En Perú, más de 2 millones de estudiantes se encuentran en zonas rurales (MINEDU, 2024). Esto equivale al 27% de los estudiantes del país. Sin embargo, la situación de la educación en zona rural es aún crítica y viene arrastrando brechas históricas en acceso y calidad del servicio que no terminan de solucionarse a pesar de los años, y que se ven profundizadas con la falta de continuidad de políticas educativas y de modelos diversificados y contextualizados.
Por ello, ante una problemática educativa rural urgente, compleja y multidimensional, que no viene siendo atendida de forma oportuna, se han venido gestando diversos esfuerzos desde la sociedad civil y el sector privado, pero este ecosistema de organizaciones se encuentra disperso y fragmentado, y carece de las herramientas y recursos para generar los cambios que el país necesita.
En ese contexto, Ruralia, una iniciativa de Es Hoy, busca articular al ecosistema educativo rural, e impulsar programas de aceleración y maduración para que intervenciones implementadas por actores civiles, públicos o privados, puedan escalar su impacto y generar evidencia para aportar al cierre de brechas e incidir a nivel de política pública.
Para un mapeo profundo del ecosistema, creamos el Reto Ruralia, proceso de postulación para intervenciones de sociedad civil con al menos un año de implementación. Las dos ediciones del Reto Ruralia nos han permitido conocer a detalle 220 organizaciones, que en su conjunto tienen impacto en todas las regiones del país y abordan más de 30 temáticas distintas, siendo las más representativas el acceso a la educación, la atención a lo socioemocional y la recuperación de aprendizajes. Todas estas organizaciones reflejaron, desde sus ámbitos de intervención, las distintas formas en las que se puede fortalecer la educación. La diversidad de estadíos de madurez y sostenibilidad brindaron información que permitió diseñar programas personalizados para fortalecer este ecosistema.
Es así como se crea Impulsa Ruralia, un programa de maduración que buscó responder a las necesidades compartidas en distintos espacios por las organizaciones en etapas de consolidación. Fue así como seleccionamos a 30 intervenciones con un desempeño destacado en el proceso de evaluación de los retos, y que buscaban cerrar una brecha urgente, con un propósito claro, y una intervención sólida. Junto a V&C Analistas y EDUCACCIÓN, se diseñó un programa virtual especializado de maduración que tenía como objetivos reforzar, validar y mejorar sus modelos de intervención, a través de talleres teóricos y prácticos, espacios de articulación y retroalimentación, y mentorías personalizadas.
El programa tuvo una duración total de 72 horas académicas, donde pudimos explorar temáticas como El sistema educativo y desafíos del mundo rural; Soluciones, intervenciones y proceso estratégico; Análisis de las capacidades internas y liderazgo; Gobernanza colaborativa; Medición y evaluación de resultados, Diseño, fuentes y herramientas y Escalamiento. Además, contamos con un equipo multidisciplinario de ponentes con amplia experiencia en los temas previamente mencionados, como Jose Carlos Vera, Patricia Andrade, Luis Guerrero, Jorge Coppelo, Javier Vera, Lucas Sempé y Aldo Valencia; así como un grupo de profesionales que brindaron mentorías personalizadas, como Cecilia Ramirez, Luis Hiraoka, Gonzalo Cervantes, Annie Chumpitaz, Jonathan Rossi, Karina Sánchez, Jose Antonio Alva, entre otros.
Es así que el pasado 01 de abril, 27 organizaciones que trabajan por mejorar la situación de la educación en zonas rurales, culminaron con nuestro programa de maduración, empoderadas y fortalecidas para continuar impactando a sus más de 12 mil beneficiarios de las 26 regiones.
Por nuestro lado, desde Ruralia, EDUCACCCIÓN y V&C Analistas, estas 12 semanas han significado la oportunidad de profundizar en los complejos desafíos que afrontan en su día a día, pero también admirar su capacidad de resiliencia, creatividad y adaptabilidad.
Por eso, hoy nos toca reconocer su esfuerzo y visibilizar su continua entrega para reducir las brechas y mejorar la calidad de la educación desde sus diversos enfoques:
Acceso a la educación
Existe una variedad de factores que influyen en que un niño, niña, adolescente, joven o adulto en zona rural no acceda a la educación, incluyendo la disponibilidad de herramientas o infraestructura, las necesidades culturales y lingüísticas, la pertinencia del material educativo, el apoyo del entorno, la situación económica familiar, entre otras.
