José Manuel Delgado Taboada | EDUCACCIÓN
Resumen: Los estudiantes con altas capacidades son aquellos que potencialmente podrían desarrollarse y rendir con las mejores posibilidades de éxito. Sin embargo, necesitan un acompañamiento real desde la primera infancia para poder adaptarse a la educación regular. Sin esto, es muy difícil que su adaptación sea plena y que puedan alcanzar el alto rendimiento académico durante su paso por la educación regular. Aquí se plantean posibles sinergias con servicios educativos existentes que podrían resolver el problema.
Palabras clave: Estudiantes con altas capacidades, pedagogía diferencial, servicios educativos específicos, Colegios de alto rendimiento, Beca 18, colegios emblemáticos
La acelerada virtualización de la enseñanza-aprendizaje y el intercambio de experiencias educativas entre especialistas, investigadores y docentes, producto de la pandemia del COVID-19, también nos toca a quienes nos dedicamos a las altas capacidades. En la presente semana del 20 al 27 de abril de 2020, se viene llevando a cabo la VI Cumbre Internacional de Inteligencia y Talento (la 1era. netamente Virtual), con la participación remota de más de 60 especialistas iberolatinoamericanos, así como el afamado Joseph Renzulli como invitado principal.
Los especialistas invitados a este evento son de diversas nacionalidades: España, Argentina, Colombia, México, El Salvador, Francia, Estados Unidos. Ninguno peruano, lamentablemente. Todo ellos desarrollan ponencias altamente valiosas sobre las diferentes características y retos a los que se enfrentan los estudiantes con altas capacidades: sus requerimientos emocionales diferenciales, las barreras de aprendizaje que tienen que enfrentar en la escuela regular, el acoso escolar al que están expuestos por ser diferentes, etc. Todas estas situaciones son difíciles para los estudiantes con altas capacidades, aun teniendo en estos países servicios educativos especializados para ellos.
En un artículo anterior (Nosotros también necesitamos ayuda, de la edición #57) se hizo hincapié en la necesidad de una política pública peruana para la atención de estudiantes con altas capacidades desde la primera infancia. En esta oportunidad se explorarán posibles sinergias con otros programas existentes, con los que habría cierta compatibilidad para viabilizar una posible atención de estos estudiantes a nivel nacional, en una secuencia virtuosa desde su incorporación al sistema educativo hasta su egreso hacia la educación superior.
Propuesta 1: Los Colegios Emblemáticos y los estudiantes con altas capacidades: Detección y atención de estudiantes con altas capacidades y Creación de PANETS[1]
Como se mencionó en el artículo anterior, tan solo existen dos PANETS (Programas de Atención No Escolarizada al Talento y Superdotación), uno en Lima y uno en Huancayo, que atienden apenas a 300 estudiantes, y que son en realidad miles los estudiantes que reúnen las características de alta capacidad: 1 de cada 50 tienen superdotación (aprox. 160 mil), y 1 de cada 10 un talento singular (aprox. 800 mil).
Al no existir PANETS en cada región, la responsabilidad de detectar a los estudiantes con altas capacidades cae en los SAANEE, el Servicio de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades Educativas Especiales, servicio que parte de los Centros de Educación Básica Especial y tiene la misión de asesorar a los profesores de los colegios públicos que tienen a su cargo estudiantes con discapacidad en la educación básica. Sin embargo, la carga de los SAANEE es tal que en la práctica difícilmente pueden identificar a los estudiantes con altas capacidades.
Los SAANEE tienen indicadores específicos de atención a estudiantes con discapacidad que deben cumplir. Y, de hecho, a pesar de estar abarrotados, se estima que son muy pocos los estudiantes con discapacidad que son atendidos en la educación básica. Al mismo tiempo, son muy pocos los especialistas SAANEE, y su tiempo es reducido para asignarles una tarea adicional que, por otro lado, dista bastante de su especialización. Por esta razón, pese a que figura dentro de sus competencias, los SAANEE en la práctica no detectan a los estudiantes con altas capacidades.
Sabemos que los estudiantes con altas capacidades pueden detectarse desde la educación inicial o en los primeros años de primaria. Considerando que estos estudiantes necesitan servicios especializados que respondan a sus necesidades educativas específicas (o especiales según la Ley de Educación vigente), ellos no pueden simplemente esperar hasta la secundaria para ser atendidos por el COAR.
Es muy probable que si no se les estimule convenientemente durante tantos años (desde inicial 5 años hasta 2do de secundaria), podrían tener serios problemas de adaptación a la educación regular: desmotivarse, desaprovechar o perder sus potencialidades, acostumbrarse a un desempeño mediocre y sin retarse intelectualmente, y en el peor de los casos, abandonar la escuela. Consecuentemente, teniendo el potencial para estar en el podio académico y poder postular a los COAR, sin una supervisión adecuada y sin un estímulo adecuado, perderían esta posibilidad.
