Emilio Camacho | La República
Hace unas semanas, el famoso científico británico Richard Dawkins compartía un tuit en el que, en clave de humor, explicaba por qué los hombres de ciencia tardarán buen tiempo en encontrar una vacuna contra el coronavirus. Se trataba de un diálogo con un colega en el que le preguntaba el porqué de esa demora. “Pruebas de seguridad”, le respondía su interlocutor. Dawkins insistía: “¿Pero por qué no relajar los criterios de seguridad en una situación como esta?”. Su colega retrucaba: “Estoy de acuerdo. Si ganamos, seremos héroes. Pero si matamos gente seríamos un regalo para los antivacunas”. ¿Es posible que haya alguien que en medio de esta crisis espere secretamente que los científicos fracasen en su búsqueda de una vacuna? Buscamos a Gisella Orjeda, expresidenta de Concytec, extitular de Inaigem, bióloga y catedrática universitaria, para responder esa interrogante. Sus respuestas resumen la situación real de la ciencia en nuestro país, señala cuáles deben ser nuestras prioridades, y advierte de lo que está por venir…