Edición 72

Experiencias de aprendizaje, ¿solo para estudiantes?

“El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información” Albert Einstein

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Kristel Oyola Carrión | EDUCACCIÓN

El experimentar el mismo proceso que experimenta el estudiante podría darnos muchas luces de las oportunidades y debilidades del diseño de las experiencias de aprendizaje. Los grandes retos, el trabajo colaborativo, el pensamiento flexible, y la construcción del aprendizaje entre pares; los grandes beneficios; acompañar mejor a los estudiantes y plantear mejores preguntas reflexivas

Desde el 2018, el término Experiencias de Aprendizaje fue difundido a nivel nacional en el Perú con el fin de enfatizar que el aprendizaje es un proceso que se lograba a través de experimentar. En la RVM Nº 094-MINEDU-2020, se señala que: “La experiencia de aprendizaje es un conjunto de actividades que conducen a los estudiantes a enfrentar una situación, un desafío o un problema complejo. Se desarrolla en etapas sucesivas y, por lo tanto, se extiende a varias sesiones. Estas actividades son potentes (desarrollan el pensamiento complejo y sistémico), consistentes y coherentes (deben tener interdependencia entre sí y una secuencia lógica) …”.

Si bien es cierto, este término ha sido utilizado desde hace más de 15 años relacionándolo al aprendizaje virtual; en nuestro país aún es una tarea no solo nueva sino también compleja en su diseño y ejecución. Según la literatura, los pasos básicos para las experiencias de aprendizaje son las siguientes:

Adaptado de: https://tofasakademi.com/learning-experience-design-process/

El primero paso es crear una pregunta que conlleve a las y los estudiantes a investigar sobre el tema para conocerlo y posteriormente plantear ideas de solución. A partir de estos bosquejos, se inicia el desarrollo de la propuesta de solución para testearlo; esta prueba puede llevar a dos resultados, el mejorarlo o publicarlo.  Este proceso según la breve descripción que les acabo de brindar es bastante sencillo; sin embargo, conlleva la movilización de una serie de habilidades entre duras y blandas que deben ser diseñadas con extremo cuidado para así garantizar procesos de alta demanda cognitiva en los estudiantes.

Desde mi rol como estudiante y docente, he podido evidenciar que la mejor manera de comprender estos procesos diversos es a través de experimentar el proceso. Tal como lo decía Aristóteles “Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciendo”. Viene a mi cabeza entonces la gran pregunta de, ¿por qué no usar este mismo proceso no solo para la ejecución de la experiencia de aprendizaje, sino también para su diseño? ¿es viable que los docentes puedan experimentar lo que se espera experimente el estudiante? ¿no sería más sencillo para el maestro comprender las oportunidades y debilidades el proceso mismo?

Es importante recordar que las experiencias de aprendizaje sean para docentes o estudiantes, deben contar con las siguientes características:

  1. El aprendizaje se da en un contexto auténtico y tiene el potencial de traspasar el aula y entorno cercano.
  2. La autonomía es el eje del proceso.
  3. Los objetivos son claros, alcanzables, y desafiantes.
  4. El aprendizaje fluye en un ambiente seguro y de apoyo.
  5. Existe apertura para nuevos conocimientos.

Muchos de los docentes lectores de este artículo pensarán que esas características no son novedosas; sin embargo, es crucial reflexionar sobre cada una de ellas cuando los docentes nos convertimos en “testers” de los procesos de las experiencias de aprendizaje. En ese sentido, la primera pregunta que viene a mi mente es; ¿existe real autonomía en el diseño de las experiencias? ¿los nuevos conocimientos son siempre bienvenidos? ¿se brinda un entorno seguro y de apoyo al momento de diseñar las experiencias de aprendizaje?

Lamentablemente no me es posible responder estas preguntas, pero si era importante dejarlas plasmadas para que cada uno de nosotros, desde nuestro rol de diseñadores de experiencias de aprendizaje efectivas, intentemos reflexionar y buscar progresivamente lograr contar con las características mínimas que se requieren.

Asimismo, y más importante, es experimentar el proceso que se describió en las primeras líneas; ya que esta vivencia nos va a permitir comprender las habilidades que requerirán los estudiantes, tanto duras como blandas. Para ello, tal como se sugiere en condiciones ideales, el aprendizaje debe de darse de manera colaborativa ya que responde a esta necesidad social de construcción del conocimiento.

Entonces, el diseño de las experiencias de aprendizaje no debe darse de manera individual, sino un grupo de docentes construyendo juntos la propuesta. Aquí se enfatiza la propuesta de trabajar de manera interdisciplinar en el caso que las áreas curriculares calcen en el marco de la experiencia; de no ser posible, igualmente los docentes de la misma área curricular deberían plantear una propuesta que movilice las competencias de la misma área.

Según el proceso descrito, el primer paso es la pregunta; la misma que debe responder a alguna oportunidad, desafío o problemática que se presente en el entorno de la comunidad, la escuela o las actividades diarias. Recordar que, una característica importante de la misma es la transcendencia, ir más allá de lo cercano al estudiante; esta característica debe evidenciarse al momento de desarrollar la propuesta.