Un escenario ideal para los estudiantes con altas capacidades es que el plantel educativo en el que estudien tenga las siguientes condiciones básicas:
- Tener la capacidad operativa para detectar de manera temprana, sea en educación inicial o en los primeros 2 años de primaria, a los estudiantes con altas capacidades.
- Capacitar a su plana docente para que puedan brindar una atención diferenciada en el aula regular, que considere sus necesidades, intereses y capacidades.
- Mobiliario, infraestructura y equipamiento que permita el desarrollo de actividades y talleres específicos que satisfagan sus intereses intelectuales.
- Flexibilidad institucional para evitar las barreras burocráticas, políticas, pedagógicas para el aprendizaje diferencial de estos estudiantes.
Con estas condiciones básicas, los estudiantes con altas capacidades serían con seguridad una buena parte de los ingresantes a los COAR al terminar el 2do año de secundaria. ¿Pero qué instituciones educativas, sobre todo en provincias, podrían darse el lujo de cumplir con este escenario, con estas demandas específicas? ¿Cuáles instituciones educativas están en mejores condiciones de cumplir estos requisitos? La respuesta son los Colegios Emblemáticos.
Los Colegios Emblemáticos son los candidatos naturales para que en ellos se puedan testear programas de identificación y atención de estudiantes con altas capacidades en la misma educación básica regular, es decir programas de enriquecimiento curricular en el aula. Estas instituciones educativas cuentan con la infraestructura, la plana docente, un equipo o por lo menos un personal psicopedagógico, ambientes diversos, y una población suficientemente vasta como para que se puedan detectar y atender muchos estudiantes con altas capacidades.
Pero aun así, aun teniendo una escuela que considere las necesidades educativas específicas de los estudiantes con altas capacidades, estos estudiantes necesitarían un complemento específico a partir de programas especializados para ellos: programas en los que puedan conocer a otros estudiantes con sus características, en los que puedan reconocerse diferentes, valorarse para no sentirse extraños o raros, practicar la autorregulación emocional para poder desarrollar autoeficacia, autonomía y poder lidiar con la enseñanza básica estándar y con sus compañeros con capacidades diferentes. Y eso es algo que sólo los PANETS les podrían dar.
Entonces la propuesta concreta sería: aprovechar las instalaciones de los Colegios Emblemáticos para a. testear programas de enriquecimiento curricular en aula, para facilitar la atención de estudiantes con altas capacidades, y b. la creación de PANETS en sus instalaciones, a fin de complementar las necesidades educativas de los estudiantes con altas capacidades, y al mismo tiempo, brindar un servicio que alcance a la región o provincia donde se encuentre este Colegio Emblemático.
Propuesta 2: Los Colegios de Alto Rendimiento y los estudiantes con altas capacidades: Aprovechar la existencia de un COAR en cada región
Cuando hablamos de estudiantes con “talento”, “superdotados” o con “altas capacidades” en el Perú, es posible que nos venga a la mente los Colegios de Alto Rendimiento – COAR. Si bien la justificación teórica de los COAR se basa en los fundamentos del Informe Marland de 1972 sobre estudiantes talentosos y superdotados y en los 3 anillos de Renzulli (superioridad cognitiva, creatividad y motivación por la tarea), lo cierto es que se centran en seleccionar estudiantes con alto rendimiento académico, es decir, seleccionan y premian a aquellos estudiantes que se han adaptado al sistema educativo estándar, que durante 1ero y 2do de secundaria obtuvieron las mejores notas en los colegios públicos de su región, y brindándoles un sistema educativo equivalente al denominado bachillerato internacional, en 3ero, 4to y 5to de secundaria.
Según la RM 537-2019 del 30 de octubre de 2019, se aprueba un “Modelo de servicio educativo para la atención de estudiantes con habilidades sobresalientes”, actualizando la versión anterior que hacía referencia a “estudiantes de alto desempeño”. Por otro lado, la malla curricular del COAR cuenta con elementos adicionales a la malla curricular de secundaria, dando la oportunidad de atender diversas inteligencias y talentos. Cuenta con 60 horas a la semana, destacando el rubro de Formación Personal, 3 horas a la semana; tutoría y habilidades emocionales, 2 horas; tecnología, 2 horas; y 10 horas de talleres electivos. Estas serían muy buenas noticias para un estudiante con altas capacidades, si pudiera ingresar, ya que un escenario curricular como tal sería más beneficioso que el estándar.
