Edición 69

La naturalización de un sistema educativo segregado y segregador

¿Es la segregación un acto de opresión deliberado de las élites o un efecto colateral de políticas bien intencionadas, pero poco acertadas, que buscan mejorar calidad sin preocuparse por la equidad?

Print Friendly, PDF & Email

Sandra Carrillo y F. Javier Murillo | EDUCACCIÓN [1]

En el Perú, estamos tan acostumbrados a la existencia de que en algunas escuelas se concentren estudiantes de familias de mayor nivel socioeconómico y en otras haya más niños, niñas y adolescentes de familias de bajos recursos que hemos normalizado esta situación. Y no, la existencia de escuelas para ricos y de escuelas para pobres ni es algo natural ni es inevitable. Quizá porque no nos hemos detenido a pensar en las brutales implicancias personales, sociales y económicas que este hecho conlleva a corto, mediano y largo plazo. Pero la segregación escolar, como se denomina técnicamente a este fenómeno, es decir, la desigual distribución de los estudiantes en función de sus condiciones sociales o personales no es natural y, ni mucho menos inevitable.

Y como muestra de lo artificial y evitable que es la segregación es que algunos países han podido mantener bajos niveles de segregación en sus sistemas escolares. Así, podemos poner como ejemplo Finlandia, que es el país europeo con menor segregación escolar y, en América Latina, Uruguay. Dos países que se caracterizan por tener unos fuertes sistemas educativos públicos (y gratuitos) equitativos y de calidad. Porque, en educación, sin equidad no hay calidad, y sin calidad no hay equidad, ambos conceptos están fuerte e intrínsecamente vinculados (UNESCO, 2007).

Y los datos que tenemos del Perú no pueden ser más claros y duros. Diferentes estudios indican que tiene uno de los sistemas educativos más segregados: no solo de América Latina, sino también del mundo. Así, por ejemplo, en la última edición de PISA del año 2018 (OECD, 2019), Perú se ubica como el país con el sistema educativo más segregado de los 79 que participaron. Sobre esa realidad nos preguntamos: ¿Cómo vamos a luchar por una educación con una mínima calidad partiendo de esa realidad? Si en el Perú no nos planteamos como prioridad tener un sistema más equitativo, jamás conseguiremos la anhelada calidad. Y es que apostar por una educación pública de calidad tiene que ver no sólo con voluntad política sino también con un real compromiso de las élites (políticas, empresariales y otras) para impulsar los cambios que se requieren y revertir esta situación.

Conocer en profundidad la segregación escolar es, sin duda, un primer paso para que algo cambie. Pero, además de sus altos valores, ¿Qué más sabemos de la segregación escolar en el Perú?

Sabemos, en primer lugar, que dicha segregación parece en aumento. Tal y como han encontrado estudios internacionales como los de Kruger (2019) o Murillo, Duk y Martínez-Garrido (2018) que, usando diferentes metodologías llegan a la misma conclusión.

Sabemos, también, que la segregación escolar es muy alta, tanto en Educación Primaria como en Educación Secundaria. Cierto es que para el Perú es algo más alta en Secundaria (efectivamente, la segregación promedio es de 0,50[2] para Primaria y de 0,54 para Secundaria); sin embargo, como luego veremos, esta situación es diferente en cada Departamento (Murillo y Carrillo, 2020a, 2020b).

Sabemos que, frente a lo que es habitual en otros países, la segregación escolar se da con parecida intensidad en los estudiantes con familias con menos nivel socioeconómico y en los estudiantes de familias más acomodadas. Así, para ilustrarlo con números, la segregación escolar en Primaria es de 0,42, tanto para el 25% de los alumnos con familias con más recursos, como para el 25% con menos.

Sabemos que es mucho más alta, casi del doble, entre los centros de gestión privada que en los de gestión estatal. Así, para el 25% de los estudiantes de familias con menos recursos es de 0,33 entre las escuelas estatales de Primaria y de 0,69 entre las privadas. Para María Balarin (2016) esto podría deberse a la presencia, cada vez más extendida, del mercado de educación privada en el Perú, principalmente de escuelas privadas de bajo costo orientadas a familias de sectores pobres.

Sabemos, por último, que hay una gran variabilidad entre los departamentos. Así, la segregación en Loreto o Arequipa es considerablemente más alta que la que se da en Ica o Tumbes, por poner los casos más extremos, y como se puede apreciar en el gráfico.

Gráfico 1. Segregación escolar por nivel socioeconómico en Perú y sus regiones. Índice de Gorard promedio
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la ECE (2016).

Con todo lo anterior, pareciera que sabemos muchas cosas; sin embargo, mucho más nos queda por conocer.

No sabemos, para empezar, nada de la segregación escolar en Educación Inicial. En esta etapa comienza y se consolida la segregación y donde es más sencillo tomar medidas.

No sabemos, tampoco nada, de otros tipos de segregación tan peligrosos como la segregación por capacidad o por origen nacional (étnico o de procedencia). Si bien se habla de segregación por género o por credo, para efectos de este tipo de estudios nos referimos a “grupos segregados” cuando tenemos a la base alguna hipótesis acerca de la ventaja relativa de un grupo sobre otro respecto de los logros educativos (Bellei, 2013).

Poco sabemos, también, con datos de Perú, sobre las causas de la segregación y con ello, tenemos poca información de cómo abordarla. Y es que, al ser un fenómeno bastante dinámico y complejo, es necesario no sólo identificar las tendencias globales –que conforman la relación entre el sistema educativo y su contexto socioeconómico– sino también las normas y políticas promovidas por las autoridades y las estrategias, así como las reacciones de los distintos actores (Krüger, 2019). Así, muchos de los estudios para identificar las causas de la segregación escolar por nivel socioeconómico en los países vecinos, se orientan, por ejemplo, hacia los efectos del mercado educativo.

