ASCENSIÓN RIVAS | EL CULTURAL
Si la literatura tiene como objetivo básico conmover («perturbar, inquietar, alterar, mover fuertemente o con eficacia a alguien» según la definición del Diccionario de la Academia), las brujas (escrito así, con minúscula) de Celso Castro (La Coruña, 1962), cumple ampliamente con su cometido porque unas veces de forma sucesiva y otras de manera simultánea, tiene capacidad para impresionar, asombrar, estremecer, inquietar y perturbar al lector. Además, desde el principio es evidente que su autor tiene una voz literaria que no se asemeja a ninguna otra y que parece que ha hecho suya la consigna de Cela, quien, al tratar de explicar el éxito de La familia de Pascual Duarte, afirmaba que “cuando un ambiente está oliendo a algo, lo que hay que hacer, para que se fijen en uno, no es tratar de oler a lo mismo solo que más fuerte, sino, simplemente, tratar de cambiar de olor”. Porque esto es, en efecto, lo que hace Castro, oler a otra cosa. De ahí que resulte tan original… Leer más