Diana Carolina Durán | El Espectador
De vez en cuando Paul McCartney se junta con Sting, Elton John, Phil Collins y hace una versión magistral en vivo de Hey Jude; a veces, tal como hace dos semanas, aparece en el Factor X del Reino Unido. De Ringo Starr, tras decir que nada extrañaba de Liverpool, no queda más que el recuerdo de una figura suya hecha con arbustos que fue decapitada. George Harrison, el callado, el místico, fue noqueado en el cuadrilátero por un cáncer de pulmón en noviembre de 2001. ¿Y John Lennon? John cumplió, sin proponérselo, el requisito de los ídolos que se inmortalizan cuando la muerte les ataja el paso. Dejo, a propósito, de ser un hombre y se volvió una leyenda… Leer más