(inter) conexiones: el hilo conductor

Cynthia Capriata | EDUCACCIÓN

An educated person thus not only guards against disembodied forms of knowing, thinking, and doing that reduce self and others to being things, but also strives, guided by the authority of the good in pedagogical situations, for embodied thoughtfulness that makes possible a living as a human being
Ted Tetsuo Aoki (1987)

Ted Tetsuo Aoki, (1919-2012), canadiense especialista en teoría curricular, me deslumbra y obliga a considerar desde una perspectiva más humana la posibilidad de que el docente resguarde la coherencia en sus acciones entre lo que conoce, piensa y hace en situaciones pedagógicas.

Estas reflexiones son a propósito de la implementación del Currículo Nacional en el área de Arte y Cultura, específicamente en lo que se refiere a la competencia de creación basada en proyectos: Crea proyectos desde los lenguajes artísticos. Me queda claro después de leer a Aoki que lo significativo de la tarea recae en las personas, es decir los docentes y (con) los estudiantes. Hay que añadir también el factor del contexto en el que se implementa la propuesta. No se debe subestimar la influencia del contexto en su aplicación. Para Aoki el currículo tiene que ser parte de la experiencia vivida de ambos en vez de un documento planeado a priori sin conexión al contexto en el cual se implementa. Su preocupación hoy es mi preocupación.

ABP: aprendizaje activo

El Currículo Nacional orienta la competencia de creación en proyectos. Como hemos venido repitiendo una y otra vez, en el área de Arte y Cultura no hay una única manera de enseñar. En una entrega anterior El Aprendizaje de Arte y Cultura en la Mira, repasé en qué consiste el aprendizaje. La misma apertura aplica para el aprendizaje basado en proyectos en cuanto al contenido. Sin embargo, sí se deben de tener en cuenta pautas puntuales para abordar los procesos de aprendizaje con rigurosidad y calidad. A modo de alerta el documento Aprendizaje basado en Proyectos del Ministerio de Educación de España advierte que “cada forma de enseñar genera aprendizajes distintos.” Entonces cabe hacerse la siguiente pregunta, ¿cuál es la forma de enseñar que promueve el Currículo Nacional en el área de Arte y Cultura?

Partamos de la característica más resaltante del aprendizaje basado en proyectos: es un aprendizaje activo que requiere de la participación de los estudiantes para su desarrollo. Sobre el aprendizaje activo dice lo siguiente:

Es decir, hay maneras de enseñar que entiende que aprender no es solo entender y memorizar sino también buscar, elegir, descubrir, aplicar, errar, corregir, ensayar. Hay maneras de enseñar que demuestran que “aprender” puede ser una modalidad de “hacer”. Y maneras de enseñar que, está demostrado científicamente, no son efectivas para que los alumnos aprendan (p. 8 Aprendizaje basado en Proyectos del Ministerio de Educación de España).

Lo que quiere decir que se aprende haciendo. Usualmente el aprendizaje basado en proyectos (ABP de ahora en adelante) se ocupa de situaciones reales para actuar sobre ellas. Se dirige a resolver problemas de la vida real como el Phenomenon Learning utilizado en Finlandia.

El nuevo currículo de Arte y Cultura no especifica qué tipo de acercamiento favorece: si es una competencia en la que se crean trabajos discretos que tienen una secuencia para su ejecución o se aprende a través de ABP como una metodología de enseñanza. Implica lo segundo sin dar muchas especificaciones. ¿Cómo interpretar esa omisión? En todo caso, al considerar una metodología participativa para enseñar basada en la centralidad del estudiante en el aprendizaje ABP es necesario estructurar el aprendizaje y diferenciar la instrucción (más sobre este tema en mi siguiente artículo).

¿En qué consiste?

