Por Diana Carolina Esciobar / Entrevista
Entrevista a María Acaso realizada por Diana Carolina Esciobar, periodista de la Universidad de los Niños EAFIT, en el II Congreso de la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología para América Latina y el Caribe [Medellín, Colombia]
María Acaso es investigadora y docente especializada en el área de Educación Artística. Esta profesora e investigadora española está convencida de que el sistema educativo actual, basado en un modelo tradicional, necesita renovarse. Se trata de hacer la “rEDUvolution”, la revolución en la educación, desde cinco prácticas o “minirevoluciones”, que permitan el cambio de paradigma en cualquier contexto educativo: aceptar que lo que enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden, cambiar las dinámicas de poder, reconocer la importancia del cuerpo en el aula, pasar del simulacro a la experiencia y cambiar el sistema de evaluación, para pensar en un modelo donde el eje sea el aprendizaje y no las calificaciones. En esta entrevista, María habla sobre la presencia del arte en las nuevas prácticas educativas y del rol central que desempeñan los maestros en este proceso creando comunidad con los directores de las instituciones educativas, los estudiantes y sus familias.
1. ¿Cuál es el lugar del arte en esas “minirevoluciones” para lograr el cambio de paradigma que necesita el sistema educativo actual?
Fundamentalmente tiene dos lugares. Por un lado, en el contenido; normalmente las asignaturas relacionadas con el arte no tienen importania académica en las escuelas, son lo que en España llamamos “asignaturas marías”. Yo creo que esta forma de conocimiento hay que resignificarla, ponerla en una posición importante, porque vivimos en un mundo visual y la educación artística no solo tiene que ver con el arte sino con toda la cultura de las imágenes y su participación en la escuela.
Por otro lado, es muy importante utilizar el arte como una metodología de trabajo. En el taller de Pedagogía Sexy que imparto en el presente congreso, utilizamos el arte contemporáneo, concretamente la performance, la instalación y el vídeo, procesos que incorporan en la experiencia de aprendizaje lo inesperado, la sorpresa y el placer.
Creo que estas son las dos vías: por un lado, incorporar el arte como un contenido vinculado con el conocimiento al mismo nivel que las otras asignaturas y, por otro lado, como una metodología para trabajar los elementos que la pedagogía tradicional de alguna manera ha perdido.
2. Usted afirma que existe una brecha metodológica que plantea el reto de pensar no solo en los contenidos sino también en cómo debe ser el proceso para que suceda el aprendizaje. ¿Cree entonces que el arte es una vía para acortar tal brecha?
Exactamente. Más que el arte, son las estrategias artísticas, vinculadas al pensamiento divergente y a la creatividad, que tienen que ver con el aprendizaje de lo inesperado, con el placer y la pasión, con todo aquello que defiende la Neuroeducación y que el modelo de pedagogía obsoleta que padecemos, ha olvidado.
El arte es un vehículo maravilloso para ejecutar el cambio del paradigma, porque incorpora todos esos elementos que ha perdido la pedagogía tradicional, desde mi punto de vista demasiado obsesionada por el cientifismo, lo académico y lo numérico, lo que nos ha hecho perder lo artístico, que tiene que ver con el cuerpo, la piel, el humor y con todas esas estrategias que la ciencia no tiene. Aunque la separación entre estas dos formas de conocimiento es artificial y por supuesto que la ciencia tiene elementos artísticos y viceversa, estos elementos se han opacado para demostrar que es seria, que tiene un método y que es comprobable.
3. Parte de su trabajo se centra en entender el arte como una forma más de adquirir conocimiento. ¿A qué se refiere con esto?
Cualquier narración visual, sea catalogada como arte porque está en un museo, un anuncio publicitario o una serie de televisión, transmiten un significado que afecta al público que la está viendo y le hace comportarse de cierta forma. Por ejemplo, “La Sirenita” de Disney, es una película en la cual la protagonista tiene que perder la voz para casarse con el príncipe, lo que presenta un conflicto muy vinculado con lo femenino como es el conflicto de La Renuncia: la buena esposa es la que sacrifica alguna parte de su cuerpo (o de su tiempo, sus deseos etc.) para dárselo a su pareja, y esto es lo que se considera como el modo de comportarse correcto para las muejres. De tal manera, la sirenita lanza un significado y un conocimiento relacionado con el imaginario de lo que somos las mujeres del siglo XXI. Este conocimiento afecta a los niños y a las niñas, porque piensan que la renuncia debe que formar parte del ideario personal. Esta película no es un asunto banal, ni es cosmética, sino un saber político muy importante que transforma a la sociedad.