En ese marco, la Asociación Urpichallay AMDES propone mejorar la articulación entre la educación rural y la realidad local, promoviendo la adaptación de los currículos escolares a las necesidades y saberes de las comunidades campesinas y nativas, en la región de Áncash. En la Amazonía, Powering Potential busca acortar las brechas tecnológicas, trabajando con docentes y estudiantes del caserío de Belén en la región Loreto, brindándoles acceso a herramientas digitales y recursos educativos de Internet accesibles sin una conexión en vivo.
En el caso de poblaciones vulnerables, el riesgo de no acceder a la educación es aún mayor, lo cual hace aún más importante el análisis integral de su situación y la identificación de actores clave en su escolarización. Por ello, la Sociedad Peruana de Síndrome Down SPSD busca incrementar el nivel de acceso en el sistema educativo regular rural de niños y niñas con discapacidad en zonas rurales de 5 regiones, fortaleciendo y sensibilizando a sus familias y escuelas. De manera similar, CADEP – Jose Maria Arguedas plantea trabajar con la comunidad (incluyendo familias, docentes, y autoridades) en el reconocimiento de la educación como derecho y la importancia de mantenerse en la escuela para que más niñas de la nación Qero (Paucartambo, Cusco) culminen su educación primaria. Por su parte, la Asociación Creciendo busca contribuir al acceso a la educación superior de adolescentes de comunidades nativas en Junín; brindando experiencias de orientación vocacional, sensibilizando a sus familias, capacitando a los docentes y generando nuevas oportunidades educativas.
Aprendizajes y habilidades
Apenas 1 de cada 5 estudiantes tiene resultados satisfactorios de aprendizaje y en las zonas más alejadas esta cifra se reduce a 1 de cada 10 (MINEDU, 2023). Dada la magnitud y urgencia de esta problemática, se ha visto necesario afrontarla desde diferentes aristas y escapar de lo convencional. Trabajar en aprendizajes hoy en día no solo implica un aula, pizarra y tiza.
Es así que en la región Cusco, la Asociación Civil sin fines de lucro Huchuy Yachaq, por ejemplo, propone implementar una biblioteca-ludoteca, talleres de arte, lectura y habilidades blandas con las familias y la comunidad. Valley Camp Perú, a través del aprendizaje experiencial, excursiones y actividades al aire libre, busca desarrollar relaciones saludables y significativas. Asimismo, la Asociación Educativa Yachay Wasi Ollantaytambo brinda oportunidades y competencias académicas, socioemocionales y ciudadanas a estudiantes, para que logren una participación activa y consciente en la sociedad, y así generar un desarrollo integral que se vea reflejado a su vez en la mejora y nivelación del rendimiento escolar de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, Descosur acompaña y asesora a docentes de la región Arequipa para que desarrollen, junto a sus estudiantes, proyectos educativos innovadores con enfoque de género, en los que identifiquen problemáticas y oportunidades relacionadas con los recursos hídricos. También desde un principio participativo, el Centro para la Transformación Educativa – CETE propone desarrollar las competencias comunicativas y el desempeño académico de estudiantes de Yurimaguas (Loreto), involucrándoles en la construcción de sus aprendizajes dentro del aula, y transformando a su vez sus escuelas y comunidades.
Desde otro enfoque, Por Eso! Perú plantea la implementación de biohuertos y sensibilización y capacitación de la comunidad educativa en la zona altoandina del Cusco y Puno, para contribuir a una alimentación con aportes altos de nutrientes en niños y niñas de 3 a 6 años, que a su vez contribuyen a un mayor potencial de aprendizaje en etapa escolar. Asimismo, Enseña Perú, a través de su proyecto Crecemos con amor, promueve los aprendizajes a través del fortalecimiento de las habilidades parentales y los vínculos familiares para contribuir al desarrollo de habilidades socioemocionales de los niños y niñas de las provincias de Huari, Huarmey, Bolognesi y Recuay de la región Áncash.
Empleabilidad y educación superior
Retener a adolescentes de áreas rurales en el sistema educativo, y acompañarles en su transición a la educación superior y su posterior inserción al mercado laboral, es un reto. Sobre todo, considerando que la oferta de centros de estudios es en su mayoría privada y/o lejana, y que muchos jóvenes se ven obligados a trabajar en lugar de continuar sus estudios.
Por ello, Centrum PUCP, a través de talleres y mentorías con sus alumnos, docentes y colaboradores, fomenta la permanencia escolar y apoya en la transición entre la escuela secundaria y los estudios superiores o vida profesional en jóvenes de 9 regiones.
