Elecciones regionales y desafíos educativos

¡Mejorar la educación es indispensable! ¡Es una prioridad nacional! ¡Es tarea de todos! Son frases que se han dicho muchas veces y lo han dicho muchas personas e instituciones en el país y el mundo… La verdad es que “tarea de todos” puede ser tarea de nadie, o lo que es peor, desorden e incluso acciones contradictorias.

Esta vez nos concentraremos en los Gobiernos Regionales, con la promesa de ocuparnos de los Gobiernos Locales y del aporte privado en próximas ediciones.

En el sistema educativo peruano los dos grandes socios son el Ministerio de Educación y los Gobiernos Regionales: ambos deben producir los grandes acuerdos, tanto a nivel político como de gestión.

Para el acuerdo político, las condiciones están dadas. El país tiene el Proyecto Educativo Nacional, articulado a la política 12 del Acuerdo Nacional, que contiene el consenso logrado en 7 años de debate a lo largo y ancho del territorio nacional durante tres gobiernos, el de Paniagua, el de Toledo y el de García (quien lo eleva a norma).

Por otro lado, el discurso presidencial del pasado 28 de julio reitera la voluntad política del Gobierno nacional y fija cuatro pilares, que confluyen con la agenda de prioridades planteada por el Consejo Nacional de Educación y su Mesa Interinstitucional de Descentralización.

¿Qué nos falta? Que la agenda de cada Gobierno Regional tenga como prioridad la educación, que sus líneas estratégicas recojan sus propios Proyectos Educativos Regionales y converjan con los consensos y políticas nacionales. Asimismo, es necesario que el Ministerio de Educación perfeccione los mecanismos de coordinación y articulación con los Gobiernos Regionales.

Es de primera importancia que los Presidentes Regionales de Moquegua y Tacna puedan seguir aumentando el porcentaje de estudiantes que logran los aprendizajes esperados, que entre el 2011 y 2013 ha crecido en 12.3 y 11.9 puntos porcentuales respectivamente.

Es igualmente indispensable sostener los logros en regiones como Pasco, San Martín, Ayacucho, Apurímac, Puno, Huancavelica y Cajamarca, que están rompiendo la inercia, que desafían la fatalidad de la pobreza y emergen, haciendo crecer notablemente el porcentaje de estudiantes que logran aprender entre 6.5 y 12.3 puntos porcentuales y, de manera sorprendente, también reducen entre 9 y 16 puntos el grupo de los que están en el nivel más precario.

Por supuesto, es un desafío enorme para las próximas autoridades regionales y el Ministerio de Educación lograr este impulso en las demás regiones y, de manera especial en aquellas que han perdido el paso.

Se requiere pues que el nivel de coordinación y acuerdo entre el Ministerio de Educación y los Gobiernos Regionales sea el mejor posible, en la implementación de políticas, la asignación de presupuesto, las acciones de estímulo y formación a los docentes, la gestión del PELA, las focalizaciones, la llegada de materiales, etc., así como la concurrencia de programas como Qali Warma, Aprende Saludable, Juntos, Agua Rural o Cuna Más en cada uno de los ámbitos regionales.

También son oportunidades importantes, la evaluación y formación de Directores escolares, a condición de afilar su perfil y el nombramiento de directores de UGEL, que este año debe hacerse en el marco de la Ley de Reforma Magisterial, pues le dará al Presidente Regional la posibilidad de elegir dentro de una terna evaluada en concurso, a condición, por supuesto, de organizar un buen proceso.

No podemos darnos el lujo de retroceder si se ha mejorado en las evaluaciones de los dos años pasados, se puede en un tercero. Es posible que así nos pongamos en una línea de sostenibilidad de la mejora de la educación peruana.