El aprendizaje ABP parte de un problema o situación problemática local/global que se resuelve en sesiones interconectadas. Los estudiantes trabajan de manera individual (algunos procesos y actividades) y colaborativamente a lo largo de varias sesiones. Tal vez el primer impulso de creatividad de parte de los estudiantes empieza con la tarea de identificar y proponer en conjunto un contenido adecuado. El ideal es desarrollar proyectos de interés común desde las artes, que crucen disciplinas e involucren una multiplicidad de habilidades. ¡Es recomendable también que estén alineados con el currículo del área de Arte y Cultura y que se desarrollen integrando ambas competencias!

Las sesiones de aprendizaje se articulan a través de los descubrimientos y los retos que los estudiantes son capaces de generar. Allí entra la planificación del docente que diseña con precisión las experiencias de sus estudiantes. Si no, ¡los proyectos tienen el potencial de diluirse! En los procesos creativos y de análisis crítico, los estudiantes activan su imaginación, aprenden a cuestionar, distinguir la información que es valiosa para sus indagaciones y a comunicar de forma efectiva sus planteamientos. De suma importancia, potencian su sentido de responsabilidad con el grupo. Este nuevo enfoque busca que los estudiantes aprendan a proponer, justificar, deliberar y argumentar: poner en práctica el desarrollo de sus ideas e ir determinando su pertinencia en relación al propósito de aprendizaje.

Es decir, ellos aprenden a profundizar y experimentar con las ideas y evaluarlas desde diferentes perspectivas con el fin de definir conceptos, proponer alternativas y resolver problemas. Es un modelo que compromete de manera más creativa a los estudiantes con el desarrollo de su aprendizaje y cómo lo ponen en acción. Debido a ello, depende mucho también de la motivación que logren generar como fuerza creadora. Los estudiantes trabajan en conjunto y se motivan entre sí mientras resuelven los desafíos de sus propuestas.

Al aprender a comunicar la evolución de sus pensamientos de manera más explícita, los estudiantes se acostumbran a conversar sobre su proceso de aprendizaje, conocen mejor como activar múltiples capacidades y desarrollan hábitos de trabajo y mente más efectivos. Es muy útil que el docente remarque los avances y que juntos evalúen su valor dentro del conjunto de aprendizajes. De esta manera, el docente le puede devolver al estudiante conocimiento contextual sobre su proceso de aprendizaje. Este modelo promueve la retroalimentación constante entre los estudiantes y/o el docente, basada en la construcción de las ideas mientras se están generando. El rigor de las indagaciones y la retroalimentación oportuna permitirán que los estudiantes aprendan a explicar y transferir conceptos complejos a los procesos y los materiales.

Desde la perspectiva del docente

Empecemos por definir el rol del docente. En breve su rol es problematizar el aprendizaje y diseñar situaciones educativas. El mismo documento Aprendizaje basado en Proyectos explica claramente:

El papel del docente se expande más allá de la exposición de contenidos. La función principal del docente es crear la situación de aprendizaje que permita que los estudiantes puedan desarrollar el proyecto, lo cual implica buscar materiales, localizar fuentes de información, gestionar el trabajo en grupos, valorar el desarrollo del proyecto, resolver dificultades, controlar el ritmo del trabajo, facilitar el éxito del proyecto y evaluar el resultado (p. 10 Aprendizaje basado en Proyectos, Ministerio de Educación, España).

Ya que este modelo rompe el molde tradicional de impartir clases, no queda claro si se están considerando cambios en la programación, flexibilidad con los horarios de clases o clases compartidas con otros docentes para promover aprendizajes multidisciplinarios. Queda pendiente conocer más de cerca este aspecto de la implementación. Lo que si queda claro es que esta nueva propuesta educativa requiere de un plan de estudio más comprehensivo que incluya desarrollo profesional para los docentes. De esta manera, los docentes estarán en una mejor posición para idear, planificar y guiar aprendizajes más complejos.