Lo mismo podemos decir de las consecuencias. Si bien tenemos algunos estudios y reflexiones teóricas – como los efectos en el debilitamiento de la formación ciudadana (García-Huidobro, 2007), el empobrecimiento de la calidad de la experiencia formativa (Bellei, 2013), la limitación de los estudiantes más vulnerables para lograr aprendizajes (Murillo y Carrillo, en prensa), por nombrar algunos – aún no hemos medido las consecuencias de este fenómeno en el país.

Reconocemos que en el Perú hay un discurso a favor de la equidad educativa, y en las últimas décadas se han hecho esfuerzos para lograr la tan ansiada igualdad de oportunidades. Sin embargo, es importante reconocer que la segregación es una consecuencia agregada de acciones que no necesariamente están orientadas a producirla de manera explícita, y en algunos casos puede ser una consecuencia indeseada y no anticipada de las propias acciones (Bellei, 2013). También se puede discutir, desde una perspectiva más radical, si la segregación es un acto de opresión consciente y deliberado por el cual las élites separan, excluyen y marginan a colectivos minoritarios, impidiéndoles de esta forma, recibir una enseñanza de calidad, o es un efecto colateral de bien intencionadas, pero poco acertadas políticas educativas que buscan mejorar la calidad de la educación sin preocuparse realmente por la equidad. Quizás sea un poco de todo, una mezcla de todas estas alternativas lo que nos juega en contra.

Por lo mismo, seamos al menos conscientes, que naturalizando esta segregación estamos contribuyendo a la creación y al mantenimiento de un sistema educativo que no es ni será de calidad y que en el no hacer nada con relación a este entrampamiento podemos estar favoreciendo y legitimando las injusticias sociales, las cuales tienen un impacto en nuestra sociedad y en el país.

Referencias

Ballarin, M. (2016). La privatización por defecto y el surgimiento de las escuelas privadas de bajo costo en el Perú. ¿Cuáles son sus consecuencias? Revista de la Asociación de Sociología de la Educación (RASE), 9(2), 181-196.

Bellei, C. (2013). El estudio de la segregación económica y académica de la educación chilena. Estudios Pedagógicos, 39(1), 325-345. https://doi.org/10.4067/S0718-07052013000100019

García-Huidobro, J. E. (2007). Desigualdad educativa y segmentación del sistema escolar. Consideraciones a partir del caso chileno. Pensamiento Educativo, 40(1), 65-86

Krüger, N. (2019). La segregación por nivel socioeconómico como dimensión de la exclusión educativa: 15 años de evolución en América Latina. Archivos Analíticos de Políticas Educativas, 27(8), 1-35. https://doi.org/10.14507/epaa.27.3577

Murillo, F. J. (2016). Midiendo la segregación escolar en América Latina. Un análisis metodológico utilizando el TERCE. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 14(4), 33-60. https://doi.org/10.15366/reice2016.14.4.002

Murillo, F.J. y Carrillo, S. (2020a). Una panorámica de la segregación escolar por nivel socioeconómico en Educación Primaria en Perú y sus regiones. Revista Argumentos, 1(1), 7-31. https://doi.org/10.46476/ra.vi1.9.

Murillo, F. J. y Carrillo, S. (2020b). Segregación escolar por nivel socioeconómico en educación secundaria en Perú y sus regiones. Revista Peruana de Investigación Educativa, 12, 5-30. https://doi.org/10.34236/rpie.v12i12.130.

Murillo, F.J. y Carrillo, S. (en prensa). Incidencia de la segregación escolar por nivel socioeconómico en el rendimiento académico. Un estudio desde Perú. Archivos Analíticos de Políticas Educativas, 29.

Murillo, F. J., Duk, C. y Martínez-Garrido, C. (2018). Evolución de la segregación socioeconómica de las escuelas de América Latina. Estudios Pedagógicos, 44(1), 157-179. https://doi.org/10.4067/S0718-07052018000100157
OECD. (2019). Balancing School Choice and Equity. An International Perspective Based on Pisa. París: OECD.

UNESCO. (2007). Educación de calidad para todos, Un asunto de derechos humanos. Documento de discusión sobre políticas educativas en el marco de la II Reunión Intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe (EPT/PRELAC). Santiago de Chile: UNESCO-OREALC

Notas

[1] Este artículo forma parte de una línea de investigación desarrollada por ambos autores sobre la segregación escolar en el Perú en el marco del Programa de Doctorado en Educación de la Universidad Autónoma de Madrid.
[2] Todas las estimaciones que se presentan se han calculado mediante el Índice segregación de Gorard. El mismo se interpreta como el porcentaje de estudiantes que deberían cambiar de escuela (y “mezclarse”) para que no hubiera segregación (Murillo, 2016).

Artículo escrito en colaboración con Sandra Carrillo:

Sandra Carrillo Luna. Magíster en políticas públicas y sociales por la Universidad Pompeu Fabra (España) y en políticas educativas por la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Actualmente está realizando el doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid. Es miembro de la SIEP e Investigadora Principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Javier Murillo
Director de la Cátedra UNESCO en Educación para la Justicia Social de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Coordinador del grupo de investigación “Cambio Educativo para la Justicia Social” (GICE), Secretario Académico del Instituto Universitario de Derechos Humanos, Democracia, Cultura de Paz y No Violencia (DEMOSPAZ) y Coordinador General de la Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar (RINACE).