Sin embargo, la forma de selección del programa COAR no favorece a los estudiantes con altas capacidades. La selección que hace el COAR privilegia las habilidades que implican un aprovechamiento académico muchas veces vinculado a la capacidad mnemotécnica, al razonamiento lógico-matemático y verbal, pero dejando de lado las demás inteligencias múltiples, vinculadas a otros talentos específicos, como el talento musical, el corporal-kinestésico, la inteligencia intrapersonal e interpersonal, etc.
Pedirle al estudiante con altas capacidades que destaque durante 8 años, que mantenga al tope su motivación y su actitud hacia la escuela, y que lo haga sin ayuda, es demasiado. El estudiante con altas capacidades es vulnerable, frecuentemente es víctima de acoso escolar, y ocasionalmente tiene problemas de relacionamiento, manejo y autorregulación emocional, etc.
A pesar de que los COAR no buscan seleccionar a estudiantes con altas capacidades, y a pesar de que estos no necesariamente reciben ayuda durante 8 años académicos, sí es muy posible que un grupo de estudiantes que ingresan al COAR presente altas capacidades. Esto puede deberse a sus propios méritos, porque recibió estimulación asociada a sus talentos desde casa, o menos frecuente aún: porque fueron estimulados intermitentemente, por algunos docentes comprometidos y con vocación que supieron observar y distinguir que demandaban más del estándar.
En 2018, la Asociación Mensa Perú realizó una prueba de inteligencia a 40 de los estudiantes del COAR Ayacucho, encontrando que el 30% de ellos presentaban superdotación intelectual, un porcentaje significativamente alto comparado a la media de 2%. Esto no debería ser muy distinto en las demás regiones, aunque no se tienen datos al respecto.
No nos malinterpreten: esta no es una crítica al COAR. La idea aquí es cómo hacer para que los estudiantes con altas capacidades, talento y superdotación, puedan adaptarse lo mejor posible a la educación estándar para poder acceder al COAR. Existe al menos un COAR en cada región. Entonces, lo ideal sería aprovechar la existencia de los COAR y su presencia en cada región del país, para viabilizar, de manera indirecta, la atención de los estudiantes con altas capacidades, pudiendo así vincularlos a los COAR una vez que puedan ingresar a este servicio.
En ese sentido, se recomienda a los COAR mapear, en cada región, de manera periódica, las capacidades y potencialidades (productos destacados, creatividad demostrada, etc.) así como el rendimiento académico de los estudiantes de manera progresiva, pudiendo así detectar potenciales prospectos años antes de la postulación. Es decir, incorporar estrategias o flexibilizar sus métodos de ingreso o pre-ingreso, haciendo seguimiento de perfiles de estudiantes que podrían ser buenos prospectos o candidatos a los COAR. Creemos que los estudiantes con altas capacidades son estos buenos prospectos.
También es posible, a modo de recomendación, identificar si los estudiantes COAR actuales presentan superdotación o talentos específicos, lo cual podría hacerse a partir de convenios entre los COAR y MENSA Perú, la filial peruana de la Asociación Mundial de Superdotados. En ese mismo sentido, obteniendo esta data específica, se podría ofrecerles un servicio específico dentro de la experiencia COAR, como por ejemplo programas de enriquecimiento, proyectos educativos específicos en función al interés y al talento, etc.
Propuesta 3: Beca 18 y los estudiantes con altas capacidades: Un intento por retener el talento.
Si al mediano plazo resulta posible que los estudiantes con altas capacidades puedan ser detectados y atendidos de manera regular en los Colegios Emblemáticos, y que desde estos espacios se puedan habilitar PANETS para que estos estudiantes puedan recibir una atención complementaria, entonces será posible que los estudiantes con altas capacidades sean acompañados durante toda su trayectoria académica, pudiendo ingresar a los COAR y/o ser candidatos a programas como Beca 18.
De hecho, no resulta descabellado pensar en una secuencia lógica que los estudiantes con altas capacidades deberían seguir respecto a los servicios aquí mencionados: (re) ubicación en un colegio emblemático que atienda las altas capacidades, participación en el PANETS de dicho colegio emblemático, ingreso al COAR y acceso a Beca 18. Suena muy bien, ¿verdad?
Los estudiantes con altas capacidades, ocasionalmente, reciben propuestas de otros países y emigran, abandonando nuestras tierras y con ellos dejando de lado oportunidades y posibilidades de retener su talento para el desarrollo del país. Las articulaciones aquí planteadas podrían ayudar a potencializar el talento de los estudiantes, y al mismo tiempo, retener dicho talento en nuestro país, para así evitar que nuestros mejores prospectos estudiantiles terminen en otras latitudes y sin involucrarse en el destino de nuestra patria.
Lima, 4 de mayo de 2020
[1] Programas de Atención No Escolarizados al Talento y Superdotación. Servicios de atención complementaria a estudiantes con altas capacidades complementarios a la enseñanza básica regular. Los PANETS no suplen a la escuela básica.