No hay que subestimar la preparación que necesita el docente para enseñar la competencia Crea proyectos desde los lenguajes artísticos tal cual está escrita. La expectativa es ambiciosa. Primero habría que definir ¿qué es un proyecto? Por ejemplo, el sistema de escuelas El Education define los proyectos como aprendizajes académicos a largo plazo con contenidos y habilidades estructuradas y que requiere que los estudiantes utilicen los nuevos contenidos y habilidades para crear algo de valor para una audiencia fuera del salón. Proyecto se refiere a la gama completa de experiencias de aprendizaje, sesiones, habilidades, conocimiento, contenido disciplinar y evaluaciones a través de los cuales los estudiantes están comprometidos en crear un producto o artefacto que surge del proceso de aprendizaje (traducción libre, El Education Differentiated Projects and Products in EL Education Schools).

El producto es un componente del conjunto de aprendizajes. El proyecto es el conjunto de aprendizajes. Lo que cuenta es el proceso. Y el proceso empieza con preguntas esenciales. Acuérdense de Grant Wiggins y el diseño curricular de Atrás hacia Adelante. Teach Thought sugiere que para que el aprendizaje ABP sea auténtico hay que empezar haciendo tres preguntas claves. Consideran crucial saber el rol que toma el aprendiz para desarrollar el proyecto, conocer su propósito y saber quién es la audiencia a la que se dirige el proyecto siempre tomando en cuenta que es mejor si esa audiencia involucra a otros fuera del salón. Las preguntas que guían la planificación deben ser graduales: simples, básicas, fundamentales, progresivas, avanzadas y complejas en ese orden.

El artículo Project-Based Learning Cheat Sheet for Authentic Learning de Teach Thought también incluye una lista de cotejo relacional, en la que proponen que el propósito de aprendizaje debe involucrar muchos de las siguientes acciones: explicar, analizar, explorar, inspirar, crear, diseñar, idear, reparar, restaurar, re pensar, guardar, iluminar, publicitar, socializar, criticar, cuestionar y entender. Estas acciones reflejan un aprendizaje activo. Durante el proceso de aprendizaje los estudiantes entonces pasarían a convertirse en: historiadores, investigadores, artistas, científicos, diseñadores, fotógrafos, emprendedores, editores, agricultores, naturalistas, periodistas, curadores, ingenieros, profesores, estudiantes, amigos y seres humanos.

También sugieren una lista super útil de hábitos de trabajo que el docente debe promover al facilitar el desarrollo de aprendizajes ABP para que los estudiantes:

Escriban teniendo su propio entendimiento en mente
Valoren más las preguntas que las respuestas
Piensen de manera “lateral” indefinidamente conectando esto con aquello, aquí, allá
Utilicen el pensamiento divergente
Vayan de ideas micro a macro y al revés
Busquen patrones
Estudien la sutileza de las cosas
Se pregunten que falta o que no se ha considerado
De manera juguetona re formulen y/o mejoren las preguntas
Abarquen la situación desde múltiples perspectivas
Les den vueltas a las ideas (sin que se lo sugieran otros)
Puedan pensar de manera sencilla sobre cosas complejas y vice versa
Busquen al mismo tiempo ser racional y ridículo en su pensamiento
Muestren paciencia con las preguntas, texto o problemas
Encuentren la complejidad en lo mundano.

(Adaptado de Project-Based Learning Cheat Sheet for Authentic Learning, Teach Thought)

Como pueden ver es indispensable observar muy de cerca los procesos de aprendizaje de los estudiantes, facilitar el desarrollo de sus ideas, promover asociaciones y crear (inter) conexiones. Seguir ese hilo conductor les permitirá a los docentes navegar por las aguas movedizas de aprendizajes ABP de manera más efectiva.

Estas son mis primeras reflexiones sobre la implementación de la competencia Crea proyectos desde los lenguajes artísticos. En la siguiente entrega ahondaré un poco más cómo estructurar el aprendizaje y diferenciar la instrucción.

Lima, 19 de julio de 2019