Marilú Martens | El Comercio
La educación vuelve a ser protagonista, pero por las razones equivocadas. Ha vuelto a ser atacada y está a punto de caer en manos sesgadas, en un profundo hueco de desigualdad y atraso. El reciente proyecto de ley 904/2021-CR presentado por Esdras Medina, congresista de Renovación Popular, y preaprobado en la Comisión de Educación podría destruir lo avanzado en materia educativa. “La educación nos hace libres”, dice una popular frase: hoy estamos en peligro, cerca de encadenar nuestro futuro.
¿Qué hay realmente detrás de este PL? La respuesta es simple: se pretende frenar los avances en la incorporación del enfoque de género y privar a las y los estudiantes de su derecho a recibir educación sexual integral (ESI) porque se considera que va en contra del respeto de la libertad religiosa y de convicciones morales. Los y las adolescentes necesitan información científica, clara, segura, acorde con su desarrollo personal, para decidir responsablemente sobre su propio cuerpo. La ESI es un derecho y ayuda a prevenir la violencia, la transmisión de enfermedades y el embarazo adolescente.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya ha reconocido el fallo de la Corte Suprema del Poder Judicial del Perú a favor de la inclusión del enfoque de género en el currículo nacional. Una educación de calidad no solo incluye formación académica, también debe promover el desarrollo físico, psicológico y emocional, dando las herramientas para crear un pensamiento crítico. La educación es la base del progreso.