El segundo paso es la investigación del tema que se desea abordar; es importante recordar que, aunque los docentes tengamos conocimiento sobre nuestra disciplina, el conocimiento hoy en día es un bien vivo y activo, evoluciona y cambia de una manera exponencial. Por ello, debemos recurrir a literatura actual que nos permita brindar a los estudiantes de información actualizada, confiable y validada.

Al tener una comprensión más actualizada del problema, reto o desafío que se desea abordar; se debe proceder a la lluvia de ideas; preguntarse en grupo ¿Cuáles serían los elementos claves (conocimientos, temática, propósito, etc.) en este aprendizaje? ¿Qué deseo desarrollar? ¿Qué espero lograr? Una vez planteadas las ideas, sugiero que se jerarquicen los elementos claves para luego clasificarlos como propósito, reto, temática, etc. En este punto es sumamente importante comprender que, no debemos enfocarnos en las áreas curriculares o completar algún formato; si lo hacemos, perderíamos la esencia de la experiencia de aprendizaje.

El desarrollo de la experiencia de aprendizaje es el paso que suele tomar más tiempo y el que merece más lutos. Digo esto debido a que el trabajar colaborativamente no es sencillo; debemos soltar y pensar en qué es lo que los estudiantes necesitan aprender para lograr enfrentar el desafío. En este punto, es crucial mantener un pensamiento flexible; recordar la característica 5 (apertura a nuevos conocimientos). Algo sumamente interesante en este punto es que notarán que algunas temáticas pueden ser abordadas desde diversos ángulos; sin embargo, muchos de los procesos cognitivos que se esperan desarrollar son los mismos (como argumentar o reflexionar); si eso sucede consideren no plantear la misma temática dos veces, hagan una sola y valoren el aprendizaje de sus estudiantes desde la perspectiva de cada área. Así, los docentes no se agotan elaborando doble material y los estudiantes pueden profundizar más sobre lo presentado.

Luego de haber culminado la propuesta, todos los docentes deberían revisar la experiencia de aprendizaje. Si bien es cierto, solemos pensar que es innecesario ya que cada uno confía en el colega o colegas que trabajaron aquella actividad específica; es importante esta mirada global para verificar la coherencia y secuencialidad de las actividades. Los docentes deben garantizar que cada una de las actividades nos lleva paso a paso al logro de la producción o actuación planteada. Siempre debemos estar atentos de no insertar actividades que no se alinean al propósito de la experiencia de aprendizaje. Una vez realizada esta revisión, solo hay dos caminos; ratificar que está bien y compartirlo con los estudiantes o mejorar la propuesta hasta que sea sólida y coherente.

Como se puede apreciar, el experimentar el mismo proceso que se espera experimente el estudiante podría darnos muchas luces de la dinámica de trabajo, oportunidades y debilidades del aprendizaje. Uno de los mayores retos diría que es el desarrollo de las habilidades blandas tales como el trabajo colaborativo, pensamiento flexible, aprendizaje a partir del error, entre otros; las y los docentes que experimenten este proceso les será más sencillo acompañar a los estudiantes. Otro reto importante sería la construcción del aprendizaje entre pares; el cual demanda evaluar y reflexionar sobre la propuesta de los pares y la propia constantemente. El promover estas prácticas entre docentes, nos ayuda luego a plantear más fácilmente preguntas reflexivas para nuestros estudiantes; nuevamente porque hemos lo hemos experimentado. Como se puede evidenciar, hay muchos beneficios cuando también aprendemos a enseñar a través de experiencias.

A miras de un 2022, sea virtual o presencial, que nos brinde la autonomía que necesitamos como docentes para el diseño de experiencias de aprendizaje, debemos recordar siempre que la libertad conlleva mucha responsabilidad. Por ello, los invito a ir reflexionando de manera sistémica como maestros, directivos, especialistas con el fin de encontrar los caminos más pertinentes para que nosotros vivenciemos los procesos que implican las experiencias de aprendizaje.

Lima, 12 de julio de 2021

Kristel Oyola Carrión
Evaluadora Asociada del Centro de Diseño, Evaluación e Investigación de la Educación en la Universidad de Michigan. Gerente general de FUNGLISH PERU. Gestora Educativa con experiencia en implementación de proyectos a gran escala basado en el uso de metodologías activas. Amplia experiencia como consultora educativa para las direcciones de Educación Básica Regular, Innovación Tecnológica en la Educación, Promoción del Bienestar y Desarrollo Docente, y Educación Secundaria del Ministerio de Educación. Fue parte del equipo elaborador del Programa para el Área de Inglés del Currículo Nacional 2016. Con maestría en Estudios Educativos con especialización en Evaluación de Programas y Mejora de la investigación en la Universidad de Michigan; así como estudios de maestría en Diseño y Gestión Curricular e Innovación del Aprendizaje en la UNIFE. Especialización en Liderazgo en la Innovación y Mejora Educativa en la Universidad de Michigan.