El conocimiento no es solo científico o académico, también está en la cotidianidad. En un mundo hiperreal en el que vivimos, el saber proyectado por las imágenes es definitivamente el más importante de todos, por eso es tan relevante la alfabetización visual crítica y la introducción de procesos de construcción de las imágenes en las escuelas, para que los niños puedan defenderse de esos conocimientos impuestos desde fuera, y sean capaces de crear los suyos.
4. ¿Cuál es la posición del maestro dentro de estas “microrevoluciones” que usted propone? ¿Qué debe hacer el maestro para este cambio?
El maestro debe entenderse como un arquitecto de la experiencia pedagógica: él o ella son los responsables de crear el escenario, diseñar el espacio del aula de una forma diferente, incentivar los índices de participación del alumnado y seleccionar temáticas vinculadas con las biografías de los estudiantes o propiciar que ellos elijan sus propios contenidos. Además, debe ser capaz de aceptar que lo que él va a enseñar no va a ser lo que sus estudiantes van a aprender.
Al crear la arquitectura experiencial basada en los cinco puntos que propongo, lo que realmente hace el profesor es invisibilizarse para dar el mayor protagonismo a los estudiantes. Aquí es donde veremos que el conocimiento aflorará. Si el maestro sigue manteniéndose en el centro del proceso, no invita a la participación, copa el tiempo con su discurso y continúa utilizando el examen, lo que va a conseguir es que el aprendizaje no suceda, únicamente habrá una certificación.
5. ¿Qué hace falta para aplicar el modelo educativo que usted propone?
Es urgente cambiar la formación del profesorado de arriba a abajo. Primero, quienes quieren dedicarse al magisterio tienen que entender el rol tan político y de transformación social que tiene la educación y segundo, es necesario cambiar todos los estudios del magisterio: hay que borrar el currículo oficial demasiado instrumentalista basado en asignaturas que ya no tienen sentido, e incorporar materias relacionadas con los afectos, el impulso de la creatividad, la renovación metodológica y las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
Además, hay que aceptar la idea que el maestro tiene que continuar con su educación en innovación constantemente; es decir, tú no puedes creer que desde el primer día que llegues a la escuela te vas a olvidar de tu formación. Hay que hacerlo al igual que un médico, ingeniero o químico: hasta el final de tu vida profesional.
6. Vamos a hacer un diccionario de palabras de María Acaso. ¿Cómo define las siguientes palabras?
Ciencia: Creo que es una estrategia para llegar al conocimiento, pero también pienso que el arte es lo mismo; son herramientas que el ser humano ha desarrollado para ampliar sus límites, transformar el mundo y hacerlo un lugar mejor.
Educación: Es la metodología más práctica para llevar la producción de saberes a la sociedad. La educación tiene lugar en cualquier momento y en cualquier lugar: hay unos espacios privilegiados para crear conocimiento como pueden ser la escuela, la universidad o los museos, pero día a día en nuestra casa, centros comerciales, cuando viajamos en coche o andamos por la calle, no dejamos de producir conocimiento.
Maestro/a: Es el agente que posibilita la creación de un tipo de conocimiento concreto en el aula. Es el arquitecto de experiencias, quien fomenta un escenario de posibilidad y crítica o un escenario de represión y simulacro. Es absolutamente imprescindible que construya una comunidad con el resto de agentes que también propician la educación: los directores de los centros educativos, las familias y por supuesto los estudiantes. Sin esta sinergia no podrá crearse el cambio de paradigma en la educación.
Niño/a: Son generadores de conocimiento en potencia absoluta. Lo que tenemos que intentar es que estos niños y niñas generadores de conocimiento sean críticos y no reproductores de la cultura dominante. Han de aprender, desde que son bien pequeños, a cuestionar lo que dicen sus maestros, sus familias y los medios de comunicación, así seremos capaces de que conciban una concepción propia del mundo, que les permita ser ciudadanos y ciudadanas libres porque sino lo que van a aprender es a reproducir el saber hegemónico para convertirse en presos del conocimiento de otros.
Fuente: María Acaso / Medellín, 7 de agosto de 2015