Educación: los acuerdos posibles

Print Friendly, PDF & Email

EDITORIAL

Nos preguntábamos hace un mes qué cabe hacer en favor de la educación en los escasos meses que nos quedan para el cambio de gobierno, en un contexto de crisis sanitaria y económica, y en un periodo preelectoral, que siempre se caracteriza por jugar al tiro al blanco con cualquier medida de gobierno, y en desacreditar a un Estado al que no nos cansamos de pedirle más y más recursos, sin que por eso se deje de eludir tributos y rechazar sus regulaciones. De entonces a hoy, han sido puestas en mesa una diversidad de ideas, anuncios, propuestas y demandas. He aquí un breve recuento.

Durante su brevísima gestión, el ex premier Pedro Cateriano anunció en el Congreso las prioridades del Ejecutivo en educación al 2021. Walter Martos, el nuevo premier, las ha ratificado. Las medidas que se enfatizaron han sido, en síntesis, la regulación de la educación privada en todos los niveles del sistema, el desarrollo de diversos proyectos de infraestructura educativa, el apoyo a docentes para acceder a plataformas y recursos educativos, la institucionalización de la estrategia Aprendo en Casa, la dotación de Tablets a estudiantes con mayor brecha de aprendizaje, el impulso a los procesos de licenciamiento de Institutos Superiores Tecnológicos y Pedagógicos, la consolidación de la reforma universitaria, la ampliación de vacantes, Internet libre para estudiantes universitarios de familias pobres, así como becas y créditos para esta población estudiantil.

El Consejo Nacional de Educación, por su parte, acaba de lanzar el Proyecto Educativo Nacional al 2036 con lineamientos generales a favor de una educación que prepare para la vida ciudadana democrática, que incluya a todos con sentido de equidad, que cuide la salud emocional de las personas y les permita desarrollar sus proyectos de vida, y que las prepare para desarrollar labores productivas sostenibles, nutridas por la investigación y la innovación.

La ex ministra Flor Pablo, ha publicado una propuesta de agenda al 2021, con seis medidas: la dotación de mejores condiciones básicas de infraestructura y servicios para la escuela pública, la ampliación de vacantes para acoger a los más de cien mil estudiantes que han migrado desde la escuela privada, apoyo financiero a las familias que requieren recursos para sostener la educación de sus hijos a causa de las crisis económica, mayor inversión en la educación rural y en la atención a los pueblos originarios para evitar que la pandemia ahonde las brechas preexistentes, medidas especiales de protección a la infancia y la adolescencia del abuso que se ha acrecentado desde la cuarentena; y aumento de remuneración a los docentes.

Foro Educativo, asimismo, ha difundido una agenda para el fortalecimiento de la educación pública, que propone avanzar en cerrar las brechas de desigualdad, invirtiendo en establecimientos capaces de acoger y retener a todos sus estudiantes atendiendo su diversidad, garantizándoles buenas condiciones de aprendizaje y bienestar, lo que incluye dar acceso libre y universal a Internet, con docentes bien preparados, reconocidos y motivados, desde una gestión descentralizada con perspectiva territorial y participación ciudadana. Una inversión más que nunca necesaria para posibilitar aprendizajes que vayan más allá de la difusión de información y aporten a la construcción de una ciudadanía democrática, responsable del medio ambiente y capaz de establecer vínculos interculturales sólidos en una sociedad tan diversa como la nuestra. En esta edición, Foro inaugura una columna permanente para ir divulgando los alcances de esta propuesta.

Todas estas agendas tienen puntos en común, como también diferencias en enfoques, énfasis, matices, concreción y viabilidad. Además de la agenda del Ejecutivo, algunas otras demandas podrían tener cabida en los próximos meses, otras requieren plazos más largos o un examen mayor, pero todas necesitan apoyarse en consensos para que sean sostenibles y no se reviertan con cualquier cambio de gobierno o de ministro. Nunca es fácil ponerse de acuerdo, porque la tensiones entre lo ideal y lo posible tiene muchas zonas grises, como las tienen las tensiones entre el interés común y el interés particular o de grupo. En este difícil periodo que nos toca vivir, construir acuerdos de corto, mediano y largo plazo en educación va a ser uno de los retos más complejos y, a la vez, más urgentes de lograr.

Comité Editorial
Lima, 10 de agosto de 2020