Edición 1

Gestión descentralizada: construyendo evidencias para avanzar

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Patricia Correa Arangoitia

Brindar servicios públicos de calidad a todos los ciudadanos y ciudadanas es la primera responsabilidad del Estado peruano. Sin embargo, ¿cómo lograrlo? Este es uno de los grandes retos que la gestión pública debe afrontar en el marco institucional del país, cuya forma de gobierno es unitaria y descentralizada [1].

Al respecto, existe la percepción en un sector de la opinión pública de que hay poca evidencia sobre experiencias de gestión descentralizada exitosas en el país. Por el contrario, se busca poner en evidencia la crisis del proceso de descentralización a partir de los últimos casos vinculados a denuncias de corrupción a las autoridades de los Gobiernos regionales. Esto no deja ver con claridad en donde están las principales fortalezas y trabas para avanzar en el desarrollo y fortalecimiento del proceso de descentralización.

En este contexto el caso de educación puede darnos algunas luces sobre cómo ir separando el trigo de la paja, es decir, sobre cómo avanzar en superar las deficiencias con las que nació el proceso de descentralización; proceso que en los últimos tres años ha construido una ruta que permite superar los problema de la gestión en el marco de las competencias y funciones que el proceso de descentralización le otorga a los tres niveles de gobiernos. Una ruta, además, que debe separarse de los casos de corrupción en los que han incurrido algunas autoridades de gobiernos regionales que deben ser sancionadas y que no deben ser atribuidas al proceso de descentralización en si.

En el caso del sector educación, hay evidencias de una ruta que está permitiendo avanzar en una gestión educativa descentralizada, posibilitando que los estudiantes logren aprendizajes de calidad y accedan a más oportunidades de desarrollo. Por tanto podemos afirmar que brindar un servicio educativo de calidad en un Estado unitario y descentralizado es posible si una gestión cumple los siguientes requisitos:

a) Se basa en una relación intergubernamental que promueva la articulación y coordinación entre los tres niveles de gobierno: Gobierno Nacional, Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales, a partir de una clara rectoría del Estado Nacional. Al respecto, el Ministerio de Educación ha aprobado el pasado mes de junio los lineamientos de relación intergubernamental . Ha validado así una experiencia basada en la voluntad política e institucional de los tres niveles de gobiernos en construir y sostener espacios de coordinación, colaboración y complementariedad sobre la base de una agenda común.

b) Existe una agenda común basada en resultados, que permita a los tres niveles de gobiernos comprometer recursos y esfuerzos para la mejora de los aprendizajes. El año 2011 se firmaron Pactos de compromisos entre el Ministerio de Educación y cada Gobierno regional, estos últimos como responsables territoriales del servicio educativo. De esta manera se asumieron compromisos intergubernamentales al 2016, siendo uno de los mas significativos el establecimiento por primera vez de metas nacionales y regionales en materia de aprendizajes a partir de los resultados de la evaluación censal. Son los propios Presidentes de los Gobiernos Regionales los que asumen este compromiso, convirtiéndose en indicador de buen gobierno el avanzar en la mejora de los aprendizajes y alcanzar las metas o superarlas. Gobiernos regionales como los de Moquegua, Puno y San Martín, desde distintas realidades, están logrando avanzar en una ruta seria de buen gobierno en educación.

c) Avanza en ordenar y dar claridad a las competencias y funciones del sector. Uno de los principales problemas que no permite profundizar con éxito en el proceso de descentralización son los vacíos y ambigüedades en la definición de responsabilidades respecto a la gestión del servicio educativo. Esto genera puntos muertos en la cadena de servicios. En este ámbito el Ministerio de Educación está avanzando en construir de manera conjunta con los Gobiernos regionales y locales la Matriz De Gestión Descentralizada para el sector educación. Para esta tarea está teniendo como punto de partida y referente de este ordenamiento a las Instituciones Educativas como la primera y principal instancia de gestión donde se brinda el servicio educativo. Esta Matriz hoy está en consulta y plantea una ruta de ordenamiento de los servicios claves como el de materiales, infraestructura, desarrollo docente, identificando y superando así los principales problemas de la gestión.

Además de construir evidencias de que es posible gestionar el servicio educativo de manera descentralizada, debemos avanzar como Estado en desarrollar estrategias que permitan que los servicios públicos lleguen a todos los ciudadanos. Esto solo es posible desde una estrategia territorial que aterriza en espacios concretos y donde lo sectorial se articula con los demás servicios ciudadanos haciendo más pertinente el servicio publico.

No se trata entonces de hablar de si está o no en cuestión el proceso de descentralización en el Perú, sino de cómo gestionamos mejor el sistema educativo descentralizado. Por ello requerimos no solo mirar las evidencias favorables de experiencias comparadas, sino de atrevernos a construirlas.

Artículo: Patricia Correa Arangoitia
Fotografía (c)  Francisco Ríos Garabito/ Flickr.com

Notas

[1] Artículo 43 de la Constitución Política del Perú.
[2] www.minedu.gob.pe/files/6939_201406271521.pdf

Patricia Correa Arangoitia
Experta en gestión de políticas educativas y gestión descentralizada, educadora de profesión, tiene una maestría en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido Jefa de la Oficina de Coordinación Regional del Ministerio de Educación, y también asesora en descentralización educativa en el Consejo Nacional de Educación.