialidad en Educación (UPCH). Ha trabajado en el MINEDU, el MIDIS y en Enseña Perú. Ha recibido entrenamiento en innovación y reforma educativa en Finlandia, Corea del Sur, Estados Unidos, Chile, Colombia y Brasil.
[i] Friedman, M., Friedman, R.D. & Dawson Books 2002, Capitalism and freedom, 40th anniversary edn, University of Chicago Press, Chicago, IL.
[ii] West, A. 2010. “High stakes testing, accountability, incentives and consequences in English schools. Policy & Politics”, 38(1), pp.23-39.
Mizala, A. & Torche, F. 2012, “Bringing the schools back in: the stratification of educational achievement in the Chilean voucher system”, International Journal of Educational Development, vol. 32, no. 1, pp. 132-144.
[iii] Natale, S.M. & Doran, C. 2012, “Marketization of education: An ethical dilemma”, Journal of Business Ethics, vol. 105, no. 2, pp. 187-196
[iv] Addison, J. and McGee, S. 2015. “To the Core: College Composition Classrooms in The Age of Accountability, Standardized Testing, and Common Core State Standards”. Rhetoric Review, 34(2), pp.200-218.
Turner, S. (2009). “Ethical and Appropriate High-Stakes Test Preparation in Middle School: Five Methods That Matter”. Middle School Journal, 41(1), pp.36-45.
Koretz, D. 2017. “The Testing Charade: Pretending to Make Schools Better”. Chicago: University of Chicago Press
[v] Reay, D. 2017, Miseducation: inequality, education and the working classes, Policy Press, Bristol, UK
[vi] McWilliams, J.A. 2017, “The neighborhood school stigma: School choice, stratification, and shame”, Policy Futures in Education, vol. 15, no. 2, pp. 221-238.
[vii] Elacqua, G. 2012, “The impact of school choice and public policy on segregation: Evidence from Chile”, International Journal of Educational Development, vol. 32, no. 3, pp. 444-453.
[viii] Koretz, D. 2017. “The Testing Charade: Pretending to Make Schools Better”. Chicago: University of Chicago Press
[ix] Afacan, M.O. 2016, “Enrollment manipulations in school choice”, Journal of Mathematical Economics, vol. 63, pp. 119-125.
Sandstroem, F.M. & Bergstroem, F. 2005, “School vouchers in practice: Competition will not hurt you”, Journal of public economics, vol. 89, no. 2, pp. 380;351;-380.
[x] Childs, J. & Russell, J.L. 2017, “Improving Low-Achieving Schools: Building State Capacity to Support School Improvement Through Race to the Top”, Urban Education, vol. 52, no. 2, pp. 236-266.
Para citar este artículo en APA:
Accinelli, A. (2018). “ECE” colegio nunca: más información, ¿mejores resultados?. Educacción, Año 4 (45). https://bit.ly/2Oe75uL