Rafael Gutiérrez Giraldo | LETRAS LIBRES
Su obra conserva un aire de extrañeza que coincide con la imagen de soledad y angustia que popularizó su mitología. Autora canónica e ícono pop, Clarice Lispector tiene todavía mucho que decirnos a cien años de su nacimiento.
“Hay muchas cosas para decir que no sé cómo decir. Faltan las palabras”, escribe la narradora de Agua viva (1973), de la brasileña Clarice Lispector. Desde Cerca del corazón salvaje, su primera novela, publicada en 1943, la obra de Lispector se interna en una búsqueda agónica por alcanzar algo que está más allá del lenguaje, algo que la literatura acecha pero que quizá nunca logre aprehender. Sus narradoras están siempre transitando por los límites de la escritura. Parece que las palabras no pudieran llegar hasta esa materia viscosa, ambigua, pasajera que se sitúa más allá del lenguaje y del pensamiento, en una zona de sombras. Intentan alcanzar algo que se les escapa en el último momento y que incluso no saben cómo nombrar: la cosa verdadera, la esencia, el instante-ya… Leer más