LAFF Charity en Cusco, brinda capacitaciones, acompañamiento y seguimiento a jóvenes, para incentivar su autonomía financiera, empleabilidad e independencia; mientras que Escuela para el Desarrollo ofrece programas de formación y capacitación en habilidades técnicas, emprendimiento y liderazgo para contribuir al desarrollo de jóvenes entre los 18 y 29 años de Lima y Cusco.
La Asociación INCAWASI, por su lado, brinda un programa de bienestar integral a jóvenes de Cajamarca que actualmente están estudiando en universidades y centros técnicos, con el fin de asegurar que terminen su carrera y contribuyendo a reducir los altos niveles de deserción.
Género
Hay todavía muchas diferencias en la experiencia educativa para mujeres y hombres. No solo hay aún brechas de género en alfabetización y resultados de rendimiento escolar; si no que, además, las escuelas no están pensadas y no ofrecen las herramientas suficientes para ser un espacio seguro para niñas y adolescentes. Los mayores porcentajes de adolescentes alguna vez embarazadas se encuentran en el área rural, y las víctimas de violencia sexual son sobre todo niñas y adolescentes entre 12 y 17 años.
De esta manera, las niñas, adolescentes y mujeres están en situación de riesgo en cuanto al acceso y permanencia en el sistema educativo, y en su posterior desarrollo y oportunidad de participación plena en la sociedad.
En ese sentido, surgen iniciativas como Hablemos Sin Tabúes, que promueven la educación sexual integral a través de desarrollo de capacidades en adolescentes de 5 regiones; o Ñañaykuna, que brinda herramientas de planificación familiar y educación sexual a adolescentes y sus padres y madres en Cusco; que contribuyen de esta manera a la reducción de violencia de género y embarazo adolescente. Por su parte, Water For People busca contribuir a la mejora de las condiciones de las escuelas para una buena salud menstrual durante el periodo escolar de niñas y adolescentes en La Libertad; a través de capacitaciones a docentes, acondicionamiento de escuelas y fortalecimiento de la comunidad educativa.
Desde el frente de inclusión, la Asociación Civil ProRural propone aumentar el acceso y la culminación de estudios secundarios entre las mujeres de la comunidad indígena shawi (Loreto), para así mejorar sus oportunidades de desarrollo personal y a su vez el desarrollo de la comunidad. En cuanto al trabajo con mujeres adultas, Caritas Cusco ofrece un programa de alfabetización elaborado de manera participativa que busca desarrollar competencias de lecto escritura y empoderar a mujeres entre 35 a 70 años de edad de Cusco; mientras que Alfalit en el Perú desarrolla una propuesta educativa de calidad a mujeres jóvenes y adultas de Puno, para contribuir a su autonomía, inserción en la sociedad y el ejercicio pleno de su ciudadanía.
Desarrollo docente y gestión educativa
No es posible, ni recomendable, transformar la educación sin también tomar en cuenta los roles de quienes la ponen en práctica: auxiliares, docentes, directores, y personal de las instancias descentralizadas de gestión educativa.
Por eso, Asociación Kantaya plantea capacitar y empoderar a auxiliares de educación, en su mayoría mujeres, para aportar al funcionamiento óptimo del aula y contribuir así al aprendizaje y desarrollo de niños y niñas.
En WEMPO, brindan capacitaciones en competencias socioemocionales y alfabetización digital a docentes de educación básica del área rural de Huancavelica y Junín. A su vez, Asociación Centro de Investigación y Aplicación de la Educación Intercultural Bilingüe y Ecológica Saywa ofrece capacitaciones e intercambio de experiencias a docentes y directores, así como también promueve el involucramiento de familias y autoridades locales, para fortalecer la educación intercultural bilingüe en Apurímac.
Por otro lado, Asociación Búho de Barro propone una experiencia formativa de bienestar integral y sensibilización a docentes a través de un Plan de Bienestar Basado en la Naturaleza, así como capacitaciones a funcionarios de la UGEL en Cusco. Por último, Osmia fortalece las competencias directivas en Directores de la UGEL en 18 regiones, en cuanto a gestión de equipos, procesos organizacionales y la mejora de la provisión de servicios educativos en sus territorios.
Esto es solo una muestra de las 220 intervenciones que ya vienen generando un impacto en la educación rural de nuestro país. Invitamos a que más organizaciones participen de las convocatorias que lanzamos desde Ruralia, y reafirmamos nuestro compromiso con el impulso de estrategias que catalicen este ecosistema.
Lima, marzo de 2024